Bogotá propone una reforma a la distribución de recursos recaudados por impuestos al turismo, para que las regiones tengan acceso a financiación de proyectos, seguridad y más, para atraer turistas. La Feria de AANATO que se cerró el viernes 28 de febrero en Corferias, la discusión sobre la descentralización de los impuestos turísticos cobró fuerza. A pesar del crecimiento del sector, los recursos continúan concentrados a nivel nacional, impidiendo que las regiones accedan directamente a los fondos que generan. Mientras en 2024 el turismo representó el 2,3 % del PIB nacional, la mayor parte de la recaudación fiscal permanece centralizada, limitando la inversión en los destinos.
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El crecimiento del turismo no es mérito exclusivo del gobierno central, sino el resultado del esfuerzo de las regiones, que han impulsado el sector con recursos limitados. Mientras países como España y México han adoptado modelos de financiamiento sostenible, Colombia sigue dependiendo de proyectos temporales y de la voluntad gubernamental.
El turismo no se desarrolla solo con proyectos, sino con inversión sostenible
“El crecimiento del turismo requiere estrategias a largo plazo que garanticen infraestructura, sostenibilidad y promoción. Ciudades como Barcelona y Ciudad de México han logrado consolidarse como destinos de clase mundial gracias a la inversión continua en movilidad, seguridad y desarrollo cultural”, aseguró el director del Instituto Distrital de Turismo (IDT) y articulador de la propuesta, Andrés Santamaría.
En contraste, en Colombia la falta de descentralización limita la capacidad de las regiones para mejorar sus atractivos. Un ejemplo claro es Monserrate, un ícono turístico de Bogotá que, sin una inversión constante en infraestructura y accesibilidad, no aprovecha todo su potencial. De los más de 13,5 millones de turistas que visitaron Bogotá en 2024, Monserrate recibió alrededor de dos millones, pero sus ingresos no se reinvierten directamente en su mejora.
Redistribuir impuestos no significa aumentar tributos, sino hacer justicia con los que ya existen
La propuesta de descentralización no busca aumentar la carga tributaria, sino redistribuir equitativamente los impuestos turísticos ya recaudados.
Si los recursos llegaran directamente a los territorios, se podría garantizar:
- Más inversión en infraestructura turística, fortaleciendo la competitividad de los destinos.
- Mayor capacidad de promoción y mercadeo, impulsando el crecimiento económico local.
- Un sector sostenible, que no dependa solo de proyectos temporales o esfuerzos aislados.
La seguridad turística requiere inversión real, no solo discursos
El turismo impulsa el desarrollo económico, pero también plantea retos en seguridad. En 2024, Bogotá registró un aumento del 8.7 % en la llegada de turistas extranjeros (más de 1.8 millones), lo que implica mayores demandas en seguridad y servicios. Sin embargo, las regiones asumen solas estos costos, mientras los recursos que podrían fortalecer la seguridad permanecen centralizados.
Si la redistribución de impuestos prospera, se podría garantizar:
- Mayor presencia de seguridad en zonas turísticas, con patrullajes especializados.
- Iluminación y adecuación de espacios públicos, mejorando la percepción de seguridad.
- Estrategias de turismo seguro, incluyendo asistencia a visitantes y protocolos de emergencia.
- Inversión en tecnología para vigilancia, con cámaras y sistemas de alerta en corredores turísticos.
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El turismo no puede crecer si la seguridad no es una prioridad. Las regiones necesitan los recursos que generan para garantizar destinos más seguros, competitivos y atractivos.
Si Colombia quiere consolidarse como un destino turístico de clase mundial, debe adoptar una visión estructural de inversión. Sin una redistribución justa de los impuestos y una política clara de financiamiento, el crecimiento del sector seguirá dependiendo del esfuerzo de las regiones, sin garantías de sostenibilidad a largo plazo.