Para Shirley Riascos, caleña de nacimiento y bogotana por adopción, uno de los aportes más importantes que le ha dejado la Secretaría de Integración Social a la comunidad LGBTI es la materialización de la política pública en el territorio.
“Al implementarse esta política pública LGBTI, en este caso, en la Casa Amapola Jones, se vuelve más visible con el enfoque de género y sexual, y permite interactuar con las comunidades y la institución”, señala Shirley, tras explicar que, quienes llegan a esta casa, hetero, del sector LGBTI, afro e indígenas acceden a sus servicios gratuitos con el acompañamiento en trabajo social, psicología, talleres y capacitaciones.
De su paso por la Casa LGBTI Amapola Jones, sitio en el que trabajó por un tiempo, Shirley recuerda: “Pasé mi hoja de vida y al cabo de cierto tiempo me llamaron y, entonces, yo sentí que era mi oportunidad que consideré otro mérito más”.
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Mira, el tuit de Integración Social sobre la Casa LGBTI Amapola Jones y su primer aniversario.
#Bogotá es diversa
— Secretaría Distrital de Integración Social (@integracionbta) March 4, 2023
Conmemoramos el primer aniversario de la 🏡#CasaLGBTI Amapola Jones en la localidad #RafaelUribeUribe, donde prestamos atención a personas de orientaciones sexuales e identidades de género 🏳️🌈🏳️⚧️diversas, a sus familias y redes de apoyo. #CompromisoDiversopic.twitter.com/6TVyQ5Dw94
Trabajo con la comunidad
Aunque Shirley estuvo vinculada al campo de la salud y a otras actividades, sus metas laborales y profesionales estaban puestas en otros espacios. Por esta razón, el llamado a trabajar en la Casa LGBTI Amapola Jones fue para ella uno de sus momentos más felices por la oportunidad de conocer, de crecer, de aprender y de retroalimentarse. Se desempeñó en la parte administrativa y, posteriormente, trabajó de la mano con la comunidad en una experiencia que le dejó grandes aprendizajes.
Llegó a Bogotá a finales de la década de los 80’s, en donde ha vivido múltiples procesos, cambios culturales y logros en su vida, como sus estudios universitarios que están por concluir en administración pública. Actualmente, Shirley alterna su desempeño académico con un pequeño emprendimiento de cultivo y cuidado de plantas basado en cactus y bonsái.
Desde muy niña, Shirley sintió un gusto por las mujeres, un proceso que generó algunos inconvenientes al interior de su familia. “Si usted está bien, todos estamos tranquilos y les ha dado un poquito duro a mis familiares, pero con el tiempo lo han aceptado a su forma, a su manera; además, porque soy muy independiente”, relata.
Entre otras reflexiones, Shirley pide a las familias, a los padres, a las madres, a los hermanos, a los amigos, a los vecinos, a la sociedad, al estado y a sus entidades inculcar el respeto sagrado por la vida de la mujer.
En el mes en que se conmemoran los derechos de las mujeres, esta caleña de mirada tierna y carácter seguro, reconoce la lucha y el esfuerzo de miles de mujeres que, a través de la historia, han perdido sus vidas en las luchas de diversas causas.
“Ser mujer es difícil, mucho más si es afro, lesbiana o si está sin un buen trabajo, no tiene estudios académicos profesionales. Es casi como la construcción que hicieron los hombres acerca de las mujeres”, menciona Shirley.
Agrega que la vida de la mujer es complicada desde el mismo momento en que cada una sale a enfrentar al mundo. “La ciudad tiene derechos, nosotras tenemos derechos, pero es bien difícil salir a la calle, sentirse segura, ir al parque, no sentir esa mirada de deseo. Lo ideal sería estar tranquila en el espacio donde uno transite; todo esto es muy complejo”.