A pesar de las adversidades de la pandemia algunos restaurantes se reinventaron

7·MAR·2021
Aunque para muchos la llegada del COVID-19 a la ciudad fue el acabos, para otros fue la mejor oportunidad para pensar en nuevas ideas y reinventarse.
Es tan difícil el momento que se está viviendo en el mundo que este tipo de estrategias dan algo de esperanza y alegría. Foto: Secretaría de Desarrollo Económico.
Es tan difícil el momento que se está viviendo en el mundo que este tipo de estrategias dan algo de esperanza y alegría. Foto: Secretaría de Desarrollo Económico.

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Aunque para muchos la llegada del COVID-19 a la ciudad fue un momento de incertidumbre, para otros se convirtió en una oportunidad de pensar en nuevas ideas y reinventarse. Este fue el caso del sector turístico y gastronómico uno de los más afectados por la pandemia, que desde sus inicios se vio en la necesidad de cerrar sus puertas y ahora abre lentamente evitando, a toda costa, las aglomeraciones que naturalmente se generan en estos espacios.

Bogotá a Cielo Abierto fue la estrategia que comenzó en septiembre del año pasado, nació para reactivar estos sectores y permitió, según la Secretaría de Desarrollo Económico, el aumento de las ventas en los negocios hasta en un un 85%, siendo Chapinero, Usaquén y La Candelaria las localidades con mayor participación.

“Es tan difícil el momento que se está viviendo en el mundo que este tipo de estrategias dan algo de esperanza y alegría. Pero estar al aire libre en el espacio extenso –llámense parqueadero, calle o andén– permite menores aglomeraciones. Es una estrategia bonita que debe permanecer en el tiempo”, afirmó Carolina Durán, secretaria de Desarrollo Económico.

Foto: Jenny Suache

La Puerta Falsa y El Mejor Ajiaco del Mundo

La Puerta Falsa es un lugar representativo de la capital por su antigüedad. Fue fundado hace 204 años y es uno de los mejores ejemplos de superación en tiempos de pandemia. Juan Francisco Sabogal, administrador e hijo de los dueños del tradicional restaurante, nos cuenta cómo fue su proceso para no rendirse en medio de la pandemia. 

"Inicialmente cerramos por varios meses, desde el principio nadie sabía que estaba pasando. Ya cuando se empezó a ver que iba a durar mucho tiempo, cuando empezaron las regulaciones y a decir quiénes podían abrir y quiénes no, empezamos a informarnos para saber en qué momento podríamos empezar a trabajar. Realizamos un grupo de trabajo y se organizó información para poder empezar con domicilios desde el mes de agosto porque nosotros nunca habíamos manejado domicilios", afirmó Juan Francisco Sabogal, hijo de los propietarios del restaurante.

Foto: Jenny Suache

Nos reinventamos

Cuando empezaron a trabajar con los domicilios, fue un renacimiento para el restaurante debido a que es un negocio que tiene mucha tradición y la mayoría de capitalinos lo conocen. Además, hicieron publicidad y mucha gente al saber que iban a trabajar con domicilios empezaron a hacer sus pedidos.

En ningún momento pensaron en cerrar, asegura que antes salieron nuevas ideas en la pandemia. Lo de los domicilios les ayudó a tener un engranaje para arrancar en algo nuevo, fue una nueva opción y esa fue la forma en la que volvieron a iniciar porque no tenían otras alternativas.

"En este momento hacemos parte del proyecto de Bogotá a Cielo Abierto y nos ha gustado mucho, en estos días se volvió a iniciar hace más o menos una semana y nos parece algo muy positivo porque al comer al aire libre la gente está tranquila. El turista es una persona de mente abierta, un turista come donde sea, no se complica la vida y simplemente ellos lo que buscan en este caso es un buen producto como el que tenemos", indicó Juan, administrador e hijo de los propietarios de La Puerta Falsa.

Foto: Jenny Suache

“Una de las cosas buenas que nos dejó la pandemia fue Bogotá a Cielo Abierto, que permitió el uso del espacio público de manera productiva y cuidadora, la estrategia de reactivación económica, que llegó para quedarse”, aseguró Carolina Durán, secretaria de Desarrollo Económico.

Nunca se perdió la tradición

Julio Rojas, hace 4 años es el administrador del restaurante familiar el Mejor Ajiaco del Mundo. Restaurante con tradición en Bogotá desde hace 15 años. Julio nos cuenta como su restaurante nunca dejó de parar con la herencia culinaria santafereña ante la pandemia.

Foto: Jenny Suache

¿Cómo sobrevivió el restaurante durante la pandemia?

Al comienzo fue muy difícil porque por seguridad tomamos la decisión de cerrar nuestras puertas y estuvimos más de seis meses sin poder trabajar. El trabajo paró, pero los gastos siguieron corriendo, todo fue súper difícil.

Cuando ya se tomó la decisión de volver a empezar a trabajar para llevar y domicilios también fue un proceso demasiado lento y que aparte de tener que trabajar con ventas bajas fue el proceso de adaptación a los protocolos de bioseguridad que en ese sentido el poco flujo de clientes y el poco movimiento que hubo nos dio el espacio para adaptar el lugar y tener todos los procedimientos como se debía.

¿Qué estrategias implementaron durante la pandemia?

Nuestro restaurante por estar ubicado en el centro histórico, nunca trabajó como punto fuerte los domicilios porque es más un sector turístico y un lugar al que incluso los bogotanos vienen a visitar y es raro que salgan domicilios no solo de este restaurante sino de los restaurantes del sector entonces fue una experiencia nueva pero en ese proceso de empezar a adaptarnos a los domicilios nos dimos cuenta que éramos más famosos de lo que creíamos.

Empezamos a mirar en internet como estábamos posicionados y ver quién es el “mejor ajiaco del mundo” y nos dimos cuenta que teníamos muchos seguidores, a partir de eso creamos las redes sociales. En Facebook, Instagram y WhatsApp empresarial empezamos a manejar los domicilios, clientes de nosotros de toda la vida que estaban encerrados en sus casas por el temor a salir nos empezaron a llamar, clientes de todo Bogotá, nos ha tocado ir tanto al norte como al sur.

Foto: Jenny Suache

¿Qué piensa de la iniciativa Bogotá a Cielo Abierto?

La iniciativa de Bogotá a Cielo Abierto ha sido espectacular, a nosotros nos ha favorecido muchísimo y también nos ha ayudado a hacer cambios positivos en nuestro negocio y a reconocernos y valorar la identidad que hemos tenido siempre. El local es pequeño, el enfoque hacia los establecimientos con área más pequeña ha sido más favorable que debería tenerse en cuenta en oposición a restaurantes grandes que tiene 90 o 100 metros.

Nosotros somos un restaurante que cuando funcionábamos normal teníamos 14 mesas y pues por protocolos de seguridad nos tocó pasar a tener 7 que pudimos ubicar en toda el área y con lo de cielo abierto ya pudimos implementar otras 3 mesas afuera. Ha sido muy chévere porque a la gente le ha gustado mucho la experiencia, le ha gustado comer en la calle, en un espacio ventilado, los fines de semana tienen más afluencia.

Con la implementación de la estrategia Bogota a Cielo Abierto, se ha logrado la reactivación de 238.000 empleos, se han habilitado 8.800 establecimientos y se puede evidenciar un crecimiento en ventas del 85%, gracias a la atención de cerca de 2.300.000 comensales. El 46% son trabajos femeninos.

Bogotá a Cielo Abierto no solo abrió un espacio al aire libre, abrió todo un camino lleno de oportunidades para seguir consolidando la reactivación económica de la capital.