Don Francisco Becerra Parra caminaba un día por la Avenida Villavicencio en la localidad de Kennedy, al suroccidente de Bogotá, cuando en el Centro de Desarrollo Comunitario, CDC, vio en la cartelera de la entrada, un aviso que le hizo palpitar su corazón un poco más rápido, pues le permitiría cumplir un sueño archivado por más de 60 años.
Por tener que trabajar desde muy pequeño, cuando su papá lo trajo de su natal Duitama, Boyacá, a la capital del país, él solo había estudiado hasta cuarto de primaria.
Sin embargo, lo que le llamó la atención no fue un aviso para terminar su primaria o bachillerato. No, de los cursos ofrecidos de cocina, tejido y microempresas, entre otros; lo que atrajo su interés fue la invitación a aprender matemáticas, una materia que siempre quiso estudiar. “Porque es que la matemática es la base de todo, o sea, es la base del negocio pequeño, la base del negocio grande. Es bueno saber el conocimiento de la matemática”, le contó Don Francisco a Portal Bogotá.
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Solo había estudiado hasta cuarto de primaria
Él, que sostiene que su único contacto directo con los números fue a través del metro que usó como albañil, se apresuró a entrar para preguntar de qué se trataba ese aviso, encabezado por la pregunta: “¿Quieres reforzar matemáticas con el Método Matemático DEBY?”.
En seguida, una foto del aviso que vio don Francisco en el CDC.
Por fortuna ese día estaba el profesor que dictaba el curso, Daniel Barco Yepes, quien encantado lo recibió y le explicó de la metodología a usar, que básicamente es una alternativa, para sumar, restar, multiplicar y dividir, enfocado en los límites que hay en estas operaciones.
“Y le dije: Lo que pasa es que nunca he estudiado. Yo no hice ni quinto de primaria, no sé nada de matemática y él muy buena persona me dijo: No, tranquilo, no se preocupe. Aquí comenzamos desde cero. Aquí le enseñamos a sumar, restar, multiplicar, dividir... ¡Y ya, ahí voy!”.
Sudó y tembló el primer día de clases
Portal Bogotá: ¿Cómo fue el primer día de clases?
Francisco Becerra: “Uyyyy, el primer día eso yo sudé, temblé. Me daba pena porque como el grupo era como de 12 y claro, uno ya de edad, entre muchachos jóvenes; ya uno para ellos es un abuelo”.
Desde ese día han pasado tres meses y hoy don Francisco es ya un “duro” para las matemáticas básicas, incluidas las tablas de multiplicar de las que dice se le han complicado un poco. “Me tocó aprenderme las tablas, imagínese. Dele y repita y repita hasta que me las aprendí. Sí, porque si no se las aprende le queda difícil, me dijo el profe. No me las se todas, pero ya me defiendo”, afirma confiado.
A continuación, una foto de don Francisco al lado del profesor que le enseña matemáticas.
Esa confianza le nace del tiempo que diariamente les dedica a sus queridas matemáticas y a repasar lo aprendido en clase. Ahora que tiene más tiempo, pues con 69 años y 1.320 semanas de cotización, hace un año logró finalmente su pensión y sin perder tiempo se dedicó a buscar qué estudiar.
Ya está estudiando álgebra
Esas ganas de aprender, “porque nunca es tarde”, según dice, le han permitido avanzar rápido y ya está estudiando algo más complejo en el mundo de los números como es el álgebra. “Estamos en multiplicación de binomios y trinomios”, explica y asegura, entre risas, que esto es algo que llama mucho su atención: “ Uyyy. Muy bueno, la verraquera, bonito, muy bueno, eso se entretiene uno ahí”.
Es tal su compromiso con el aprendizaje que ya se permite enseñarles a algunos compañeros jóvenes que se lo solicitan, quienes le ponderan sus habilidades y le insinúan que ya sabe mucho, por lo que él les recuerda que para aprender matemáticas se requieren unos 5 ó 6 años.
Por esa razón se sigue poniendo metas más altas en lo que al estudio se refiere. Por ahora ya está matriculado para validar el bachillerato. Luego mirará si logra hacer una carrera, que sin duda tendrá que ver con las matemáticas o los números. “Ya averigüé en la Universidad Gran Colombia y hay matemáticas superiores”, cuenta ilusionado.
Aprovecha los programas del CDC
“El ejemplo de Francisco nos llena de entusiasmo y nos confirma el convencimiento que tenemos del impacto positivo en la comunidad de los programas sociales que tenemos desde la Secretaría de Integración. Esperamos que más personas como él se vinculen a nuestros programas”, indicó Elizabeth Fuentes, subdirectora local Integración Social de Kennedy,
Este es don Francisco, 'el matemático', que perdió hace 10 años a su esposa, con la que tuvo cinco hijos y que hoy vive en el primer sector del barrio Pastranita, con una hija y sus dos nietos, de los que dice están muy pequeños para enseñarles sus nuevos conocimientos, los mismos que ha conseguido gracias a su motivación para superarse, porque nunca es tarde para aprender.
“El mensaje es ese. Nunca es tarde, sí señor, sí muy cierto”, termina, mientras sostiene en sus manos un libro que acaba de comprar: ‘Matemática fácil’.