El estudiante y atleta de la Universidad Distrital, Jhon Alexander Castañeda, participará este jueves 5 de agosto desde las 2:30 a.m. en la prueba de marcha de 20 kilómetros de los Juegos Olímpicos Tokio 2020.
“Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino…” Estos versos del poeta español Antonio Machado parecen haber inspirado la vida del atleta bogotano Jhon Alexander Castañeda Angulo, quien más que caminar ha marchado por la vida desde cuando tenía 14 años y un entrenador lo alejó del fútbol y lo descubrió para el atletismo, en particular para la marcha, esa modalidad en la que los deportistas deben caminar los más rápido posible, como si quisieran alzar vuelo, eso sí, teniendo cuidado de no correr para no ser descalificados.
Este jueves 5 de agosto a las 2:30 de la madrugada (hora colombiana) competirá Jhon Alexander Castañeda, egresado de Ingeniería Industrial y estudiante de maestría de nuestra universidad.Contenidos relacionados
Deseamos éxitos y enviamos la mejor energía a Jhon: ¡Que Tokio te vea brillar! pic.twitter.com/irfl0VTVG6 — Instituto De Paz de la Universidad Distrital (@Ipazud) August 2, 2021
Un estilo en el que el ritmo genera un movimiento de las caderas que siempre ha recibido comentarios machistas, ahora no tanto, no solo en Colombia sino en el mundo y de los que Jhon Alexander no estuvo exento, en particular en sus comienzos como juvenil pero que ya no le hacen mella. “Hay gente que todavía molesta, pero uno ya está muy enfocado y no le presta atención porque sería como dejarse desestabilizar por un rival en plena competencia”, dice el marchista.
Una carrera deportiva ligada a la Universidad Distrital
Con ese estilo particular y con ese ritmo, que le permiten avanzar de 12 a 15 kilómetros por hora, mientras un humano normal hace de 6 a 8 kilómetros, ha recorrido una buena parte del mundo, acumulando 13 títulos nacionales y el oro de campeón panamericano en Lima 2019. Además, también tiene dos campeonatos nacionales en los Juegos Universitarios de Ascun, gracias a que ha sido y es un estudiante de la Universidad Distrital ‘Francisco José de Caldas’, primero como ingeniero y hoy haciendo una maestría.
Una relación que se ha desarrollado a la par con su carrera deportiva y gracias a la cual estuvo becado la mayor parte de los siete años que requirió para graduarse como profesional.
“Se me fueron como 14 semestres- dice Jhon-. Igual, lo importante era terminar, lo que me da mucha satisfacción porque hay muchos deportistas que se retiran porque no pueden con las dos cosas: el deporte y el estudio”.
Esa satisfacción que le dio recibir su grado de ingeniero de producción, después de muchos sacrificios -uno de ellos, el repetir una materia por fallas, mientras competía- fue una de las emociones más hermosas que recuerda en su vida, pues allí estaba su mamá, Marta Ángulo, quien con su taller de confección en La Alquería y por supuesto su gran amor, ha sido el gran soporte para apostarle con éxito a su marcha atlética y al estudio, siendo un triunfador en ambas.
Recibió su grado como ingeniero y una placa de honor
Y es que ese imborrable día no solo se graduó como profesional, también, de manera sorpresiva, recibió una placa de honor que es reservada para los estudiantes más destacados. “El que hayan hecho ese espacio especial para mí fue muy bonito, porque, que yo recuerde, es la primera vez que premian a un deportista. Eso fue muy gratificante”, dice al evocar la nostalgia y la emoción que sintió en ese momento cumbre en que las lágrimas estuvieron ahí, a flor de piel, de la mano con los cálidos aplausos de los presentes en el auditorio mientras le mostraba la placa a su adorada mamá.
Un reconocimiento que ha fortalecido más su admiración por el claustro universitario de los capitalinos, del que resalta el don de gentes y el compromiso que se tiene por fomentar los valores como persona entre los estudiantes, por encima de los educativos, que no son menos valorados. “Destaco la formación humana, ante todo, porque muchos docentes hacen énfasis en eso: en formar a las personas y después a los profesionales porque primero somos personas y después debemos asumir el título”, resalta.
Terminó materias de la Maestría en Ingeniería Industrial
Luego, mientras cumplía su largo proceso de preparación para cumplir el gran sueño de todo deportista, estar en unos Juegos Olímpicos, fue tentado por un profesor para que no dejara de estudiar y gracias a sus méritos, sumados a su disciplina y consagración, fue aceptado para cursar la Maestría en Ingeniería Industrial. Ya terminó materias y está próximo a cumplir con su trabajo de grado para sumarle otro título a su carrera.
Una carrera que, en lo deportivo, le brindó su máxima satisfacción el pasado 2 de julio cuando su nombre fue confirmado en la lista de los atletas que por Colombia estarían participando en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Un logro por el que estuvo trabajando mucho tiempo, con unos sacrificios y dedicación que solo consiguen los deportistas de alto rendimiento. Él, quien hace unos años estuvo al borde del retiro, por desmotivación y falta de apoyo, ahora recibía el máximo galardón para un atleta: ir a las competencias donde cerca de diez mil deportistas de todo el planeta cumplen sus sueños con el solo hecho de participar.
En Sapporo cumplirá su sueño olímpico
Con su hora 22 minutos y 30 segundos, como mejor marca personal para los 20 kilómetros, lejos del récord olímpico de 1:18:46, Jhon, sin embargo, se ilusiona, porque allí en Sapporo, dará lo mejor de sí para hacer de su participación algo inolvidable. “Me siento como realizado, me siento muy tranquilo, muy seguro y cuando esté en la línea de partida voy a disfrutar porque, después de tanto buscarlo, estoy cumpliendo un sueño muy especial para mí y no voy a permitir que nada me lo arruiné”.
Impulsado por esa energía y convicción, este marchista; con su metro 68 centímetros, sus 65 kilos y con sus zapatillas número 40; se parará en la línea de salida para tomar la largada a las 2 y 30 de la madrugada colombiana del 5 de agosto, 4 y 30 de la tarde en Japón; cristalizando así su participación en una olimpiada, entregando hasta el alma por su querida mamá, por su Universidad Distrital, por Bogotá y por su remota Colombia, llevando la bandera tricolor que con mucho orgullo siempre estará atada a su corazón.