A Marlon Lancheros Buitrago, un joven santandereano que salió de su pueblo natal huyendo de la violencia y la pobreza, el Reto a la U, le cambió el rumbo a su vida y le brindó unas perspectivas que nunca contempló por el origen humilde que tiene.
Gracias a Sandra Jiménez, su maestra de inglés y español en los últimos años del bachillerato en el colegio 'El paraíso de Manuela Beltrán', en Ciudad Bolívar, localidad donde vive con su familia, Marlon conoció Reto a la U, el programa de inmersión que ha llegado a más de 14 mil jóvenes que dadas sus condiciones de vulnerabilidad han podido ser impactados negativamente por los efectos sociales y económicos del COVID-19 en Bogotá.
El Reto a la U: la gran oportunidad de iniciar una carrera universitaria
“En el colegio tenemos como un proyecto transversal que se llama ‘Ingreso a la universidad pública’ en el que miramos los intereses que tienen los estudiantes y los cruzamos con sus habilidades y con esa información los orientamos. Entonces yo veo que sale El Reto a la U e inmediatamente contactó a Marlon y le digo que esta es su gran oportunidad para para fortalecer la lengua y más adelante empezar su carrera”, cuenta la docente.
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Este programa brinda la oportunidad a los beneficiarios de contar con un proceso formativo de hasta 8 créditos académicos en la oferta de cursos, asignaturas y diplomados de las Instituciones de Educación Superior - IES.
Marlon, quien acababa de prestar su servicio militar y quería seguir los pasos de su papá, soldado profesional en su juventud, impulsado por su gusto por los idiomas y a instancias de su profesora decide inscribirse en un curso de inglés en la Universidad Pedagógica, financiado por el Reto a la U. Una decisión que hoy valora mucho pues le cambió la perspectiva de vida que tenía y lo puso a soñar en grande. “Ahí me di cuenta de que me gustaba como dictaba el profesor. De verdad me gustaba mucho y entonces terminado el curso me decidí a estudiar lenguas extranjeras”.
Estudia licenciatura en español y lenguas extranjeras
Con ese apoyo inicial que le había dado el Reto a la U, el joven se inscribió para hacerse profesional, en la misma Universidad Pedagógica, en licenciatura en español y lenguas extranjeras con énfasis en inglés y francés, sin olvidar todo lo que le aportó la profesora Sandra, quien no solo lo ha animado a estudiar. Ella también, gracias a una especie de ‘donatón’, le colaboró con el dinero de la inscripción, así como ya lo había hecho con sus hermanos menores que estudian en la Universidad Nacional y en la Distrital. “Los niños Lancheros eran muy aplicaditos en el colegio”, recuerda la profesora que también es egresada de la Pedagógica y que considera que en verdad el Reto a la U cambia vidas.
“Es una oportunidad muy buena para los estudiantes. Muy, muy , muy buena porque realmente, no solo los acerca a un ámbito académico de calidad en un curso en el que ellos pueden hacerlo, no como un hobbie, sino en universidades que los perfilan y les fortalecen las habilidades en lo que pretenden”, sostiene la profesora Jiménez, feliz de haber impactado tan positivamente la vida de su exalumno, al que ha tenido de vuelta en el colegio para incentivar a los estudiantes de los últimos grados a no dejarse vencer por las dificultades y ver que sí pueden superarse, si se tiene la determinación para hacerlo a través del estudio que transforma vidas.
Con cursos, módulos y programas de extensión, #RetoALaU de @Educacionbogota y #OIT 🇨🇴 brinda a los jóvenes acceso a educación superior.
— OIT Países Andinos (@OITAndina) June 1, 2021
Con las nuevas competencias pueden:
👉 Emplearse
👉 Continuar sus estudios y obtener un título profesional
Como Marlon 📽️ @comunidadUPNpic.twitter.com/PN4A30zQj5
Pagó $24.000 de matricula en la Universidad Pedagógica
Allí les ha contado, entre otras muchas, cosas cómo ha logrado expandir sus horizontes por su actitud triunfadora que le permitió entrar a una universidad, en la que, de acuerdo con sus condiciones económicas, solo pagó $24 000 de matrícula.
Hoy Marlon Lancheros no solo es un orgullo para sus padres, unos vendedores ambulantes, sino para sus compañeros y profesores que lo ven como un ejemplo a seguir por ser un buen estudiante, un buen hijo y un buen ciudadano, que gracias a unos ahorros que hizo cuando prestaba el servicio militar compró una motocicleta con la que trabaja como domiciliario, teniendo mucho cuidado no solo con la conducción sino con las medidas de bioseguridad implementadas para evitar más contagios por el Covid-19. Virus del que tiene una visión muy particular: “Yo creo que es un mensaje para estar más preparados para un próximo desafío y nos demuestra cómo el ser humano es tan frágil que cualquier cosita, cualquier bacteria, una cosa tan pequeña, le causa tantos estragos”.
Con 20 años de edad, Marlon, que de vez en cuando vuelve de vacaciones a El Playón, su pueblo, para nadar, acampar y pescar, tiene una vida llena de sueños por cumplir entre los que se destacan el querer enseñar todo lo que aprenda en su carrera profesional y, apoyado en el conocimiento de los idiomas que lo han apasionado desde muy joven, recorrer el mundo y ayudar a sus padres a tener una vejez tranquila y feliz.
Todo, gracias a que un día, en su camino, se cruzó el Reto a la U.