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Conoce cómo funciona el nuevo jardín artístico que hay en Barrios Unidos
“Me dedico a trabajar con madera, soy carpintero y con este oficio saco adelante a mi hija Daniela. Es una bendición haber encontrado el Jardín Infantil el Nogal de la Esperanza porque no solo me brinda seguridad para dejarla allí mientras trabajo, sino que ella recibe educación y buena alimentación”, asegura Luis Alfonso Castillo, padre de familia.
A Luis Alfonso le gusta como quedó el nuevo jardín, asegura que a su hija la hace feliz porque ahora cuenta con un espacio más amplio en el que puede compartir con sus amigos.
Daniela ingresa a las 7:00 de la mañana y sale a las 4:00 de la tarde. Durante la jornada, ella aprende a través del juego, explora y adquiere nuevos conceptos con la guía de las docentes. El énfasis del jardín es artístico.
Ella comparte estas experiencias con al menos 150 niños más que antes se encontraban en una guardería ubicada en el segundo piso de la Plaza de Mercado del 12 de Octubre, en la localidad de Barrios Unidos, y que hoy disfrutan de un espacio nuevo de 1.084 metros cuadrados construidos
Para hacer realidad el nuevo Jardín ‘El Nogal de la Esperanza’ se hizo una inversión de 5.900 millones de pesos. Los niños aprenden con la guía de 13 docentes profesionales y dos auxiliares, hay sala materna, caminadores, párvulos y prejardín.
La alimentación que reciben (almuerzo y dos refrigerios) equivale al 70 por ciento del valor nutricional que un niño debe consumir al día. Esto es posible a través de la ‘Ruta Integral de Atención a la Primaria Infancia’, un programa liderado por Enrique Peñalosa, quién a través de la Secretaría Social se encargan de nutrir a los niños de Bogotá.
Los niños son una prioridad para Peñalosa. Se preocupa por continuar construyendo jardines y colegios en los que los niños estén bien atendidos, no en vano destina 1.500 millones de pesos al año para el logro de este propósito.
Le interesa que los padres trabajen tranquilos sabiendo que sus niños ingresan a entidades públicas en las que son bien atendidos, protegidos, educados y nutridos. Tiene algo en común con los padres de familia y es que ama a los niños, así lo expresó en la entrega del jardín.
“Verlos felices es la motivación principal por la cual destinamos el 46 por ciento de los recursos de Bogotá en educación. Soñamos con una ciudad segura para los niños. Estos jardines y colegios son destinados para ellos; aquí encuentran amistades, ambientes estimulantes, apropiados, socializan y gracias al arte serán niños creativos, capaces de vivir en sociedad, desarrollarán su potencial humano y serán felices”, narró a la audiencia con un cierto brillo en los ojos.
Para la Alcaldía de Bogotá, la calidad de vida de los niños es determinante. Así lo demuestra el plan de entrega de 24 jardines nuevos y reconstruidos para Bogotá y los seis más que hay en la localidad de Barrios Unidos, en donde 989 niños son beneficiarios, según indica Gladys Sanmiguel, secretaria de Integración Social.
La mirada del padre o madre de familia
Así como a Luis Alfonso, el padre de Daniela, niña beneficiada con el nuevo Jardín El Nogal de la Esperanza, los demás padres dieron su opinión sobre lo que representa para ellos encontrar el lugar adecuado para dejar a sus hijos mientras ellos trabajan.
Carol Wilches trabaja en las labores del hogar y su hija Laura de dos años estudia en el jardín. Menciona la calidad en la educación y atención que brindan las docentes.
Le gusta que a su hija le den la alimentación adecuada, está feliz con el horario porque alcanza a hacer sus labores de hogar durante el día, exalta el estímulo cognitivo y le encanta que la nueva sede es más amplia, luminosa y que ya no existe el riesgo de antes. Las cocinas de la plaza de mercado quedaban en el primer piso, justo debajo de los salones del jardín anterior.
Karina Beltrán y Julián Granados son una pareja que se dedican a las labores de ingeniería industrial y contaduría. Confiesan que cuando fueron a inscribir a su hijo Joel al jardín, tenían miedo de dejarlo porque no sabían cómo iba a ser el trato.
Ese sentimiento ya quedó atrás y por el contrario, hoy se sienten felices porque las docentes son amorosas, su hijo ha avanzado en desarrollo y aprendizaje, se relaciona con otros niños, cuenta sus historias, es más sociable y pregunta sobre todo lo que observa en su entorno.
Karina y Julián están felices con las nuevas instalaciones del jardín, consideran que es un lugar seguro, que le brinda buena educación y alimentación balanceada a su hijo. Joel llega feliz a la casa, le gusta el arte y está gordito, narra Julián con alegría.
“Estos espacios son necesarios tanto para los niños como para nosotros sus padres. Los jardines del Distrito son lugares seguros, vigilados y controlados. Nuestro hijo está bien acá”, comenta la pareja de padres.
Luz Mery es vendedora de ropa, su nieta, Laura Sofía estudia allí, es su segundo año. Le gusta que se hayan trasladado a estas instalaciones nuevas porque hay más espacio, educación de calidad y buenos maestros.
Viven a dos cuadras del jardín, eso es una ventaja para Luz Mery. Asegura que a su nieta le encanta el énfasis artístico del jardín y que ahora se relaciona mejor con los niños de su edad.
Por: Cindy Castiblanco Herrera
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