La Casa Refugio me ayudó a empoderarme: mujer víctima de violencia intrafamiliar

1·ABR·2022
Conoce la historia de una mujer valiente, que después de sufrir violencia en el hogar, hoy es libre y está decidida a terminar sus estudios de enfermería.
¿Cómo ayudan las Casas Refugio a las mujeres víctima de violencias?
Las Casas Refugio son espacios gratuitos de alojamiento, alimentación, vestido y transporte, a las mujeres víctimas de violencias y sus hijos e hijas o personas a cargo. Imagen:

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Andrea Gómez* fue acogida en una de las Casas Refugio de la Secretaría de la Mujer, luego de haber sido víctima de violencia física y psicológica por parte de su expareja, a tal punto que puso en peligro su integridad física. Hoy está decidida a terminar sus estudios de enfermería y salir adelante.

“Andrea antes era una mujer débil, que se dejaba, cualquier persona podía pasar por encima de mí, ahorita soy una persona empoderada, la Casa Refugio me ayudó mucho a empoderarme, a tener control de mis emociones y a no permitir nuevamente esas cosas que yo permitía antes”, afirma Andrea Gómez, mujer víctima de violencia intrafamiliar atendida en la localidad de Teusaquillo y acogida en una Casa Refugio.

Andrea tuvo una relación de 10 años con su expareja. Aunque al inicio todo parecía perfecto apenas dio a luz a su hija las cosas cambiaron y él comenzó a tener comportamientos agresivos.

“Él me celaba mucho, me controlaba el tiempo, me amenazaba con que se iba a matar y me iba a matar a mí y a mi hija, entonces a mí me daba mucho miedo y yo hacía todo lo que él decía. La mamá de él también me agredía y me decía que me iba a quitar a la niña, entonces yo me sentía intimidada”, explica Andrea.

Hasta que un día se presentó el primer episodio de violencia física, que llevo a Andrea a instaurar una denuncia. Eso dio como resultado una caución en contra de su expareja, pero Andrea, por dificultades para continuar con sus estudios, decidió volver a vivir con él.

”Cometí un error de que me dejé convencer de volver a la casa para poder seguir estudiando y terminar mi semestre, pero igual yo le dije que no quería tener nada con él. Él aceptó, pero luego de tres meses llegó y me dijo ‘o usted vuelve conmigo o vuelve’, y ahí se agravaron las cosas”, dice Andrea.

Esa situación terminó en episodios de violencia cada vez más severos: “Un día me dijo que me iba a quemar, y a mí me dio mucho miedo porque ahí estaba la niña presente también, pero de todas maneras decidí defenderme, y ahí comienzan las agresiones de parte y parte”, explica Andrea.

En otro episodio de agresión, la mamá de su expareja aprovecha la situación y se lleva a la niña con ella. Hasta el momento Andrea no ha podido recuperar la custodia de su hija.

Andrea entonces decide ir a la Comisaría de Familia y denunciar su caso. Allí, la remiten al servicio de Casa Refugio al evidenciarse el peligro para su integridad.

“Al principio no sabía muy bien de qué se trataba, pero yo llegué a la Casa Refugio y todo cambió, allá me encontré con muchas profesionales, con una muy buena atención que dieron lo mejor para ayudarme”, explica Andrea.

En los seis meses que Andrea estuvo en la Casa Refugio recibió apoyo psicosocial, orientación por parte de una profesional en trabajo social y una abogada, y empezó a reconstruir su vida pensando en sus metas a futuro.

“El apoyo psicosocial le ayuda a uno a tener otra visión de las cosas y de la vida. Ahora estudio y trabajo, eso me ha dado más fuerza. En Casa Refugio cogí muchas habilidades que no sabía que tenía.  Yo antes estaba como dormida y ahora ya desperté, y digo ‘no, esto no es así’, ya tengo mis planes trazados, voy es para adelante y para atrás nada”, afirma Andrea.

Hoy Andrea recibe asesoría jurídica por parte de la Secretaría de la Mujer para recuperar la custodia de su hija, sueña con terminar su carrera de enfermería, especializarse en paramédico y buscar oportunidades fuera del país.

“El consejo es que a la primera agresión, denuncien, y que tomen la decisión de dejar a la persona y no volver, porque yo aprendí con él que el que es no deja de ser. Ellos cambian como por uno o dos meses y vuelven a ser los mismos”, dice Andrea a las mujeres que están pasando por su situación.

*El nombre fue cambiado para proteger su identidad.

Orientación y acompañamiento psicosocial y jurídico

Si eres víctima de violencia o conoces un caso y quieres informarte sobre lo que debes hacer, puedes comunicarte a la Línea Púrpura Bogotá ‘Mujeres que escuchan mujeres’ al 018000112137, o al whatsapp púrpura 300 755 1826.

Las Casas Refugio son espacios en los que se garantiza de manera gratuita el alojamiento, alimentación, vestido y transporte, a las mujeres víctimas de violencias y sus hijos e hijas o personas a cargo, que llegan a través de la emisión de una medida de protección otorgada por una autoridad competente (Comisarías de Familia o Jueces de Control de Garantías).

En estos espacios se adelantan procesos donde se potencie el ejercicio pleno de los derechos, autonomía y habilidades de las personas acogidas. Para ello, el modelo está basado en el desarrollo de acciones de índole psicosocial y socio jurídica por parte de un equipo interdisciplinario integrado por profesionales en primero auxilios, derecho, nutrición, pedagogía, psicología y trabajo social.