1961 inauguró una década marcada por eventos relevantes en la historia de la humanidad: en abril de ese año el hombre llegó por primera vez al espacio, cuando el soviético Yuri Gagarin logró ascender y ponerse en órbita dando una vuelta completa a la tierra.
En el plano sociopolítico, el mundo vio ese agosto el levantamiento del Muro de Berlín, una barrera de 48 kilómetros que separaba la frontera de Alemania Oriental y Occidental. Ese también sería el gran símbolo de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
No obstante, también fue un año de especial recordación para la historia contemporánea de Colombia específicamente para Bogotá y su avance urbanístico, pues entonces se fundó una de las localidades más grandes y emblemáticas de la capital. Esta es la historia.
El 17 de diciembre de ese año llegó a Bogotá el entonces presidente más joven de la historia de Estados Unidos, John F. Kennedy. Los preparativos tomaron varias semanas durante las cuales los medios de comunicación y la gente no dejaron de hablar del tema. Para aquella ciudad en crecimiento este era el acontecimiento del siglo.
La expectativa, siempre en aumento, finalmente cesó cuando una mañana de cielo despejado, el avión oficial, el Air Force, atravesó las pocas nubes que se divisaban en el horizonte. El imponente Boeing 707 de alas plateadas, pintarrajeado de rojo, blanco y negro, aterrizó en el entonces recién estrenado aeropuerto El Dorado. De la puerta emergieron el jefe de Estado y su esposa Jacqueline. Ahí comenzó la jornada de 14 horas.
La visita se convirtió en el evento social del año y hoy en un episodio histórico de la ciudad. Por entonces Alberto Lleras Camargo estaba en su segundo período presidencial; fue él quien estuvo al frente de gestionar la visita y recibir a los invitados.
La llegada de Kennedy a Colombia, iba más allá del protocolo diplomático; en el marco de la famosa ‘Alianza para el Progreso’, un programa de ayuda económica, política y social que Estados Unidos implementó en Latinoamérica, la intención era oficialmente poner la primera piedra de un megaproyecto urbano: Ciudad Techo.
Este, fue pensado como un complejo urbanístico al suroccidente de la ciudad compuesto por 18.000 casas y una extensión de 308 hectáreas que proyectaba acoger alrededor de 126.000 personas. La jornada terminaría con un banquete en el Palacio de San Carlos, hoy sede de la Cancillería, donde los líderes de cada país pronunciaron un discurso en el que reafirmaban el fortalecimiento de las relaciones de ambas naciones.
El plan de construcción se llevó adelante con éxito y 'Ciudad Techo' fue una realidad. Dos años después, Kennedy murió asesinado durante un desfile oficial, en Dallas, Texas. La noticia se difundió rápidamente a nivel global y hasta hoy persiste como uno de los grandes misterios a resolver en Estados Unidos. Entonces, en 1963, los habitantes de aquel primer conjunto de casas decidieron cambiar el nombre de la futura localidad como un tributo al mandatario que puso la primera piedra.
En 1967 el nombre sería ratificado por el concejo de la ciudad y así, oficialmente, hace 51 años, nació oficialmente Ciudad Kennedy, actualmente una de las localidades más conocidas de la ciudad.
Sus números ya están lejos de aquellas 126.000 personas. Hoy la localidad octava de Bogotá cuenta con más de 1'200.000 habitantes, más de 315.000 hogares, 488 barrios y alrededor de 388.000 hectáreas de extensión. Hoy, es una ciudad dentro de otra ciudad, que por siempre rendirá honores a quien puso su primera piedra.