La Administración Distrital expidió el Decreto que establece el estrato uno, por diez años, para aquellas viviendas nuevas que sean adquiridas a través de un subsidio de vivienda entregado por el Distrito y que estén localizadas en Bogotá. “Esto permitirá mitigar los efectos adversos por parte de personas con baja capacidad de pago, mientras se logra transformar el sistema de subsidios”, precisó Gerardo Ardila, Secretario Distrital de Planeación.
De esta manera se brinda una vivienda a los hogares que no tienen los ingresos suficientes para adquirirla y se garantiza la permanencia de los beneficiarios, mitigando procesos de segregación urbana y expulsión.
Al mantener las viviendas en estrato uno por un período de 10 años, con fundamento en lo establecido por la Ley 1537 de 2012, sobre acceso a la vivienda, “asegura la asignación de los mayores subsidios en los servicios públicos domiciliarios, además de las menores tarifas en el impuesto predial, configurando un escenario de gastos soportable para los hogares beneficiarios”, manifestó el funcionario.
El Plan de Desarrollo “Bogotá Humana” tiene como política la localización de las viviendas subsidiadas en áreas centrales de la ciudad como una manera de acercar la población más pobre a los centros de trabajo, pero para esto debe sincronizar diferentes políticas en el territorio.
Por un lado, los subsidios para vivienda son para las familias con menores ingresos y tienen como objetivo mejorar la calidad de vida y entornos urbanísticos de estas familias. Por el otro, tanto la calidad de la vivienda como los entornos urbanísticos, implican que las viviendas se clasifiquen en estratos medios, bajo el supuesto de que los ingresos de las familias se incrementaron para poder acceder a estas nuevas condiciones.
La realidad es que una familia que recibe un subsidio, cuenta con ingresos bajos y la calidad de una vivienda subsidiada, en un entorno urbanístico en buenas condiciones, no implican que esta familia haya aumentado su capacidad de pago. Recibir un subsidio no puede terminar por afectar negativamente la capacidad de pago de las familias beneficiarias del subsidio, impactando negativamente su calidad de vida.
“La medida de fijar el estrato a la VIP en Bogotá es viable financieramente para el Distrito y será un instrumento eficaz contra la segregación en la ciudad, al evitar procesos de expulsión de habitantes por efecto de un incremento en lo que deben pagar por servicios públicos domiciliarios”, anotó el Secretario.