Niños Emberá Katío inician sus clases presenciales en el Colegio Restrepo Millán

8·MAR·2021
Un total de 30 niños y niñas de la comunidad Emberá Katío, comenzaron clases este lunes 8 de marzo.
Indígenas Emberá Katio en colegio
Niños y jóvenes indígenas iniciaron sus clases presenciales. FOTO: Secretaría de Educación

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En un bus que llegó hasta el CAI del barrio Vistahermosa, en Ciudad Bolívar, se transportaron los treinta niños de la comunidad indígena Emberá katío que este lunes 8 de marzo iniciaron sus clases presenciales en el Colegio Restrepo Millán, en el barrio Quiroga, en el sur de Bogotá.

Siendo casi el mediodía y después de cerca de una hora de viaje por las calles en zig zag que bajan de la montaña, descendieron del vehículo provisto por el colegio e ingresaron a las instalaciones educativas donde les habían dispuesto los pupitres y todos los elementos pertinentes para que después de mucho esperar iniciarán otra vez con sus estudios académicos.

Antes de los formalismos del primer día de clases, fueron sorprendidos con unos refrigerios conseguidos con el dinero de los profesores y de la rectora, Luz Marina Restrepo, preocupados por la condición física de los niños y adolescentes algunos de los cuales llegaron descalzos

 

Niños Emberá Katío retornan a clases

No pueden aprender con la barriguita vacía

“Uno pide que les ayuden porque da mucha tristeza y un niño no puede aprender con la barriguita vacía, con esa desnutrición que se observa en ellos”, aseguró la rectora que también contó cómo fue que estos pequeños indígenas terminaron en su colegio.

“La dirección de inclusión, que hace el proceso de direccionar esta población a los colegios fue la que se contactó conmigo y les dimos la oportunidad de que el Colegio Restrepo Millán les abriera las puertas a estos chicos que son población muy vulnerable, muchas veces negada por la sociedad y les abrimos la posibilidad a los niños de que continúen sus estudios”, sostuvo la docente.

 

Después del refrigerio, que les cayó como una bendición, los niños entre los cinco y los quince años fueron asignados a sus respectivos cursos, iniciando con preescolar hasta los grados sexto y séptimo.

Estaban en el Parque Tercer Milenio

“Creo que no tenían institución. Son de esos últimos grupos desplazados, que se han refugiado en Bogotá, que estaban en el Parque Tercer Milenio el año pasado y otros son niños pagadiario, donde los coge la noche pagan y se quedan, entonces son personas que es difícil decir están ubicadas en tal parte”, sostuvo la rectora.

Mauricio Castillo, subsecretario de Calidad y Pertenencia de la Secretaría de Educación, anunció hace pocos días que se hará la entrega del bono alimenticio a todos los niños que estén matriculados, así como el transporte escolar de aquellos que efectivamente lo requieran.

Felices e ilusionados tras la entrega de unos kits escolares con cuadernos, colores y maleta, los nuevos estudiantes del Restrepo Millán recibieron las primeras indicaciones en su lengua nativa gracias a los dinamizadores interculturales que hacen las veces de puente entre ellos y los profesores del colegio para iniciar la formación académica.

“Entraremos en una fase de diagnóstico y de mirar la situación de ellos y de acuerdo con eso los vamos nivelando para que queden en el grado que les corresponde, según sus conocimientos. La edad no será mucho referente porque hay niños que están pasados de edad”, sostuvo Luz Marina Restrepo.

Emberá en colegio

Foto: Secretaría de Educación

Después de unas tres horas en el colegio, con una jornada de bienvenida, sensibilización y reconocimiento del entorno educativo para ir adaptando su cultura a los diferentes protocolos, los treinta niños Emberá Katío retornaron en el bus al CAI Vistahermosa para finalmente llegar a sus casas o sitios de alojamiento.

Serán más de 200 indígenas los beneficiados

Este ritual se repetirá dos o tres veces por semana, durante el primer mes, hasta cubrir los 213 niños y jóvenes que encontraron en el Restrepo Millán su colegio para volver a las clases de manera gradual, progresiva y segura.

“Qué bonito que consiguiéramos una fundación que dijera: mire yo les asumo los uniformes de esos niños, sería lindo; y otro que dijera, yo dono zapaticos para los niños; perfecto, tenis, lo que fuera”, concluye la rectora, quien con un corazón y una bondad enormes aspira a cambiarles la vida a esos pequeños estudiantes indígenas que hoy tocaron las puertas de su colegio.