¿Qué hay detrás de un guardián de la ciclovía?

28·FEB·2021
La Ciclovía de Bogotá es un programa que incentiva y apoya a sus guardianes, para brindar siempre el mejor servicio a la ciudadanía.
María Fernanda, Guardian de Ciclovía.
Maria Fernanda Páez Suárez, se siente orgullosa de pertenecer al equipo de la ciclovía durante los 4 años que lleva dentro del programa.

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Llega el domingo y la labor del guardián de ciclovía comienza desde tempranas horas. Aproximadamente a las 3 a.m. se están levantando para alistarse y tomar las vías que los llevarán a su lugar de encuentro para empezar con su jornada. 

Todos los domingos son diferentes para los guardianes, cada día se enfrentan a nuevas actividades, pero ellos están capacitados para asumir cualquier novedad que se presente durante su jornada y así cumplir con cada una de las funciones que les es asignada.

Maria Fernanda Paez Suarez, gerente jefe de Ruta de la ciclovía de Bogotá, encargada de la Gerencia Lúdica Recreativa como Indicativo Alfa 8, a sus 25 años se siente orgullosa de pertenecer al equipo de la ciclovía durante los 4 años que lleva dentro del programa sirviendo a la ciudadanía. 

“Principalmente estamos para ayudar y prestar el mejor servicio a todos los bogotanos, desde la persona que sale sola, desde los papás que salen con sus hijos, los vendedores que nos apoyan, todas las entidades que están haciendo actividad, nosotros estamos para permitir que esto pase y apoyarlos a todos”, menciona María Fernanda. 

Con cinco corredores norte, seis corredores centro y tres corredores sur, la ciclovía de Bogotáabarca desde la Iglesia de la Aurora al sur, hasta la calle 170, en el norte de la ciudad, junto con La Conejera, permitiendo a los usuarios disfrutar de su salida y desplazarse sin tener límites hasta ciertas partes de la ciudad.  

La amplia trayectoria con la que cuenta la ruta de la ciclovía permite que se tenga a disposición de los guardianes, diversos puntos de formación para su encuentro matutino, cada punto es asignado dependiendo el lugar de vivienda del guardián. 

“Yo vivo en el barrio J Vargas y tengo que desplazarme a un punto en formación que es el Tunal, tengo que estar allá a más tardar a las 6 a.m. entonces desde mi casa me estoy tardando aproximadamente 45 o 50 minutos, lo que quiere decir que debo salir a las 5 a.m. para poder llegar en bicicleta al punto que tengo asignado” comenta Maria Fernanda.

Guardianes de ciclovia

Las calles de la ciudad se vuelven la compañía del guardián en su ruta para llegar al punto de formación, portando sus reflectivos de pies a cabeza, toda la señalización reglamentaria, luces, casco y uniforme, buscan ser lo más visibles dentro de la oscuridad de la madrugada en la ciudad, evitando exponerse a hurtos o accidentes durante su recorrido, como ha ocurrido en algunos casos.

“Yo tuve una compañera que a la altura de la 26 cerca al Méderi la botaron de la bicicleta, la patearon, la golpearon, se llevaron la cicla y como saben que todos tenemos radio en el que nos comunicamos se lo quitaron para que ella no lograra alarmar, hemos tenido casos en que los guardianes somos atacados no sólo verbalmente sino físicamente” cuenta Maria Fernanda. 

El programa que ofrece la ciclovía de Bogotá junto con el Instituto Distrital de Reacreación y Deporte (IDRD), permite la incorporación de estudiantes que quieran ser parte del proyecto, sin interferir en sus estudios, aportando experiencia en su campo profesional y personal durante el proceso. 

Más que hacer funciones como mover vallas, colocar pendones o controlar el espacio público, la mayor motivación que tiene el guardián de ciclovía es poder servir a la ciudadanía y aportar siempre su conocimiento en pro del beneficio del usuario. 

“Nunca voy a olvidar a una señora de 57 años diciendo que nunca había montado cicla y nosotros le enseñamos en el punto de escuela con toda la pedagogía, con toda la herramienta, y que te digan 'guardián gracias, por esto salgo con mis nietos a montar', y uno dice, qué lindo eso, o cuando ayudas a una persona que se lesionó o se fracturó y después se acercan al instituto y agradecen por la acción”, comenta Maria Fernanda. 

Y añade “nos han pasado momentos en los que tenemos casos cardiorrespiratorios, y por la acción puntual de un guardián de llegar a hacer muy bien sus protocolos hemos salvado vidas en donde familias nos dicen, gracias por salvar a mi papá por que si usted no hubiera estado cuando le dio el paro no estaría viviendo”  

Guardianes de ciclovia

Detrás de lo que conocemos como la ciclovía dominical, entre semana, el equipo en general, trabaja en los informes del fin de semana para tener agendado y asignado cada punto a lo largo del tramo vial.

Cada actividad está asignada estratégicamente permitiendo que la jornada sea exitosa y que los ciudadanos disfruten de este espacio deportivo y de ocio. 

“Los guardianes estamos capacitados en muchos temas, vendedores de espacio público, atención prehospitalaria, servicio social, las capacitaciones son colectivas para que todos tengamos los mismos conocimientos y como equipo nos ayudamos durante la ruta si hay algún accidente, lo que se necesite”, menciona Daniela Rodriguez, guardián de Ciclovía. 

María Fernanda de lunes a viernes se desempeña como docente de un colegio en Soacha, municipio aledaño al sur de Bogotá, con estudiantes de los grados primero a once, les brinda su conocimiento como licenciada en química y en biología, y los fines de semana porta su uniforme como guardián líder de ruta en ciclovía. 

“Aca estamos con las manos abiertas, este es un trabajo porque es una acción remunerada, pero es un trabajo donde uno viene a ser muy feliz, a compartir con la gente, a ser prestador de servicio, sino te sientes cómodo intentalo y verás que te enamoras de ayudar a la gente,  que es ver una sonrisa sin que te estén dando algo a cambio, hacerlo sin interés alguno solo ayudando a la gente”, concluye esta servidora de nuestros biciusuarios.