Por: John Fredy Cortés
Hablar del padre Francisco de Roux es hablar de ese sueño que siempre ha tenido Colombia por tener una paz completa entre todos sus actores sociales y sus habitantes.
Esperanza y reconciliación son las palabras que más usa, luego de ser él la cabeza visible de la Comisión de la Verdad, entidad creada en el marco del Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, suscrito entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) en 2017
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Todo lo anterior para conocer la verdad de lo ocurrido en el marco del conflicto armado y contribuir al esclarecimiento de las violaciones e infracciones cometidas durante el mismo y ofrecer al mundo una explicación amplia de su complejidad a toda la sociedad.
El padre Francisco es un conciliador en todo el sentido de la palabra, y se echó al hombro liderar la que probablemente ha sido la tarea más ardua e importante de su trayectoria profesional: la Comisión de la Verdad, encargada de construir un relato sobre los hechos del conflicto armado con miras a esclarecer lo que pasó, pero, sobre todo, a entender cómo podríamos evitar los colombianos que se repita ese horror.
El padre De Roux, durante más de cuatro años, junto a la Comisión recogió testimonios de más de 30.000 personas de todos los sectores del país para procurar entender el porqué del conflicto colombiano, sus causas y repercusiones en el territorio nacional.
- ¿Padre Francisco, para usted qué es la reconciliación?
Entendemos por reconciliación el día por el que ustedes están luchando. En que en Bogotá todos podamos vivir felices, todos podamos vivir tranquilos, que nadie tenga que sentir que lo van a estigmatizar, que lo van a considerar enemigo interno, que nadie tenga que sentir que de pronto lo secuestran o que de pronto tenga que exiliarse como se exiliaron un millón de colombianos durante el conflicto, que nadie tenga que pensar en irse desplazado de esta ciudad, o que no puede vivir apasionadamente como se hace en esta ciudad vinculando el campo de Sumapaz con el resto de la ciudad. Eso es lo que nosotros entendemos por reconciliación.
Para el Padre de Roux, Bogotá recoge con tranquilidad y con inmenso respeto todas las diferencias políticas, todas las diferencias de género, dignificando a todas las personas. Bogotá recoge a todas las etnias y aquí en esta ciudad tenemos la fuerza de la población afro, de las distintas etnias indígenas, de los gitanos y gitanas, de la población raizal; aquí en Bogotá está todo este espacio cosmopolita.
- Padre Francisco, ¿por qué la capital del país es tan importante en la reconciliación?
Bogotá es importante porque es el símbolo de la unión entre nosotros los colombianos y la importancia de poner en la educación de la ciudad lo que hemos hecho como un esfuerzo.
También para abrirnos a conversar con todos no solamente en las escuelas, no solo una conversación de lo que nosotros entregamos desde las víctimas, sino que participen en ellas las diferentes opiniones políticas, que participen en ellas los empresarios, la Policía y el Ejercito, que tienen muchas cosas que decir, pero todos mirando el inmenso dolor de la Colombia herida y todos con el propósito desde nuestras diferencias de construir un país donde no haya más guerras y donde respetemos la dignidad de todos nosotros.
Cuando sintamos que Bogotá recoge con tranquilidad y respeto todas las inmensas expresiones políticas y las diferencias de género, estaremos cumpliendo nuestra meta. Lo que la Comisión sueña es que en las diferencias se pueda lograr una ciudad como la que está construyendo la alcaldesa Claudia López.
- Padre Francisco toda su vida usted ha luchado por la paz de Colombia, ¿qué significa para usted ser ese granito de arena para lograr la anhelada paz?
Tengo la confianza de que en Colombia vamos a ser capaces de respetar la dignidad de todos en nuestras diferencias, mirar la verdad con tranquilidad y construir un país juntos.
Las palabras del padre Francisco de Roux dan cuenta de lo complejo y extendido del conflicto colombiano que por décadas ha dejado miles de víctimas. El informe de la Comisión de la Verdad es el punto culminante de un largo proceso de búsqueda y producción de verdad, en un país como Colombia caracterizado en los últimos años por la polarización.
¿Quién es el padre Francisco de Roux?
El padre Francisco de Roux Rengifo nació el 5 de julio de 1943 en Cali, capital del departamento del Valle del Cauca, en el seno de una familia conformada por siete hermanos dedicados a la política, la cultura, el derecho y las empresas. Fue el único con vocación religiosa, un llamado que recibió cuando acababa de cumplir sus 16 años.
Se desempeñó como investigador y subdirector en el Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep) y en 1986 se desempeñó como director del Programa por la Paz de la Compañía de Jesús.
En 1995, en el marco del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, lideró proyectos de economía campesina y créditos asociativos para superar la guerra en esos territorios y ayudar al retorno de poblaciones desplazadas. Gracias a este trabajo, en 2001 fue galardonado con el Premio Nacional de Paz.
En 2008 asumió como director de la comunidad jesuita de Colombia, una de las mayores ordenes católicas del mundo con presencia en varios campos como el educativo, social, misionero y comunicativos.
Sin embargo, no declinó a su vocación como gestor de paz, desde su labor como sacerdote siempre tuvo en mente contribuir a la superación del conflicto armado en Colombia. Algo que pudo hacer como director de la Comisión de la Verdad desde 2018.