Por: Crónica del Jardín Botánico de Bogotá (JBB)
En ‘Bogotá, mi Ciudad, mi Casa’ Gilberto Rico lleva cuatro años como vigilante de la Avenida Tercera, un antiguo edificio esquinero con más de 20 pisos del barrio Las Aguas ubicado en el inicio de la transitada calle Corta de las Nieves.
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El verde del sector, representado en imponentes urapanes, cauchos sabaneros, palmas de cera, jazmines del cabo y falsos pimientos, le sirve como bálsamo para soportar las largas horas de sus turnos diurnos y nocturnos.
“Cada vez que me siento cansado o estresado, salgo de la recepción del edificio para contemplar la belleza de los árboles. Me pongo de mal genio cuando la gente arroja basura en estos tesoros o deja que los perros hagan sus necesidades en ellos”.
Este año, a Gilberto se le arrugó el corazón cuando se enteró que uno de los árboles de la zona debía ser talado debido a su mal estado físico y sanitario. Un caucho sabanero representaba un alto riesgo para los habitantes y transeúntes.
“Me puse muy triste porque íbamos a perder uno de los árboles que engalanan la calle peatonalizada que separa al edificio de la estación de TransMilenio de Las Aguas – Centro Colombo Americano”.
El vigilante recuerda que el proceso de la tala fue dispendioso por la altura del caucho y el gran tamaño de las raíces. “El andén se vio bastante afectado y por eso debieron reconstruirlo totalmente. Esa obra estuvo a cargo del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU)”.
La entidad construyó dos contenedores al frente del edificio. Según Gilberto, el objetivo era que allí se plantarán dos nuevos árboles de gran porte como medida de compensación por la tala del antiguo caucho sabanero.
“La administración del edificio gestionó recursos para encerrar los contenedores con una malla azul y estibas de madera y así evitar que se convirtieran en baños o basureros. Unos habitantes sembraron plantas de jardín”.
Regalos verdes
El pasado 10 de diciembre, Laura García, ingeniera forestal del Jardín Botánico de Bogotá (JBB), y dos operarios, llegaron a este sector del barrio Las Aguas para reverdecerlo con dos nuevos árboles.
“Escogimos nogales con más de dos metros de altura para plantar en los contenedores elaborados por el IDU. Esta es una de las especies más representativas de la capital y le dio el nombre a uno de los barrios del norte de la ciudad”, informó la profesional.
Los nogales, con una edad de aproximadamente un año, fueron propagados y germinados en el vivero del JBB por medio de una tecnología llamada maceta Air-Pot o contenedor aireado, la cual permite el desarrollo de las raíces de manera horizontal y oxigenada.
El rostro de Gilberto se iluminó al ver el tamaño y frondosidad de los dos nuevos árboles que ahora iba a contemplar durante sus turnos de vigilancia. “Están muy hermosos. En esta zona de Las Aguas nunca había visto esta especie”.
Los operarios del Jardín Botánico de Bogotá (JBB) se encargaron de abrir los huecos de un metro cúbico de profundidad y de transportar los nogales desde el platón de una camioneta hasta su nuevo hogar. “Se nota que son muy pesados. Es la primera vez que veo esos contenedores aireados”, apuntó el vigilante.
Juan Andrés Pereira, habitante del barrio Santa Isabel que a diario recorre los recovecos del centro de la ciudad, no pudo evitar acercarse al sitio de la plantación. Luego de hablar con la ingeniera y Gilberto, decidió colaborar.
“Les ayudé a destapar el contenedor aireado y a echar la tierra abonada. Estos nogales le van a dar más vida a este concurrido sector del centro histórico; la experta me dijo que pueden alcanzar los 15 metros de altura”.
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Los dos nogales fueron protegidos por los cerramientos gestionados por la administración del edificio. Según Gilberto, es una medida efectiva para evitar que los orines de los perros y humanos afecten las raíces de los árboles.
“Con esta plantación se nos adelantó la Navidad. Estos nogales son regalos verdes que vamos a cuidar mucho con la ayuda de los habitantes, trabajadores y administradores del edificio. Esperemos que los transeúntes respeten su vida”.
Replantes en el Parque de los Periodistas
Luego de plantar los dos nogales, García y sus operarios llevaron diez árboles y arbustos a una de las zonas verdes del Parque de los Periodistas, un sector del centro de la ciudad donde el arbolado se ha visto bastante afectado por la ciudadanía.
“Hemos hecho varios replantes en esta zona. Lamentablemente, los comportamientos inadecuados de algunos ciudadanos han evitado que algunos individuos crezcan y se desarrollen adecuadamente”.
Roble, milflores, magnolio y abutilón fueron las especies escogidas para el nuevo replante. Según la ingeniera, estos individuos arbóreos y arbustivos han resistido a las condiciones sociales y ambientales en otros sitios de la ciudad.
“La mayor problemática es la tenencia irresponsable de las mascotas. Los dueños dejan que los perros hagan sus necesidades en los árboles jóvenes y esto evita su adecuado desarrollo. El llamado es a cuidar y respetar el arbolado de Bogotá”.
