Detrás del alcalde: En el Jardín Infantil Oso de Anteojos en Fontibón

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24•Nov•2024

Ian, a sus tres años, probablemente no sabe quién es Enrique Peñalosa, pero no puede esperar para disfrutar de su nuevo jardín: ‘Oso de Anteojos’. Donde ahora se erige ‘Ojo de Anteojos’ antes había una pequeña institución llamada ‘El Principito’. Ian había asistido a ese recinto desde que tenía un año.

‘El Principito’ fue la base para construir ‘Ojo de Anteojos’, un jardín mucho más grande y moderno que su predecesor.

‘Ojo de Anteojos’ fue abierto al público a principios de este año e inaugurado por el alcalde Enrique Peñalosa hace dos semanas. Es uno de los 13 jardines infantiles que la actual administración ha puesto en operación durante el cuatrenio 2016-2019.

“Luego de que les mostraron el nuevo jardín, Ian llegó súper emocionado y contento a la casa”, explica Jeimy Galeano, mamá del pequeño.

Y no es para menos, este nuevo espacio está habilitado para atender a más de 160 niños de la localidad de Fontibón, desde los seis meses hasta los tres años.

El edificio consta de tres plantas con ocho aulas, y además salones de juegos, baterías de baño infantiles, cocina, comedor y área de juegos, entre otros espacios. Y se suma a la red de jardines infantiles que solamente en Fontibón atiende a más de 2.100 pequeños.

Una gran transformación

Ian sabe que su colegio ahora es diferente y así lo ratifica su mamá: “Sí ha habido cambios, sobre todo en él. Anda muy entusiasmado de venir al colegio”.

De la edificación anterior sobrevive una sencilla estructura de dos plantas construida con contenedores metálicos. Los padres de familia y los 19 maestros que trabajan en el jardín coinciden en que esa infraestructura era inadecuada para los pequeños. Se sobrecalentaba cuando hacía sol y sometía a los niños a un frío difícil de sobrellevar en la temporada invernal.

“Me da tranquilidad dejar a mis hijas en el nuevo jardín. Mi esposo y yo vemos con felicidad el cambio que han tenido y cómo este espacio ha contribuido a su desarrollo”, señala Adriana Paola Rey, mamá de Victoria y Julieta Bonilla Rey, dos hermanitas que pasan sus mañanas en ‘Oso de anteojos’.

Luchas que valen la pena

Ni Victoria, ni Julieta, ni Ian entienden de líos de adultos y mucho menos de enredos políticos. Por eso no saben que el colegio que hoy tanto disfrutan se erigió luego de un enorme esfuerzo institucional.

Dado que la infraestructura de Ojo de Anteojos es mucho más grande que la del jardín anterior, fue necesario comprar más predios. Pero el proceso para adquirirlos enfrentó obstáculos.

Así lo explicó el alcalde Peñalosa durante el evento de inauguración: “Había un pleito con vecinos del sector, tenían invadido el predio y no querían dejar que se construyera este jardín”. La primera piedra se puso en enero de 2018 y transcurrió casi año y medio para que el jardín pudiera abrirse al público.

Fue necesaria la intervención de varias entidades del Distrito para que esta obra se materializara: desde la Secretaría de Integración Social, que lideró el proceso, pasando por las de Hábitat, Jurídica, Educación y Cultura, entre otras.

“Este edificio es un templo para que los niños sean felices. Aquí están formándose en una de las etapas más importantes de su vida”, subrayó el alcalde Peñalosa.

Un apoyo para las familias

Gracias a este espacio, hoy muchos padres que residen en Fontibón pueden irse a sus trabajos con la tranquilidad de que sus hijos están en las mejores manos.

Piedad Castañeda es una de las docentes que queda a cargo de los más pequeños: bebés entre los seis meses y el año, Ya completa seis años trabajando en este jardín, desde antes de que se transformara en ‘Oso de anteojos’.

Cuenta que los padres de estos bebés son personas jóvenes, que trabajan mucho y tienen algunas dificultades económicas. Así que este espacio es el más indicado para asegurar el desarrollo y cuidado de los quince niños más pequeños que tiene el jardín.

En eso coincide Jeimy Galeano, mamá del pequeño Ian. Luego de escuchar al Alcalde en el evento de inauguración del jardín, se despide y sale tranquila sabiendo que Ian, su niño consentido, está preparándose de la mejor forma para su próximo ingreso al ‘colegio grande’.

“Al ver todo esto (el nuevo jardín) uno dice: Peñalosa sí se preocupa, más que todo por los niños que son el futuro de Bogotá y de Colombia. Ahí es donde uno verdaderamente se da cuenta la importancia de saber escuchar”, concluye.