No importan las inclemencias del tiempo, lo lejos del terreno, la inseguridad de la zona o la peligrosa situación a la que se vayan a enfrentar, los integrantes de la Unidad Móvil de Atención siempre estarán dispuestos cuando sean requeridos para atender cualquier emergencia relacionada con personas víctimas del conflicto armado que estén en Bogotá.
Son trece expertos que de manera coordinada están atentos los 7 días de la semana y las 24 horas del día para afrontar cualquier eventualidad relacionada con la llegada o permanencia de las personas víctimas del conflicto.
La Unidad Móvil es una estrategia de la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación, que busca brindar atención oportuna a las personas que requieren de manera urgente orientación y atención cuando llegan a Bogotá. Está compuesta por un equipo interdisciplinario de psicólogos, trabajadores sociales, abogados, promotores sociales y un coordinador de grupo.
La Alta Consejería de Víctimas, junto con las diferentes entidades con responsabilidades en asistencia, atención y reparación integral, es la encargada de coordinar las emergencias humanitarias que se presentan con población víctima de conflicto armado en la ciudad y es quien desde hace más de tres años, está al frente de este grupo de profesionales.
“Trabajamos de una manera coordinada e interdependiente con los centros y puntos de atención y con la Personería de Bogotá. Si el Ministerio Público por ejemplo solicita el servicio, la ruta se activa y acude al lugar de la emergencia”, aseguró la responsable del equipo de Asistencia y Atención de esta oficina.
La ruta consiste en una caracterización de las personas que llegan a Bogotá y se establecen unos protocolos de las necesidades psicosociales de las víctimas.
“Las personas no solo pierden su casa y sus seres queridos, sino que están afectadas en su libertad y su dignidad. El desplazamiento trae también desarraigo, lo que hace que se pierda la identidad y la libertad y lo que genera procesos de aceptación subjetiva, depresiones, problemas en sus maneras de relacionarse, por ello la idea nuestra es que las personas sean atendidas en la inmediatez“, dijo.
Lo importante del modelo de intervención es el enfoque diferencial que se aplica y que permite que los profesionales especializados apliquen el protocolo, que es el programa individualizado de atención, lo que facilita detectar las necesidades particulares de quienes componen la familia, y con base en eso se detectan las necesidades de atención.
Y justamente es allí donde los facultativos se encuentran con los dramas de frente, como lo recuerda Angela María Quintero quien anecdóticamente cuenta que en una de las atenciones a un campesino, se le brindó orientación y capacitación para la vida en la ciudad en la consecución de trabajo.
“En una de las orientaciones y después de uno de los talleres de consecución de trabajo, un señor de unos 50 años intentó salir del albergue y cuando le preguntaron para dónde iba respondió: 'ayer me sirvió tanto el taller que me brindaron, que yo voy a conseguir trabajo y voy a buscar algún potrero debe haber en Bogotá para desyerbar'“, cuenta.
La Unidad Móvil de Atención permite también detectar situaciones que por vergüenza o temor en ocasiones las víctimas prefieren invisibilizar, por ejemplo abusos sexuales y amenazas.
Actualmente en promedio 35 familias son atendidas por este grupo de especialistas, que permanecen atentos a cualquier eventualidad que se presente, desde afectaciones como consecuencia del clima (con personas víctima de conflicto armado que llegan a zonas en riesgo), llegadas de personas o familias por desplazamiento a la ciudad y vías de hecho.
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El auxilio a las víctimas que llegan a Bogotá
22·ABR·2016
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Talleres Unidad Móvil - Foto: Prensa Alta Consejería de Víctimas