En Bogotá las víctimas del conflicto armado tienen un lugar muy especial en los programas que se adelantan en la ciudad, por esta razón se atienden a 67.353 estudiantes víctimas en el sistema educativo del Distrito.
“De los 785.176 estudiantes matriculados en instituciones educativas distritales, tenemos 67.353 que han sido inscritos en el Registro Único de Víctimas del conflicto de nuestro país. En la administración del alcalde Enrique Peñalosa nos sentimos muy orgullosos, porque acogerlos en el sistema de educación oficial les ha permitido trascender de su condición de víctimas”, destacó la secretaria de educación, Claudia Puentes.
Hoy como parte del Día de Memoria y Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado, el sector educación ratifica su compromiso con la reparación simbólica a través de iniciativas de memoria, paz y reconciliación.
De los 67.353 estudiantes víctimas del conflicto en la educación oficial de Bogotá, 33.478 son mujeres y 33.875 hombres, 2.330 pertenecen a grupos étnicos y 1.466 con algún tipo de discapacidad.
De acuerdo con el Sistema Integrado de Matrículas y el Registro Único de Víctimas 2019, de las 1.466 personas víctimas con discapacidades que reciben atención educativa en los colegios oficiales de la capital de la República: hay 905 estudiantes con discapacidad intelectual, 108 con discapacidad múltiple y 103 con discapacidad física.
De la totalidad de estudiantes víctimas del conflicto armado, 2.184 son niños y niñas de 3 y 4 años, 2.457 son personas mayores de 18 años que están culminado sus estudios a través de estrategias educativas flexibles, y 62.712 son mayoritariamente niños, jóvenes y adolescentes entre 5 y 17 años.
Es importante resaltar que el 48 % de estos estudiantes reciben atención educativa en tres localidades del suroccidente de Bogotá: A las instituciones educativas distritales de Ciudad Bolívar asisten 11.742 personas, a las de Bosa 10.613 y a las de Kennedy 10.131. A estas zonas le siguen Usme (6.818), Suba (5.697) y Rafael Uribe Uribe (4.130).
Para garantizar la atención integral de estos estudiantes, en la ciudad se adelanta estrategias pedagógicas concretas de memoria histórica, paz y reconciliación en los colegios de la ciudad para fortalecer y crear diversas iniciativas que nacen en las aulas.
Es el caso de los ‘museos vivos e itinerantes’ que contribuyen a la reparación simbólica a partir de las memorias construidas en el escenario escolar y en articulación con las dinámicas locales.
“Todos nuestros estudiantes tienen un trabajo de memoria histórica que les permite reconocer su historia, saber qué ha ocurrido en nuestro país y entender que es necesario pasar la página del conflicto armado”, indicó Jenny Liliana Builes, docente del colegio Luis Eduardo Mora Osejo de Usme.
Desde 2018 el Distrito adoptó la flor de Nomeolvides como símbolo para conmemorar esta fecha, buscando dignificar los sueños de las víctimas del conflicto armado y reconocer su identidad, valentía, fortaleza, creatividad, perseverancia, esperanza, resiliencia y solidaridad como características vivas, sensibles y humanas con las que se construyen ciudad.