Ella es Oriza Sativa Lufti, una joven indonesia de 30 años que sorprende con su sonrisa por la calidez que denota. Sus gestos y actitud dan la impresión de ser una mujer buena gente, como diríamos en Bogotá.
Nos citamos a la una de la tarde en la Plaza de Bolívar, ahí en las escaleras de la Catedral Primada, y llegó muy puntual. No nos conocíamos, pero su imagen fue reconocible porque se destacaba entre los demás.
Llevaba puesto un ‘Hiyab’ o velo de color negro que cubría su cabeza y su pecho y que, según la tradición musulmana, lo usan las mujeres desde la pubertad como una forma de atuendo modesto.
Contenidos relacionados
Al saludar se inclinó levemente como lo hacen los japoneses y con claridad expresó: "¡Buenas tardes, mucho gusto conocerte!". Su nivel para hablar español se notó desde el comienzo y durante la conversación de casi una hora, en la que narró una buena parte de su historia y las razones por las que hoy se encuentra en Bogotá.
“Vengo desde Yogyakarta, Indonesia, un lugar conocido como el centro de la cultura, de templos religiosos y ciudad universitaria. Mi amor por aprender a hablar el idioma español fue la principal razón por la que ahora estoy en Bogotá”, expresó con un gesto de alegría.
Oriza se enteró de la existencia de Colombia gracias a sus clases de zumba en Yogyakarta. Su profe Beto, es colombiano y como buen caleño le enseñó pasos de salsa, cumbia, merengue y reguetón.
“Durante las clases con Beto me enamoré de Colombia, él me mostró características de su cultura y comencé a investigar por internet. Ahora me encanta la cultura colombiana, la música es maravillosa y mi gusto por aprender el idioma español fue aumentando. Llevo cuatro años aprendiendo el idioma y practicarlo en Bogotá ha sido la mejor opción”, narró.
Una oportunidad para ser embajadora de Bogotá
Este año le llegó la oportunidad propicia. Oriza se enteró por cuenta de una amiga suya que se había abierto una convocatoria para aspirar a una beca de estudio del idioma español en Bogotá, así que pasó los documentos requeridos y fue seleccionada.
La beca es parte del programa 'Embajadores de Bogotá 2019', una iniciativa de la Alcaldía de Bogotá, dirigida a jóvenes extranjeros motivados por aprender el idioma español y que también busca fortalecer sus conocimientos en historia y cultura de la capital de Colombia.
Oriza es parte del grupo de 32 jóvenes extranjeros postulados que cumplieron con los criterios solicitados y aplicaron a este programa que les ofrece la oportunidad de estudiar por tres meses, ser embajadores y vivir la experiencia de ser ciudadanos en Bogotá, desarrollar actividades de voluntariado y participar en actividades turísticas lideradas por el Instituto Distrital de Turismo.
El proceso de selección estuvo a cargo de la Secretaría de Desarrollo Económico y los 32 embajadores que hoy estudian español en las universidades EAN, Javeriana y en el Instituto Caro y Cuervo, provienen de China, Alemania, Francia, Turquía, Corea, India e Indonesia.
Con este programa la Alcaldía de Bogotá le sigue apostado a todos aquellos jóvenes que reconocen a Bogotá como un escenario perfecto para crecer, invertir y emprender.
¿Cómo es vivir en Bogotá?
Esta joven indonesa está viviendo la experiencia de ser ciudadana en Bogotá como debe ser, se lo ha tomado muy en serio. Estudia de lunes a viernes en el Instituto Caro y Cuervo y toma TransMilenio como principal medio de transporte.
Como cualquier ciudadano, asegura que el transporte es complicado en las horas pico pero no señala nada más. Dice que le encanta el clima de Bogotá, pues en su ciudad hace mucho calor, que hay muchos chicos guapos, parques bonitos, muchos gimnasios que ofrecen clases de zumba y le encantó viajar en TansMicable.
Ya conoció lugares típicos como el Cerro de Monserrate y el Centro Histórico, ha recorrido parques como el Simón Bolívar o el de Los Novios y visitó lugares más lejanos como la Mina de Sal de Nemocón, Villa de Leiva y la Laguna de Guatavita.
También asegura que ha tenido la oportunidad de aprender la historia de Bogotá a través de visitas guiadas a los museos más representativos. Dice que le gusta mucho experimentar la riqueza histórica, ambiental, gastronómica y urbana de la capital.
Para ella no es fácil viajar sola a una ciudad desconocida y sobre todo por las diferencias culturales que podría encontrarse en el camino:
“La gente en Bogotá es cortés, piden disculpas, siempre saludan o dan las gracias. He vivido anécdotas muy graciosas. Me miran raro por usar el ‘Hiyab’, e incluso han pensado que soy una monja porque me llaman: ¡hermanita, madrecita! ¿Qué misión tienes acá? Yo solo les digo que estoy de viaje”, concluye riendo a carcajadas.
Ella expresa que aprender español no es tan fácil, teniendo en cuenta que en su idioma nativo no existe la conjugación de las palabras pero que cada vez más, se acostumbra a hacer un buen uso del idioma español.
En sus ratos libres aprovecha para cantar canciones de Sebastián Yatra, Juanes o Carlos Vives y dice que cuando vuelva a Indonesia, con seguridad contará a las personas su experiencia como embajadora de Bogotá.
“Agradezco a la Alcaldía de Bogotá por brindar estas becas que son necesarias para que los jóvenes aprendamos de otras culturas, idiomas y de paso promocionemos a nuestras ciudades y países”, concluye.