La Subred Norte, desde el inicio de la pandemia el año pasado, implementó un programa innovador, que aborda de manera integral la salud mental de los trabajadores sanitarios, desde diferentes enfoques: espiritual, psicológico, holístico, acciones como educación en autocuidado, acondicionamiento de salas de bienestar para el descanso dentro de los hospitales, atención psicológica, primeros auxilios psicológicos, talleres sobre el manejo del duelo, el manejo del estrés, la humanización de los servicios; así mismo, con acuerdos con instituciones externas se brindó apoyo espiritual desde diferentes creencias y espacios de meditación.
Este programa es un precedente de cómo se puede abordar este tema en las organizaciones, para brindar bienestar en comunidad y que apunta a la importancia de la salud mental y emocional, como solicitan varios expertos que pertenecen a la red International City and Urban Regional Collaborative (I-CIRCLE). Doctores quehacen parte de esta organización hicieron una declaración conjunta en la que realizan un llamado a los gobiernos sobre la necesaria garantía del bienestar emocional y mental de la humanidad como una expectativa común de la gobernaza global.
De acuerdo a psiquiatra Miguel Sabogal, coordinador del programa para la salud mental de los trabajadores de la Subred Norte y sus familias – Conscientemente y colaborador por Colombia de esta declaración, la salud mental es fundamental para el desarrollo sostenible de los países, por eso, no se debe pensar en la salud mental de forma lineal, contemplada desde la medicina, la psiquiatría y psicología, sino vincularla a un sistema integrado de bienestar cívico, que implique a el deporte, la cultura, la educación, entre otros.
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La revista de medicina The Lancet, que reúne en uno de sus artículos las conclusiones de esta declaración, asegura que “Afrontar el futuro, depende de enfrentar la asignatura pendiente de abordar adecuadamente las necesidades de salud mental y la capacidad emocional de las comunidades. A menos que se produzca un cambio audaz, los factores sociales remediables (pobreza, inseguridad alimentaria, vivienda inestable, educación de la niñez), la opresión racial y económica, los bajos recursos de los sistemas de salud mental y su misión demasiado estrecha, se continuará socavando en la salud emocional”.
Es por eso que, la salud mental no se puede limitar a tratar la enfermedad del individuo, debe enfocar sus acciones a la comprensión de la vida social y a la implementación de políticas sociales amplias.
Con este trabajo de análisis colaborativo, los 32 signatarios de países como Canadá, Brasil, Estados Unidos, Inglaterra, Colombia, Zimbabue instan a reimaginar los sistemas actuales para que se priorice y fortalezca la salud mental de las poblaciones, ante posibles situaciones futuras similares a la que el mundo atraviesa en este momento con la pandemia.