Gracias a una innovadora intervención realizada por especialistas de cirugía pediátrica del hospital Simón Bolívar, un niño con malformaciones genéticas recibió la reconstrucción de su pared torácica.
Se trata de Cristian David Morales Morales a quien le reconstruyeron la pared torácica, cuando apenas contaba con meses de nacido, mediante barras expansoras de titanio y mallas biológicas.
“La técnica que utilizamos se usa para corregir defectos pequeños, fracturas, un arco o dos, pero Cristian presentaba una ausencia casi completa. Es la primera vez que usamos este procedimiento con tal magnitud”, explicó Catalina Ramírez, médico tratante.
María Morales, de 20 años, madre del menor, expresó que no fue fácil recibir el diagnóstico del niño, pero que se siente muy agradecida con los médicos y las enfermeras.
“Siempre estuvieron atentos a cualquier cosa que pasaba con ellos y siempre estuvieron ahí. Los médicos le dieron una oportunidad de vida a mi bebé”, sostuvo María Morales.
El niño, que actualmente tiene dos años y otras complicaciones de salud, fue diagnosticado al nacer con un síndrome genético que causa malformaciones en las costillas y vertebras conocido como Jarcho-Levin.
En su caso particular se evidenció la ausencia de sus costillas del lado izquierdo y de los músculos de la pared torácica, que le ocasionaban dificultad respiratoria severa.
A pesar del pronóstico médico, la recuperación del paciente ha sido favorable y no ha presentado complicaciones. El niño continúa en seguimiento, posterior a su intervención quirúrgica, ya que se debe realizar la expansión del dispositivo a la medida del tórax cada 3 a 4 meses, acorde a su crecimiento.
“Un gran equipo multidisciplinario del hospital Simón Bolívar, conformado por pediatras de Cuidado Intensivo, un cirujano de columna, especialistas de cirugía plástica (para el tratamiento de la cicatriz) y cirugía pediátrica, intervino al niño para poder lograr los resultados sorprendentes que obtuvimos”, aseguró el doctor German Mogollón, cirujano plástico.
El síndrome de Jarcho-Levin es una patología rara de incidencia mundial baja estimada de 1 en 200.000 recién nacidos vivos con variación geográfica marcada, definida como una anomalía en el desarrollo de los huesos, de carácter hereditario, caracterizada por grados variables de malformaciones, que en el tiempo se ha conocido con diversos nombres.
En Colombia no hay registros estadísticos; existe reporte de tan solo cuatro casos en Antioquia, y uno en Bogotá, el cual fue considerado como síndrome de Casamassima por sus hallazgos urológicos.