Iniciando con la banda mexicana El Tri, quienes cumplen 30 años de trayectoria en la escena del rock latinoamericano, pasando por el sonido pop de Juanes, un nombre que hace unos años nadie hubiera imaginado en la nómina del festival, hasta la apuesta arriesgada pero interesante de cierre a cargo de la Orquesta Filarmónica de Bogotá.
Los asistentes llegaron desde muy temprano a disfrutar de este último día del festival, encontrándose con presentaciones impecables por parte de las agrupaciones Tappan y Southern Roots, quienes hicieron parte de los 20 ganadores de las convocatorias distritales, y fueron seleccionados entre cerca de 300 bandas locales, gracias al Portafolio Distrital de Estímulos de la Alcaldía de Bogotá.
La fría tarde bogotana avanzaba y le correspondía el turno a El Tri, quienes por primera vez pisaban el escenario de Rock Al Parque. Con un sonido de rock and roll clásico y letras que describen la historia social y política de México y Latinoamérica, Alex Lora y su esposa, Chela Lora, se conectaban de manera orgánica con la ‘raza’, como cariñosamente llaman a su público. Con cada ‘rola’ (canción) y con su grito de guerra característico: ¨¡Qué viva el Rock and Roll!" se robaban los aplausos de los fanáticos.
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Al caer la tarde, un ganador de dos premios Óscar de la Academia tomó las riendas del escenario Plaza del Parque Simón Bolívar. Sí, créanlo, Gustavo Santaolalla estaba en tarima.
Con una puesta en escena impecable y una calidad musical única, nos deleitó con un repertorio que incluyó canciones de su banda Arco Iris, temas propios y hasta un set de la banda sonora de la película 'Secreto de la Montaña', pues de allí se desprende la canción con la que alcanzó su primer Óscar. Mientras que el cierre fue con una canción de Bajofondo. Fue sencillamente una mágica presentación.
No nos reponíamos de Santaolalla cuando Pedro Aznar nos conquistaba con una melodiosa que interpretaba clásicos del folclor argentino. Temas de Seru Giran, Charly García y Spinetta hicieron parte de su repertorio. Sin duda un protagonista fundamental de la escena de rock argentino que trascendió el tiempo y aún se mantiene vigente.
Había que tener el don de la omnipresencia para poder disfrutar todo lo que traía la noche de cierre de esta vigésimo quinta versión de Rock al Parque. Pues gracias a la impecable organización de Idartes los amantes del rock pudieron 'rockear' en tres distintos escenarios.
Morfonia, Los Amigos invisibles, Babasónicos y Shoot the Radio, con Zeta Bosio de Soda Stereo a la cabeza, entre otros. Un privilegio el cartel que nos mostró Rock al Parque en este último día.
La presentación de Juanes en el escenario Plaza atrajo a un nutrido grupo de fanáticos, producto de la curiosidad por ver su propuesta, que para muchos no combinaba con el festival. Sin embargo, desde el inicio de su presentación, el paisa se entregó de lleno al público haciendo un repaso por su carrera musical, fueron 13 canciones, dos de sus inicios con Ekhymosis y las demás de sus primeros álbumes en solitario.
El momento más épico momento de la presentación de Juanes fue cuando invitó a Zeta Bosio al escenario para interpretar juntos 'Cuando Pase el Temblor' de Soda Stereo, regalándole además al bajista de la legendaria banda el poncho que llevaba puesto. Esta escena causó mucha emoción entre los asistentes, que en respuesta encendieron las linternas de sus teléfonos celulares.
Juanes cerró su presentación con un set más rockero y eligió para despedirse 'Seek and Destroy' de Metallica, silenciando así las críticas que se generaron tras la confirmación de su presencia en el festival.
Luego, el sonido estridente de Fito Páez irrumpió en el parque, quien por segunda vez y después de diez años regresaba al escenario del festival para demostrarnos que sigue más vigente que nunca.
Canciones de su último álbum y también los clásicos con los que crecimos hicieron que cerca de 90 mil personas saltaran y cantaran. Esto es prueba de la influencia del rosarino en el rock latinoamericano, que ha creado no pocos himnos que ya son parte de nosotros. Como siempre, hubo una complicidad musical entre Fito y los bogotanos. Una relación que con el paso de los años se mantiene y se consolida.
Tuvimos que esperar a las primeras horas del martes, 2 de julio, para presenciar un acto sin precedentes en la historia del festival, pero valió la pena. Por segunda vez la Orquesta Filarmónica de Bogotá se tomó la tarima del festival. En una apuesta arriesgada pero perfecta, los curadores de la programación se anotaron un logro histórico.
Con la base de la orquesta, ganadora de dos premios Grammy, se hizo un repaso de las canciones que marcaron al festival a lo largo de estos 25 años. Un desfile de estrellas latinoamericanas interpretaba sus éxitos, con los arreglos impecables de los maestros de la Orquesta Filarmónica.
Robi Draco, Andrea Echeverry y Héctor Buitrago (Aterciopelados), Mario Duarte (La Derecha), Rubén Albarrán (Café Tacvba), Pedro Aznar, Kraken, Los Amigos Invisibles y
Estados Alterados fueron quienes se encargaron de ponerle voz a los arreglos fantásticos que hipnotizaron a los espectadores, quienes, embriagados de buena música, emprendieron tranquilos su regreso a casa, con la seguridad de que este día no lo olvidarán jamás.
Un cierre mágico y de un nivel artístico sin precedentes, que muestra la madurez del festival y de quienes asisten. Un punto muy alto deja esta edición 2019 de Rock al Parque, que seguramente será superado en sus próximas ediciones.