Cuando el hogar no es seguro: hallazgos sobre violencia intrafamiliar en Bogotá

25·MAR·2025
Los hallazgos de esta investigación ratifican la importancia de la Estrategia Mujeres, en su componente de fortalecimiento a la autonomía económica.
El hogar el lugar con más violencia intrafamiliar en Bogotá 2025Foto: Secretaría Distrital de la Mujer
La independencia económica es un factor clave para disminuir la violencia intrafamiliar.

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¡En ‘Bogotá, mi Ciudad, mi Casa’, trabajamos por el bienestar y cuidado de las mujeres! En la capital del país, la violencia intrafamiliar sigue siendo un problema persistente que afecta de manera desproporcionada a las mujeres. De acuerdo con un estudio realizado por el Observatorio de Mujeres y Equidad de Género (OMEG) de la Secretaría Distrital de la Mujer de Bogotá (SDMujer), hay factores estructurales que aumentan el riesgo de que una mujer sea víctima de violencia en su propio hogar. Sin embargo, también existen elementos que pueden reducir este riesgo y que deben ser fortalecidos en las políticas públicas.

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Para entender mejor este fenómeno, la investigación del OMEG se basó en el análisis de datos de la Encuesta Multipropósito de Bogotá y los delitos de alto impacto reportados en Sistema de Información Estadístico, Delincuencial Contravencional y Operativo de la Policía Nacional (SIEDCO). A partir de estos datos, se identificaron patrones de riesgo y protección frente a la violencia intrafamiliar, lo que permitió conocer no solo cuántas mujeres han sido afectadas, sino también cuáles son las condiciones que influyen en la persistencia de esta problemática en la ciudad.

A pesar de los avances en políticas públicas, la violencia intrafamiliar sigue siendo una realidad que muchas mujeres enfrentan en silencio. La brecha entre los casos denunciados y los que realmente ocurren es abismal: según el OMEG, mientras que, entre 2020 y 2021 se registraron 53.000 denuncias de violencia intrafamiliar contra mujeres en Bogotá, la medición de la Línea Base de la Política Pública de Mujeres y Equidad de Género estimó que el número real de casos fue de 404.000, lo que sugiere una cifra oculta de más de 350.000 casos que nunca llegaron a instancias oficiales.

Otro de los hallazgos más relevantes del estudio indica que la independencia económica es un factor clave para disminuir la violencia intrafamiliar. Según los datos analizados, las mujeres que cuentan con un empleo formal tienen menores probabilidades de ser víctimas de violencia en comparación con aquellas que trabajan en la informalidad o dependen económicamente de su pareja. La crisis económica generada por la pandemia del COVID-19 agravó la situación, ya que muchas mujeres perdieron su empleo y quedaron en condiciones de mayor vulnerabilidad.

Taller para mujeres víctimas de violencias. Foto: Secretaría de la Mujer.
Taller para mujeres víctimas de violencias. Foto: Secretaría de la Mujer.

Por otro lado, la educación superior también se presenta como un factor protector. Las mujeres que acceden a la universidad tienen más posibilidades de construir redes de apoyo y autonomía financiera, elementos que contribuyen a reducir el riesgo de violencia. Sin embargo, el acceso a la educación sigue siendo desigual, ya que muchas mujeres enfrentan barreras como la carga de los trabajos de cuidado no remunerado, que las obliga a abandonar sus estudios.

El informe también destaca que la precariedad en las condiciones de vivienda influye en la violencia intrafamiliar. Vivir en arriendo o en espacios reducidos puede aumentar los conflictos dentro del hogar. En contraste, las mujeres que cuentan con vivienda propia tienen menores probabilidades de ser víctimas de violencia, ya que la estabilidad habitacional se traduce en mayor autonomía y menor dependencia económica.

En cuanto a la salud, los servicios de atención psicológica y psiquiátrica juegan un papel fundamental. Las mujeres que han tenido acceso a estos servicios reportan menores niveles de violencia intrafamiliar. No obstante, la cobertura de salud mental en Bogotá aún es insuficiente, lo que deja a muchas mujeres sin herramientas para afrontar la violencia que padecen.

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El estudio también enfatiza la importancia de las redes de apoyo. Contar con familiares, amigas o compañeras de trabajo que brinden respaldo puede marcar la diferencia para que una mujer busque ayuda y salga de un entorno violento. En este sentido, fortalecer espacios comunitarios y programas de acompañamiento es clave para prevenir y atender la violencia intrafamiliar.

Para consultar el documento completo de la investigación, ingrese a: www.omeg.sdmujer.gov.co/InformeVIFBogota