Laura y Diego*, de 10 y 11 años, jamás pensaron que celebrarían el ´Halloween´ rodeados de dulces, juegos, sorpresas y amor. Gracias al apoyo que han recibido por parte del Distrito y del Instituto para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idipron) pasaron un día lleno de magia, música y golosinas.
Estos dos hermanitos, provenientes de Pereira, llegaron a Bogotá con su padre hace cinco años al barrio San Bernardo de la localidad de Santa Fe con la necesidad de encontrar una habitación económica.
Laura, la menor de los hermanos, recuerda con tristeza situaciones que ha tenido que enfrentar por cuenta del alcoholismo y la drogadicción de su mamá.
“Ella no nos daba de comer por ponerse a consumir droga delante de nosotros, mi papá siempre la tenía que ir a recogerla en la L. Un día se fue a robar junto con la hermana y las enviaron a la cárcel, allí deben permanecer ocho años”, cuenta Diego.
Los dos pequeños pasaban sus días encerrados en una habitación en la que se exponían a todo tipo de peligros. Por fortuna, “ángeles de la guarda” aparecieron en la vida de Laura y Diego. Un día, un grupo de funcionarios del Idipron llegaron de sorpresa y golpearon la puerta de la casa en la que vivían los niños, a partir de ese día la vida de los menores cambió por completo.
Una de las funciones que realiza el Idipron es visitar barrios marginales de Bogotá para recuperar la vida de menores que no viven en condiciones adecuadas.
“Esto ha sido lo más lindo que nos ha pasado en toda nuestra vida. Cuando llegamos lo que más nos gustó fue la comida que nos daban las 'tías' – así se les llama a las mujeres que cocinan para los niños - , los paseos, la ropa, las navidades y los Halloween, como sucedió el viernes. Nunca había sido tan feliz”, cuenta Laura entusiasmada.
Mientras tanto, Diego entre risas dice que todos los días antes de dormir le pide a Dios por el Padre Wilfredo para que nunca le pase nada y pueda seguir teniendo esta vida llena de alegría, estudio y comida".
El pasado 28 de octubre el padre Wilfredo Grajales Rosas celebró el día de los niños a más de 500 jóvenes, quienes pasaron un día inolvidable, lleno de amor y sorpresas. "Idipron es una estrategia familiar y de afecto. La calle es nuestro campo de trabajo, nosotros empezamos por hacer a los pelados amigos nuestros y luego cuando ya están aquí les enseñamos la disciplina y el orden. Los que trabajan aquí saben que tiene que hacerle entender a los muchachos que los queremos. Eso algo que el alcalde Enrique Peñalosa tiene claro y esa es mi tarea", explica el padre Wilfredo.
El Idipron es una institución que tiene como objetivo atender las problemáticas de los habitantes de calle, entre los 8 y 28 años. “Hay que tener claro que el habitante de calle no solo es el consumidor de droga o el que duerme en la calle, también son los hijos de los vendedores ambulantes, los niños desplazados, etc, son todos los ciudadanos de Bogotá que están en condiciones del vulnerabilidad y que merecen la oportunidad que el Distrito, a través de Idipron, pueda ofrecerles una mejor calidad de vida”, agrega el padre.
"Lo que queremos con el alcalde Peñalosa es que los niños se sientan en casa, queridos, que estos lugares sean un sitio de afecto. Aquí les ayudamos con su situación psicosocial, con las problemáticas familiares, con los servicios de salud y con los temas socio legales, pues muchos llegan hasta sin registro civil o tarjeta de identidad. Aquí les brindamos alimentación y techo", concluyó.
*Los nombres fueron modificados por petición del Idipron.
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Laura y Diego, los hermanos que cambiaron su vida gracias al Idipron
2·NOV·2016
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Celebración día de los niños - Foto: Prensa Idipron