Dotación para panadería, diseño de modas y reciclaje llegó al colegio Juan Francisco Berbeo de Barrios Unidos, para mejorar la formación de más 200 estudiantes con discapacidad de esta institución.
Este colegio siempre se ha caracterizado por la atención integral a niños y jóvenes con necesidades educativas especiales.
En estos talleres que fortalecen la vinculación laboral y el emprendimiento de los estudiantes participan alrededor de 210 personas con algún déficit cognitivo y autismo.
Hornos, implementos de cocina, máquinas de coser, vitrinas, contenedores y hasta adecuaciones a los espacios de los talleres recibieron los estudiantes alumnos para su formación.
“Hoy entregamos espacios dignos para que los aprovechen nuestros estudiantes: que sea un espacio para integrarse y reconocerse. Cuando entendemos al otro, con sus características y condiciones, estamos construyendo la paz que el país necesita”, destacó Diana Patricia Martínez, directora de Inclusión e Integración de Poblaciones de la Secretaría de Educación.
Sin duda los más emocionados con esta dotación fueron los estudiantes que se pusieron su overol para seguir aprendiendo y capacitándose.
“Gracias a estos espacios que tiene el colegio y a estos procesos, podemos ser cada día más competentes en nuestros oficios que después nos ayudarán a salir adelante en el mundo productivo. Desde hoy les garantizamos que vamos a aprovechar muchísimo estos recursos”, expresó Esteban Barrera, aprendiz de panadería.
Ahora estos estudiantes podrán seguir fortaleciendo sus capacidades para que las puedan poner en práctica en un futuro.
“Permite diversificar los procesos productivos que vienen adelantando y que trae para ellos un sinnúmero de beneficios además de sentirse personas íntegras, productivas y útiles para la sociedad”, expresó el rector de la institución, Guillermo Clavijo.
La Secretaría de Educación contó con el apoyo de diversas cooperativas para hacer realidad esta dotación que tuvo una inversión de 56 millones de pesos.
Esto hace parte del cumplimiento de la Ley 863 de 2003, que determinó la opción para que las cooperativas destinen de manera autónoma el 20 % del excedente del Fondo de Educación y Solidaridad a financiar cupos y programas de educación formal.