Por Nicolás Montero Domínguez
Secretario de Cultura, Recreación y Deporte.
Toda nueva realidad implica nuevos retos. Como seres humanos, nuestra capacidad creadora es lo que nos permite pensar otras formas de habitar, y afrontar desde ellas tanto los pequeños como los grandes desafíos que la vida va desarrollando para nosotros. Porque podemos crear sabemos que podemos cambiar, y porque podemos cambiar sabemos que sin importar lo que nos espere en el futuro seremos capaces de asumirlo. Juntos superamos el primer pico de la pandemia, ahora, también juntos, nos disponemos para asumir, para vivir, los retos de esta nueva realidad.
Nadie puede afirmar que será fácil, lo contrario, sabemos que es un gran desafío. Pero sabemos también que como bogotanos hemos vivido antes retos similares, que en cada oportunidad en la cual tuvimos que adaptarnos no sólo lo hicimos de la mejor manera, sino demostrando, cada uno de nosotros, que cuando nos proponemos algo nada es capaz de detenernos. Fue así cuando aprendimos a movernos con el pico y placa, fue así cuando ahorramos voluntariamente agua, fue así cuando fuimos la primera ciudad en Colombia en proponer conversaciones desde la cultura ciudadana. Y ha sido así en estos meses, en los desafíos del cuidado, y va a ser así, en esta nueva realidad.
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Ahora aprenderemos a apropiarnos de la ciudad en una dinámica de turnos y de tiempos. Aprenderemos a vivir el encuentro con el otro desde una perspectiva donde el cuidado es la base, la esencia. Aprenderemos otras maneras de relacionarnos, de expresar la alegría de vernos. Vamos a seguir cuidándonos, a insistir en la importancia del cuidado mutuo, y a vivir, y a habitar la ciudad, y a llenar Bogotá con todos los aprendizajes que estos tiempos de pandemia nos han entregado.
Y ahí la creación, la cultura, la recreación y el deporte tienen un papel fundamental. Cada ciudadano de Bogotá descubrió, en los periodos de aislamiento, la importancia que los actos creadores tienen en su vida. Sintió su compañía, su cuidado, se vio reconfortado por su presencia. Ahora, en la nueva realidad, el descubrimiento de esa importancia no puede desaparecer. Los creadores seguirán acompañando a la ciudad, desde el espacio público, con Bogotá a cielo abierto, habrá propuestas de conciertos, de teatro, de cuentería.
Estaremos ahí como una forma de recordar lo aprendido: que crear es una forma de cuidar, que necesitamos que la creación haga parte de nuestras vidas, que juntos hemos aprendido cómo encarar estos nuevos desafíos, y que el arte, la cultura, la creación, son aprendizajes que jamás se olvidan con los cuales podemos dignificar nuestra vida en esta y en todas las realidades posibles. Demostraremos que Bogotá se sabe mover.