“Nunca he ido, y es muy chévere que mi primera vez en el Festival sea con esta orquesta”. Esto dijo con orgullo Natalia Borbón, una de las chelistas más jóvenes de la Orquesta Filarmónica Juvenil, pues a sus 19 años estará, junto a otros 20 jóvenes que no superan los 27 años en los escenarios de uno de los festivales más prestigiosos de música del mundo: el Festival de Música de Cartagena.
“Para toda la orquesta es muy importante mostrarnos en esta vitrina, a la que llegan grandes músicos de todo el mundo, solistas de talla internacional y representar a la Nación allí es importantísimo”, afirmó Federico Hoyos, director de la Orquesta.
Pero esta familia, como le dicen sus integrantes a la orquesta que nació hace dos años, está lista para enfrentar el reto. “Sí da miedo, pero este arte se trata de eso. Si no hay miedo no hay magia”, aseguró Darwin Salinas, músico de 26 años que hace parte del proyecto.
La orquesta, única en su naturaleza en Colombia, deleitará al público del festival con un repertorio que evoca las obras más importantes de música sacra del siglo XVII, compuestas por músicos italianos jesuitas durante las misiones en América.
“Esta clase de obras son muy importantes porque estos compositores trajeron su cultura, nos la enseñaron y luego vuelven a su patria con un nuevo lenguaje, y esto va mucho con el concepto del Festival: hacia tierra firme, cómo cambian las experiencias musicales del ser humano a través de sus viajes”, explicó Hoyos.
Serán nueve obras las que interpretará esta orquesta junto con el Coro Orquestal de la OFB, de compositores como Vivaldi, Ceruti y Zipoli. Algunas de ellas serán dirigidas por el director del Concerto Italiano, Rinaldo Alessandrini, por lo que también estos jóvenes tendrán la experiencia de compartir saberes con músicos italianos de amplia trayectoria profesional.
La Orquesta Juvenil tendrá su primera presentación en el Festival el viernes 8 de enero a las 4 p.m. en la Capilla de Santa Clara. Luego, tocará los himnos de Colombia y Cartagena en el acto inaugural del Festival. Pero el plato fuerte será el sábado 9 de enero, pues los jóvenes abrirán el concierto de la Orquesta Filarmónica de mayores en la Plaza de San Pedro a las 10 p.m. con una obra profana y virtuosa: la Casa del Diablo de Boccherini, que será interpretada sin leer las partituras, de memoria.
“Al principio es difícil porque uno se concentra mucho en la música, en qué viene, pero cuando uno ya se deja llevar y se olvida de eso, es chévere. Ya deja de ser el músico en un atril, empapelado, sin mirar, sin contacto, y se convierte en algo más interactivo”, aseguró Salinas.
Con esta participación, la Orquesta Juvenil de Cámara espera seguir cosechando éxitos, creando nuevos públicos y generando en más niños y jóvenes el gusto por la música que hoy los hace soñar.
“La música son matemáticas, son ciencias, son lenguas extranjeras. Es literatura, es códigos de lenguaje, simbolismo, historia, ritmo, danza. La música también es pintura, dramaturgia. La música es humanismo puro”, afirmó Hoyos.
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