Candelaria la Nueva, donde los sueños se hicieron realidad

26·NOV·2012
"Después de vivir en el barro, con los pies hundidos en el agua, el barrio era como estrato ocho; no conocimos el pavimento, sólo el neme con que se cub...

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"Después de vivir en el barro, con los pies hundidos en el agua, el barrio era como estrato ocho; no conocimos el pavimento, sólo el neme con que se cubrían lo huecos en las tejas de zinc, era como un sueño", así recuerda Ligia Cárdenas el barrio Candelaria la Nueva, cuando llegó a vivir en el.

Luego de constantes desarrollos ilegales en la localidad de Ciudad Bolívar, iniciados a partir de los años cincuenta, en 1980 la Caja de Vivienda Popular inicia la construcción de un complejo urbanístico denominado Candelaria la Nueva, que incluía todos los servicios y sus calles eran pavimentadas.

3.115  soluciones de vivienda de 6 X 12 metros de fondo, que recuerda Ligia, estaban conformadas por sala comedor, un cuarto, baño con ducha y cocina independiente del cuarto. De igual forma,  un patio y una terraza que compartían cien casas.

"La casita era de ladrillo y la obtuvo mi madre con mucho trabajo ya que hasta para completar la cuota inicial fue una verdadera odisea, porque si no es por mi hermano mayor quién en esa época llego de viaje y traía platica para completar tan importante logro para mi madre y nosotros, púes esto era sólo un sueño: el conocer un barrio pavimentado, aunque no sabíamos que era el pavimento", relata Cárdenas.

Y así  se alistaron para partir a su nueva vivienda, era tal el entusiasmo que el hermano mayor les compró un juego de sala y un tapete de costales para que no se dañaran los nuevos muebles y organizó una gran fiesta en la que participaron los amigos de San Benito.

"Después de vivir por más de 10 años en uno de los barrios más humildes de la localidad de Tunjuelito, el barrio San Benito, reconocido por las curtiembres al lado del río de la localidad, el que cada vez que llovía se desbordaba y nuestras camas nadaban como barcos de papel al igual que las pocas cosas que nos rodeaban a mis hermanos, mi madre y a mi, fui nueva residente  de uno de los barrios más bonitos de Ciudad Bolívar".

El 28 de diciembre de 1981 Ligia, su madre y hermanos llegaron a la casa de sus sueños, en ladrillo, cocina y habitación independientes, patio para jugar con los amigos y vecinos, terraza, pero sobretodo sin inundaciones.

"El barrio cuenta con parques, iglesia, salón comunal, con un caño que cuando llueve demasiado también se inunda, pero eso no preocupa tanto púes el agua no alcanza a la casa, no es egoísmo lo que pasa es que como tuvimos tantos años de vivir entre el barro, pues que se inunde una parte ya no es tan complicado, además las calles ya son pavimentadas", cuenta Cárdenas.

Pero lo mejor para Ligia y sus hermanos eran el patio y la terraza, "era lo más bonito porque podíamos jugar a las escondidas en las albercas de las casas,  porque como sólo era un patio.

Así mismo, era una sola terraza en la cual corríamos y nos sentíamos grandes, nunca antes conocíamos ni sabíamos de la terraza ya que en San Benito no se conocía eso, entonces una vez después de tanto correr nos acostamos a descansar y a asolearnos con tan mala suerte que una hermana se cayo de la terraza y de la risa nadie podía bajarse a ayudarle".
Mejoras estructurales

Con el tiempo, nos cuenta Ligia su madre consiguió una platica y construyeron  otro cuarto "quedando así con dos cuartos, entonces ya no dormíamos con mi madre y esto ya era un gran logro. Luego en el año 1995, a mi madre la liquidan del trabajo y le salio mucha plata, decíamos que mucha plata pues le compró a mi hermana la mayor un lote a donde se fue a vivir con su esposo e hijos y a nosotros nos construyo no sólo el segundo sino también  un tercer piso, cada uno con dos habitaciones, sala comedor, cocina y baño todo terminado con pisos, techos y terraza para los buenos asados que siempre nos han mantenido unidos en familia".

Así, "pasamos de ser los pobres de la cuadra a unos de los más ricos pues como todas las casas eran iguales, creo que para esa época sólo dos casas claro esta contando la nuestra eran tan grandes y bonitas. Creo que así fue creciendo Candelaria la Nueva,  de pronto unos con más necesidades que otros,  pero con espíritu de crecer, estudiar y de salir adelante".

"Hoy en día de la urbanización bonita y  limpia no se conserva mucho porque ya en todas las calles se observan negocios, contaminación, las casitas de un piso donde los niños jugábamos ya no existen,  ahora son casas de dos, tres y hasta edificios ya construidos. Entonces me atrevo a pensar que todo tiempo pasado fue mejor", finaliza con nostalgia Ligia Cárdenas.

Sin embargo, Candelaria la Nueva inicio su transformación a principios de los noventa con la llegada de la Universidad Distrital sede Tecnológica, que genero la transformación de los usos de residenciales a comerciales y se convirtió en el paso obligado de los residentes de los barrios como Jerusalén que se encuentran ubicados loma arriba.

Pero sus calles concebidas desde su creación como pasos peatonales y limitadas vías vehiculares en su interior, no han impedido el desarrollo y crecimiento de Candelaria la Nueva y su transformación de residencial a comercial, cumpliendo los sueños de muchos que como Ligia Cárdenas, un día iniciaron una nueva vida en un "barrio estrato ocho de Ciudad Bolívar".