Video: Carmen, pasó de conducir tractomulas a nuevos buses eléctricos de Bogotá
Ama conducir. El duelo entre los grandes vehículos y Carmen, siempre lo ha ganado ella. Esta es su historia:
Ginna R. Sánchez
Carmen Vargas lleva 39 años frente al volante. Lo dice orgullosa. Ella hace parte del grupo de conductoras de los buses 100% eléctricos que en febrero entraron en operación desde la localidad de Fontibón. Con ella, son nueve mujeres las que conducen la flota.
Los vehículos siempre han sido la pasión de Carmen. Aprendió a conducir desde los 15 años, pasando por todo tipo de automotores, llegando incluso a dominar las tractomulas a la perfección.
“Siempre me ha encantado conducir. Me gustan mucho los vehículos grandes y siento que las mujeres estamos cada día más empoderas en ese ámbito. Además de manejar buses en Bogotá, manejé por distintas carreteras del país, fui a Buenaventura, Cali, Medellín, Santander. Todas esas experiencias me han enseñado mucho", comenta Carmen, siempre con una sonrisa.
Su primera experiencia la vivió manejando un bus de transporte público que cubría la ruta de Bochica, en Puente Aranda, a Bachué, en Engativá. Años después, una serie de situaciones personales hicieron que se retirara, llevándola a trabajar a una estación de gasolina. Fue allí, donde conoció a su pareja, quien precisamente le enseñó a manejar tractomula. "Él me ayudó bastante en ese tema. En las carreteras me ponía a manejar las rutas planas y él manejaba las altas, nos turnábamos. Él me ayudó muchísimo", destaca.
Aquí, una imagen de Carmen Vargas en la tractomula con la que debutó como conductora por las carreteras del país:
Esta experimentada conductora no sobrepasa el 1.56 de altura, tiene manos pequeñas y ternura en su mirada; una contextura que, a simple vista, es difícil imaginar que controla sin problema los automotores más imponentes. Pero no es así, hasta ahora no ha encontrado barrera alguna que la frene. "Al momento de manejar vehículos grandes, lo importante es que uno tenga los espejos bien acomodados. Y en el caso de las mulas, por ejemplo, las sillas se adaptan para moverse. Vienen bien adaptadas para personas bajitas, uno puede manejar bien. Eso no es una dificultad", lo dice Carmen con total convencimiento.
Una nueva etapa frente al volante
Carmen ahora vive una nueva etapa de su vida, lejos de las carreteras del país, con un proceso que inició este año al llevar su hoja de vida al concesionario Mueve Fontibón.
“Llevé la hoja de vida, presenté las pruebas y pasé. Inicié, al igual que mis otros compañeros, con un proceso de formación para manejar estos buses eléctricos, pues no son iguales a los de otros sistemas; al ser 100% eléctricos tienen otra modalidad que los operadores debemos aprender. Después de las capacitaciones, hicimos pruebas en el patio y manejamos los buses. Y acá estamos ahora, operando formalmente esta maravillosa flota”, relata con mucho orgullo.
Ella es Carmen en uno de los buses eléctricos que maneja diariamente desde la localidad de Fontibón:
Carmen nunca se ha preguntado cuándo dejará de manejar. Cree que lo hará hasta el final de sus días. Por ahora, solo piensa seguir disfrutando de su trabajo, ayudando a los bogotanos y bogotanas a llegar a su destino: “a mis usuarios les diría que protejan muchísimo estos buses nuevos, les pido por favor que siempre actúen con tolerancia y respeto”.
La mujer de la casa y la reina del volante
Carmen no solamente ha sabido conducir carros grandes, también una familia numerosa. Tiene cuatro hijos varones, todos adultos. Ninguno optó por medírsele a lo que en el lenguaje coloquial llaman 'la cabrilla'.
Aunque no siguieron sus pasos, cada vez que se reúnen le expresan toda su admiración. Por estos días, tienen en común un sueño, que más bien es un regalo muy esperado para toda la familia: una nueva tractomula. "Ellos saben que conducir es mi sueño, es lo que me gusta. Aunque ninguno siguió mis pasos, dicen que soy una guerrera".