Investigadores del Jardín Botánico descubren nueva especie de árbol ¡Entérate!

4·MAR·2024
Se trata de Compsoneura choibo, una nueva especie identificada en los bosques húmedos de tierras bajas de los valles interandinos del Magdalena Medio y el
¡Descubren una nueva especie de árbol en Colombia! Jardín Botánico de Bogotá
Se trata de Compsoneura choibo, una nueva especie identificada en los bosques húmedos de tierras bajas de los valles interandinos del Magdalena Medio y el bajo Cauca.

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Hace varios años, mientras recorría los bosques húmedos del departamento de Santander, región que hace parte del Magdalena Medio y el bajo Cauca, Boris Villanueva se encontró con varios árboles con una rarísima mezcla de caracteres.

El investigador del Jardín Botánico de Bogotá (JBB) le mostró las evidencias de su expedición a Álvaro Cogollo, experto del Jardín Botánico de Medellín, quien identificó su rareza y sugirió una posible novedad para la ciencia.

Villanueva y Cogollo evidenciaron que los desconocidos árboles eran del género Compsoneura, pero contaban con características distintas a las demás especies conocidas por la ciencia.

Con esta publicación el Jardín Botánico de Bogotá nos da la noticias el hallazgo:

“Estos árboles se caracterizan por ser dioicos, es decir con flores hembras y macho separadas. A partir de exploraciones exhaustivas se logró encontrar diferentes individuos y contar con material suficiente para su descripción”, afirma Villanueva.

Los investigadores luego revisaron en herbarios e información disponible de todas las especies, lo que les permitió presentar esta nueva especie para la ciencia y ampliar el conocimiento para el grupo por medio de una clave.

“La nueva especie pertenece a la Myristicaceae, una familia principalmente de árboles que incluye a la nuez moscada y a varias especies usadas en rapes alucinógenos en la Amazonia. Está ubicada en el género Compsoneura; algunas de las semillas son comidos tostados por comunidades en el pacífico colombiano”.

Según la investigación, la nueva especie aún no reporta este tipo de usos y se presume endémica de los valles del Magdalena Medio y el bajo Cauca.

El árbol fue nombrado Compsoneura choibo, un homenaje al mono araña, marimonda del Magdalena o choibo (Ateles hybridus), un primate que se desplaza por lo más alto de las copas y el cual fue registrado durante las expediciones.

“Esta nueva especie es similar a Compsoneura mutisii, pero se caracteriza por tener frutos con un pericarpio liso y densamente cubiertos por tricomas en forma de T”, cita el artículo de los investigadores publicado en la revista científica Phytotaxa.

Con este nuevo hallazgo, Colombia es el país más diverso en el género Compsoneura con 12 especies de estos árboles. En el continente americano solo se ha encontrado 18 especies, distribuidas en sitios como México, Centroamérica y Perú y la mayoría son restrictas a sus regiones.

“Colombia es el mayor centro de distribución de este género, donde se sabe que se encuentran el 67% de las especies”, afirman los investigadores.

Detalles de la nueva especie

Según Villanueva y Cogollo, esta nueva especie se puede distinguir de otras especies de Compsoneura por la venación de las hojas, los frutos no carinados y las semillas con una envoltura roja y corta.

“Es un árbol color madera crema de hasta 18 metros de altura. Tiene ramas marrones; hojas simples y alternas; racimos de aproximadamente seis a 15 flores por rama; y semillas cortas y rosadas de menos de cinco milímetros de largo”.

Para los investigadores, Compsoneura choibo tiene un área de ocupación de aproximadamente 1.200 kilómetros cuadrados y una extensión de ocurrencia de 4.200 kilómetros cuadrados.

“Ninguna de las tres localidades donde fue registrada corresponde a áreas protegidas y están ampliamente deforestadas para la ganadería en Santander y para la minería y ganado en Antioquia”.

En Antioquia, el árbol es conocido como soto y sangretoro. “Los bosques húmedos donde habita se caracterizan por altas precipitaciones y bajo drenaje; representan un mosaico dinámico de llanuras aluviales y áreas de colinas bajas de tierra firme”.

“Agradecemos el apoyo de la Fundación Primates de Colombia, la Universidad del Tolima y a los curadores y directores de los herbarios que permitieron el acceso a las colecciones”, afirman en el artículo.