En los últimos cinco meses, profesionales del Instituto de Protección y Bienestar Animal, IDPYBA, han rescatado de situaciones de riesgo y/o accedente a 33 especies de búhos y lechuzas que habitan en la ciudad, de los cuales 17 de ellos ya fueron liberados a su hábitat natural.
Luego del rescate, las especies son remitidas al Centro de Fauna Silvestre del IDPYBA, lugar en el que se acoge a estas aves para brindarles la atención en salud y bienestar que necesitan para recuperarse y retornar a su hábitat natural.
En la actualidad, se encuentran en proceso de rehabilitación cerca de 24 búhos nativos de la sabana de las especies: búho orejudo o Asio Stygius, búho listado o Pseudoscops clamator y el currucutú común o Megascops choliba.
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Los búhos y lechuzas habitan en los humedales y bosques de los Cerros Orientales y hacen parte de las 200 especies de fauna silvestre nativas de la ciudad.
Normalmente estos búhos y lechuzas no llegan al Centro de Fauna Silvestre por tráfico ilegal sino por accidentes como choques con edificios o vehículos, lo que les causa lesiones en sus extremidades. En otros casos son hallados por la ciudadanía que reporta los casos a través de la Línea 123.
Sin embargo, a menudo se comete el error de reportar ante la línea de emergencia la presencia de búhos o nidos en las bases de los árboles o en el suelo, su lugar natural de anidamiento.
En estos casos, aunque los animales se encuentran en perfectas condiciones, son separados de sus padres. Esto les impide desarrollar su naturaleza como aves rapaces.
La constancia y el cuidado son clave para una buena recuperación 🦉
Los búhos y lechuzas que ingresan al Centro de Fauna Silvestre con lesiones o fracturas en sus extremidades deben pasar largos procesos de convalecencia debido a que lleva tiempo recuperar su salud y delicado plumaje, la manipulación del animal durante el tratamiento debe ser cuidadosa.
El buen cuidado a estos animales, por parte del equipo de médicos veterinarios y zootecnistas del IDPYBA, es clave para que las aves sanen su plumaje, puedan ser liberadas a su entorno y volar con autonomía y sin dificultades.
Los tratamientos médicos pueden durar como mínimo un tiempo de 15 días, eso depende de la gravedad de la lesión. Luego pasan a un segundo proceso de rehabilitación en el que los expertos trabajan para ayudarle a los búhos a recuperar sus reflejos, la musculación de las alas y tórax, capacidades que determinan que los animales puedan desempeñarse bien en el aire.
Cuando el animal no presenta graves lesiones, el proceso de recuperación es más rápido y en un periodo de 8 o 10 días completa su proceso y es liberado.
“Es importante que la ciudadanía comprenda que estos animales son nativos de Bogotá, que habitan con nosotros y que sus comportamientos reproductivos son pasajeros. Es decir que no es necesario atacarlos o retirarlos de su entorno natural porque esto dificulta sus procesos de vida”, aclaró Oscar Ostos, zootecnista del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal.