El 27 de marzo es el Día Mundial del Teatro, conmemoración creada en 1961 por el Instituto Internacional del Teatro - ITI.
Para unirse a la celebración, 16 salas de nueve localidades de Bogotá ofrecen durante este día al público diferentes puestas en escena, algunas de ellas serán gratuitas y otras tendrán un descuento del 20 por ciento, beneficios que buscan que la ciudadanía disfrute de una programación variada que contiene producciones clásicas hasta montajes innovadores, dirigidos a públicos de todas las edades y gustos.
Adicionalmente y en el marco de esta actividad, a las 7:00 p.m. y con entrada libre se presentará en el Teatro El Ensueño Umbral Teatro con Donde se descomponen las colas de los burros.
Esta obra ganadora de la invitación cultural que abrió el Instituto Distrital de las Artes - Idartes para dar la oportunidad a una compañía teatral de presentarse en uno de sus equipamientos.
Para conocer más acerca de esta obra, Idartes entrevistó a su director Marco Ignacio Rodríguez, quien compartió detalles sobre el origen y la inspiración detrás de este proyecto.
¿Cómo surgió la idea original para la obra Donde se descomponen las colas de los burros y cuál fue su inspiración detrás de este proyecto?
Esta obra es un texto de Carolina Vivas, que surge a partir de una investigación que ella hace de los mal llamados falsos positivos, de esas ejecuciones extrajudiciales, además se tuvo como contexto y referencia los conflictos que ha tenido el país en ciertas zonas, como por ejemplo los Montes de María.
Así mismo, trabajamos con el Ministerio de Cultura en zonas de conflicto y a partir de esto desarrollamos el proyecto Cuerpo, Fiesta, Memoria y Sanación. Así, todas esas experiencias permitieron enriquecer nuestras temáticas y la dramaturgia para la creación de nuestras nuevas obras.
¿Qué desafíos o obstáculos enfrentaron durante la creación y producción de la obra, especialmente considerando su enfoque?
Hablar de cosas del presente y con la cobertura que presenta el conflicto en el país, pues ese ya es un reto. La pregunta es ¿cómo hablar de cosas terribles que nos han sucedido pero con cierta sublimación o cierta poesía que nos permita también tener otra mirada sensible frente a esos hechos? Esa es una primera dificultad, el lenguaje, el cómo hacer la obra y con qué medios expresivos.
La obra escrita por Carolina Donde se descomponen las colas de los burros tiene una mirada muy particular en la acotación. Las acotaciones que le plantean la obra son bastante poéticas, pero también, si uno lo piensa en el lenguaje del teatro, pues presentan cierta dificultad, porque, por ejemplo, en una de las acotaciones habla que una mariposa vuela y se posa sobre el vaso del poncidoro - que es el alcalde del pueblo - estas imágenes, digamos, desde el lenguaje del teatro, pues revisten de cierta dificultad para el director.
Pero, entonces, precisamente, abre la posibilidad a indagar nuevos recursos, y en este caso, ese tipo de acotaciones, pues, vimos la necesidad que se hicieran con mapping que nos sirvió mucho como parte de esos lenguajes expresivos y que se vuelven, digamos, casi una cosa de orden pictórico y plástico que nos permiten darle respiro y darle, cierto bálsamo para que el tema que es tan fuerte se vuelva leve y, digamos, pues produzca en el espectador una mirada hacia los poéticos también.
¿Cuál cree que ha sido el impacto más significativo y cómo ha evolucionado la obra a lo largo de estos 10 años desde que recibieron la beca con Idartes, y qué aspectos destacados han marcado su trayectoria en este tiempo?
La obra ha tenido una acogida por parte de todo el público, inclusive del país, porque nos ha permitido viajar a otras partes de Colombia: hemos estado en muchos festivales en Cali, Medellín, Bogotá; en muchísimas partes.
La experiencia que hemos tenido es que toca tanto a la gente que se conmueve, llora. Una vez, por ejemplo, presentamos la puesta en escena para las Madres de Soacha, una de ellas se nos acercó al final y le dijo al protagonista, que es Salvador, el joven que fue desaparecido, y le dijo: “gracias, porque durante una hora usted me devolvió a mi chivito”, así le decía al niño desaparecido de la Madre de Soacha.
Fue muy conmovedor porque es ver como la obra toca al espectador, es un tema muy importante y que no se habla tan de frente, entonces me parece súper importante y súper chévere que la obra lo toque de esa forma.
¿Por qué las personas deben asistir a ver la obra en este día tan conmemorativo como lo es el Día Mundial de Teatro?
Pues bueno, creo que para nosotros es muy importante que pudiese asistir mucho público al Teatro Ensueño, que es uno de los teatros más emblemáticos de la ciudad, y poder conmemorar con nosotros esta fecha que es tan importante y fuimos afortunado por ser los elegidos para hacer esta apertura.