Los residuos espaciales artificiales representan un riesgo para el lanzamiento y operación de naves espaciales en órbita terrestre. A medida que la cantidad de escombros continúa creciendo, la probabilidad de colisiones que provocarían daños potenciales está aumentando. Además, también existe el riesgo de daños en la superficie terrestre, si es que los escombros sobreviven al reingreso a la atmósfera de la Tierra. Por lo tanto, se considera que la pronta aplicación de medidas apropiadas de mitigación de desechos es un paso prudente y necesario para preservar el medio ambiente del espacio ultraterrestre para las generaciones futuras.