Habitantes de Tocaimita de la localidad de Usme, se unieron a través del ‘Carnaval Popular Tocaimita Resiste’, con el fin de solicitarle a las autoridades mayor reconocimiento y presencia en el sector reconocido por la existencia de grupos al margen de la ley y redes de microtráfico, entre otros, y así, dar aportes para dignificar su vida.
“Este es un barrio en el que a diario se presentan conflictos porque vivimos desplazados, desmovilizados y hay varios grupos delincuenciales. Por eso, queremos que las autoridades estén acá, que reconozcan que existimos y que podamos salir a las calles sin miedo”, aseguró María, una de las habitantes de la zona.Durante el Carnaval, promovido por el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idipron), los habitantes del sector realizaron bailes, obras de teatro y compartieron en comunidad como símbolo de unión en busca de mejores condiciones.
Cerca de 200 personas se reunieron en la Escuela Popular Itinerante del Idipron, que se estableció hace más de 6 meses en el lugar, para compartir el espacio en el que demostraron, además, el aprendizaje que han adquirido a nivel artístico y musical, como complemento a la nivelación escolar que reciben.
“A lo largo del año, el Idipron ha venido trabajando con su Escuela Popular en la nivelación de los estudios para niños, jóvenes y padres de familia que no han finalizado su básica primaria, también con talleres de Derechos Humanos y participación ciudadana a través del Hip-hop y el Grafitti y quisimos promover este evento para que las demás entidades se unan por la garantía de los derechos de estas personas”, aseguró Gabriel Osorio, trabajador social del Idipron.
Por eso, al carnaval fueron invitados la mesa de mujer y género de la Secretaría Distrital de la Mujer y el Hospital de Usme, con una jornada de valoración médica y de oferta de servicios para los ciudadanos.
Actualmente la Escuela Popular Itinerante del Idipron cuenta con cerca de 90 participantes en sus diferentes modalidades, desde niños y niñas de cuatro años de edad, hasta mujeres de la tercera edad, como parte de su trabajo por la garantía de los derechos de niños, niñas y jóvenes, de la mano son el mejoramiento de las condiciones de vida de sus familias.