Una de las dudas reiteradas de la ciudadanía frente a la vacunación contra COVID-19 es si el consumo de licor, durante o después de la inmunización, interfiere en la efectividad de los biológicos y la respuesta inmune del organismo. Es por ello que Portal Bogotá consultó recientes estudios internacionales y la opinión de los expertos para dar claridad a este tema.
Aún cuando autoridades como la Organización Mundial de la Salud, OMS, no han publicado evidencia científica que compruebe que consumir alcohol de manera moderada, es decir uno o dos tragos al día, reduce la eficacia de las vacunas actuales contra el COVID-19, según varios estudios en salud, es claro que el consumo excesivo y continuado si podría debilitar la capacidad de defensa del sistema inmune y su proceso para desarrollar anticuerpos que respondan a cualquier tipo de vacuna que se administre.
Desde esta perspectiva, Carlos Álvarez, coordinador nacional de estudios COVID para Colombia y delegado de la Organización Mundial de la Salud, OMS, asegura que técnicamente, si alguien toma una o dos copas de licor antes o después de vacunarse no interfiere en la efectividad del biológico, desde el punto de vista inmunológico, sin embargo si la persona abusa del consumo del alcohol esto si puede producir un efecto inmunosupresor.
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¿Por qué el consumo excesivo de alcohol interfiere en la capacidad del sistema inmune?
Según un articulo publicado por la Sociedad Internacional de Profesionales en Prevención y Tratamiento del Uso de Sustancias, ISSUP, (por sus siglas en inglés), el consumo crónico y continuo de alcohol reduce el número de linfocitos T periféricos y también interfiere en la pérdida de linfocitos B periféricos, los dos relacionados con el sistema de defensa del cuerpo y que son determinantes para reconocer y destruir la presencia de organismos infecciosos como bacterias y virus.
La reducción de estos linfocitos se traduce en cambios que terminan comprometiendo la capacidad del sistema inmune para responder a la presencia de patógenos que causan enfermedades y promueve una mayor predisposición a diversas infecciones, incluida la de tipo viral producida por la COVID-19.
Por su parte, el Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo, NIAAA, (por sus siglas en inglés), sugiere que beber demasiado puede debilitar el sistema inmunológico, permitiendo que el cuerpo sea un blanco más fácil para las enfermedades y explica que beber mucho en una sola ocasión disminuye la capacidad del cuerpo para protegerse de infecciones incluso hasta 24 horas después de embriagarse.
Además, otros estudios indican que el consumo de alcohol afecta el sistema de defensa pulmonar y la función de sus células locales, lo que también podría inducir a las personas a presentar problemas pulmonares y respiratorios como tuberculosis, neumonía o síndrome de dificultad respiratoria aguda, que se agravan aún más en tiempos de pandemia.