Cerca de 40 estudiantes, de tercer grado, del Colegio Eduardo Umaña Mendoza, de la localidad de Usme son los encargados de vigilar celosamente el vuelo y vida de las aves que pasean en el cielo al sur de Bogotá, a través de ‘Me lo contó un pajarito, Guardianes de las Aves’, proyecto que enseña a los estudiantes a cuidar, respetar y empoderarse de su territorio.
Ya son más de 1000 estudiantes de tercero a quinto de primaria, los que han participado en este proyecto que hace parte de una de las líneas de acción del Proyecto Ambiental Escolar (PRAE) de esta institución educativa.
Todos los lunes, miércoles y viernes a las 6:30 de la mañana, estos pequeños guardianes recorren los rincones de su colegio para realizar las jornadas de avistamientos, una de sus actividades favoritas.
- “¿Sabes cómo se llama ese pájaro?”, pregunta Melody Saray, estudiante de tercer grado, al adulto que está a su lado.
- “No sé, ¿una paloma?”, le responde.
Melody sonríe y dice: “no, es una mirla hembra porque su pico y plumas son cafecitos y su cuello es naranja. En cambio, los machos tienen el pico amarillo o naranja, el pelo negro y los ojitos amarillos. Su nombre científico es ‘Turdus merula’, son muy bonitos”.
Junto a Melody, sus otros compañeros de clase también observan concentrados el cielo, y aunque ninguno de ellos ostenta el título de ornitólogo, ya son todos unos expertos en las aves que habitan en la media luna del sur.
Mientras caminan, un ave de aproximadamente 20 centímetros, de plumaje negro con brillo tornasolado se posa en lo alto de un edificio, y Juan Andrés Vásquez dice emocionado: “¡Miren!, un Chamón”. Todos se emocionan y la profesora Nury explica que muy pocas veces lo ven, pero les encanta por su azul brillante, “y porque es de páramo y estamos muy cerquita del más grande del mundo, el Sumapaz”, agrega Juan Andrés.
“Esta organización conecta personas que trabajan por una misma causa alrededor del mundo para que estos procesos se fortalezcan y crezcan. Ellos nos invitaron a participar del encuentro ‘Escuelas amigas de las aves’ y allí entablamos amistad con esta escuela en los Estados Unidos”, señala la profesora Nury.Gracias a este proyecto y a la organización 'Partners of the Americas', que se interesó por el proceso que se venía realizando en el Eduardo Umaña Mendoza, los niños de la escuela primaria Blue Lake en Florida, Estados Unidos, y los del Eduardo Umaña, son ahora amigos con una cosa en común, el amor y respeto por las aves.
A la par de las ciencias naturales y del desarrollo de las capacidades ciudadanas, ‘Me lo contó un pajarito, Guardianes de las Aves’, también fortalecen áreas como las matemáticas, el inglés y el español, haciendo del aprendizaje una experiencia más divertida y enriquecedora.
“Con los apuntes que tomamos en los avistamientos, el número de especies y las agrupaciones de aves, hacemos operaciones matemáticas en clase. También escribimos cuentos, hacemos exposiciones y lo más chévere, le escribimos cartas en inglés a los niños de Blue Lake y ellos también a nosotros. Eso me encanta porque me gusta el inglés”, asegura Melody Saray.
Con las fotografías de ‘Me lo contó un pajarito, Guardianes de las Aves’, las ilustraciones hechas a mano y donadas por varios docentes del Distrito y el acompañamiento del grupo de Ornitología de la Universidad Nacional, la primera guía de aves de la localidad de Usme ya casi es una realidad.
“Estamos en proceso de edición, nos falta poquito para diagramar y publicarlo con el apoyo del colegio. Este trabajo se ha logrado gracias al compromiso de nuestros niños y de las personas que hemos encontrado en el camino y que han regalado su tiempo y su trabajo con la única intención de aportar su granito de arena a la construcción de un mundo mejor”, asegura la profe Nury.
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