Giovanna Carvajal González deja salir una gran sonrisa de satisfacción. Luego toma aire y narra con orgullo la manera como logró sacar adelante una pequeña empresa donde se elaboran jabones artesanales y la cual funciona desde su hogar hace tres meses.
Esta risaraldense tuvo que salir desplazada del Caquetá, donde vivía. Y desde hace 8 años está radicada en Usme, donde se hizo partícipe del programa ‘Creciendo en familia en la ruralidad’, de la Secretaría Social.
Giovanna cuenta que hasta hace poco subsistía de una huerta casera, la cual dejó de ser productiva. Pero eso no la desanimó y, por el contrario, la impulsó a buscar otras alternativas, para lo cual se asoció con varias mujeres del sector para buscar nuevas alternativas de financiación.
Así fue como nació ‘Flor del campo’, una fábrica de jabones artesanales para la ropa, actividad que aprendió Giovanna hace unos años observando a un hermano, y de la cual ahora hacen parte 16 señoras.
Negocio que a pesar de haber contado con muchos inconvenientes en sus inicios, ha podido superar las dificultades. Y con el pasar de los días ha logrado ser reconocido por la calidad de sus productos entre los habitantes de la localidad.
A diario, y desde muy temprano, Giovanna y este grupo de mujeres se preparan para conseguir los insumos para la elaboración de los jabones, entre los cuales se encuentran la soda cáustica, cebo, aromas y aceite vegetal usado, el cual compran a restaurantes y negocios del sector.
Giovanna comenta que gracias a ser beneficiaria del proyecto ‘Bogotá Te Nutre’, de la Secretaría Social, puede realizar un pequeño ahorro para los insumos, para lo cual también realizan rifas y otras actividades para poder financiar la elaboración de sus jabones.
También cuenta con el acompañamiento del equipo profesional del servicio ‘Creciendo en la Ruralidad’, gracia al cual sus hijos pueden contar con espacios en los cuales aprenden y se divierten en las actividades de ‘Camino a tu hogar, ‘Círculos de familia’ y ‘Estrategia Atrapasueños’.
‘Flor del campo’ busca próximamente ampliar sus horizontes e innovar en otros productos como el jabón para manos. Igualmente poder contar con una máquina de batir para optimizar el proceso de elaboración de los jabones.
De esta manera buscarán aumentar la producción, todo ello con el fin de incrementar sus ventas y llevar los jabones a los grandes negocios y supermercados de la localidad y, próximamente, a las tiendas de la capital.
Es un largo camino, pero con el ánimo y emprendimiento de este grupo de mujeres que trabaja con gran amor y esmero este sueño puede ser posible. “No hay que esperar a que nos llegue todo. La pobreza es una cosa, pero el espíritu es otra”, puntualizó Giovanna.
