Cuando Aminta Guerrero Parra salió de su natal ‘Pan de Azúcar’ para buscar, a sus 15 años, un futuro en la capital, no imaginó que el nombre de su vereda ubicada en Norte de Santander, fuera el presagio de un sueño cumplido muchos años después.
Aminta, quien llegó a vivir a casa de unos tíos en Bogotá para seguir estudiando, poco a poco empezó a construir a pulso su propio camino con mucho trabajo y dedicación. Sin embargo, una mala racha en la que quedó desempleada hace 3 años, la obligó a poner de nuevo a prueba su arrojo y perseverancia.
Por meses pasó hojas de vida y presentó entrevistas de trabajo sin éxito alguno. Para solventar sus gastos y los de su hija decidió preparar ensaladas y venderlas en su barrio para conseguir algunos ingresos y responder con sus compromisos económicos.
Un día recibió una invitación de una vecina que le cambiaría la vida cuando le propuso que la acompañara al Centro de Desarrollo Comunitario ‘Pablo de Tarso’, de la subdirección local de Tunjuelito, para inscribirse en uno de los cursos que allí ofrecían que no sólo eran muy buenos y prácticos sino que eran totalmente gratuitos.
Sin pensarlo aceptó y se inscribió en el curso de panadería y luego al de pastelería. Así aprendió a hacer pan blandito, integral, francés, tortas, mantecadas, hojaldres, corazones, galletas, pasteles, churros, palitos de queso y toda clase de amasijos. Con todo el conocimiento adquirido decidió dejar de buscar trabajo y cumplir el sueño de montar su propia panadería.
Hoy la panadería es la fuente de ingresos de dos hogares. El de Aminta y su hija y el de su ayudante Pedro Flórez quien había sido panadero en su juventud y quien para actualizarse y conocer nuevas técnicas también realizó cursos en el CDC ‘Pablo de Tarso’, ya que como él mismo lo dice, “siempre hay que innovar”. La meta ahora es buscar financiación para ampliar la panadería y ofrecer los servicios de cafetería.
Esta dupla de emprendedores ha puesto en su negocio muchas ganas y actitud para demostrar que se puede salir adelante gracias a la capacitaciones brindadas en los cursos que se ofrecen en los Centros de Desarrollo Comunitario, de la Secretaría de Integración Social, que además de apoyar la creación de iniciativas productivas para la generación de ingresos, estimulan las capacidades de sus participantes para que tengan las herramientas que les permitan seguir cumpliendo sueños.