Las elegantes casas al estilo inglés reemplazaron a “Pueblo viejo” nombre que los españoles dieron al resguardo de indígenas chibchas en la actual localidad de Teusaquillo. Hoy, entre aquellas paredes de ladrillo se esconde la pasión de hinchas de fútbol, del emprendimiento académico y del espíritu artístico que caracterizan a los habitantes de esta tradicional localidad.
En el siglo XX, fue el lugar elegido por las clases sociales más altas de Bogotá para edificar sus viviendas. Seguida de localidades como Santa Fe, Teusaquillo se expandió a gran velocidad por la amplia demanda urbanística que exigía la ciudad. Alrededor de 1927 se convirtió en el sector más elegante y privilegiado de todos, especialmente para extranjeros que decidían quedarse a vivir en los antiguos territorios chibchas, y en lo que entonces parecía ser el símbolo del desarrollo urbanístico y del florecimiento de nuevas tendencias arquitectónicas.Recorrer Teusaquillo es ver la ciudad en miniatura. Centros comerciales, universidades, sitios para el esparcimiento, el deporte y principalmente las zonas residenciales, son muestras de la importancia de Teusaquillo para la ciudad por su ubicación central.
Entre las calles 32 a la 36, las casas construidas en los años treinta fueron de tendencia republicana y luego en los siguientes veinte años hicieron parte del paisaje, grandes y elegantes mansiones al estilo clásico, imponentes construcciones que evocan las antiguas calles londinenses.
Seducidos por el “glamour” que afloraba en sus calles, personajes como Jorge Eliécer Gaitán, Enrique Santos Montejo, Laureano Gómez, Gustavo Rojas Pinilla, Otto de Greiff y Mariano Ospina Pérez se establecieron en esta localidad, dando por hecho su alto valor, más aún cuando gran parte de sus edificaciones fueron impulsadas por arquitectos de la talla de Alberto Manrique Martín, Karl Brunner y Guerra Galindo. Como resultado de esta labor encontramos el tradicional barrio Park Way, diseñado por Karl Brunner y construido por Ospinas y Cía. entre los años 1944 y 1950.
De la elegancia a las hinchadas, a las universidades y al comercio
Lo que un día fue el refugio de las altas clases sociales, ahora es el lugar de encuentro de todos los estratos, especialmente porque en la actualidad, cuenta con una amplia variedad de servicios de salud, educativos, y recreativos, ubicados en su mayoría, en el barrio Palermo.
Por ser una de las localidades más cercanas al centro de la ciudad, las actividades administrativas y comerciales en su principales barrios como La Soledad, Palermo, Galerías, Quinta Paredes y La Esmeralda, no dan espera. Más del 86% del comercio local corresponde a pequeñas y medianas microempresas que han hecho de los habitantes de Teusaquillo y del resto de la ciudad sus fieles clientes.
El deporte también es algo fundamental en la vida cotidiana. Fue en esta localidad donde se inauguró en el año de 1938 el estadio Nemesio El Campín, con una capacidad de más de 36 000 personas por partido, luego de las remodelaciones para el mundial sub-20 de 2011. En su campo de 105mts por 68mts obtuvo la victoria el Club Santa Fe, primer campeón del fútbol profesional colombiano y representación para la época de orgullo nacional en el exterior.
Además, encontramos la “Ciudad Blanca” nombre con el que se le conoce comúnmente a la ciudad universitaria que comprende las instalaciones de la Universidad Nacional, inaugurada en 1936 y diseñada por el arquitecto Leopoldo Rother durante el gobierno del presidente Alfonso López Pumarejo.
Una tradición de lujoPara saber más…
La localidad de Teusaquillo tiene una población de 157.884 según censo del DANE 2005, lo que equivale a un 2,5% del total del casco urbano de la Capital.
Limita al norte con la localidad de Barrios Unidos; al oriente, con las localidades de Chapinero y Santa Fe; al sur, con Los Mártires y al occidente, con Engativá y Fontibón.
Desde sus orígenes, Teusaquillo fue un lugar de confort. Antes de la llegada de los españoles, el Zipa, cacique chibcha de los muiscas de Bacatá, viajaba largos kilómetros para descansar en su vivienda de paso en el territorio conocido como Thybzacá o Teusacá que significa “cercado prestado”. Además, disfrutaba de la laguna que lleva el mismo nombre para bañarse y luego emprender su recorrido de vuelta a su casa permanente en Funza. Luego, esta laguna fue reemplazada por los barrios que conocemos como Nicolás de Federman, El Campín, Pablo VI y La Esmeralda.
A pesar de que en la actualidad no es posible disfrutar de las aguas del Teusaquillo, hoy existen diversos sitios de interés tales como la Biblioteca Pública Virgilio Barco, el Parque Simón Bolivar (también llamado el pulmón de la ciudad), el Complejo Acuático Simón Bolívar, la Casa Museo Jorge Eliécer Gaitán, el monumento al periodista Jaime Garzón, Corferias, el Park Way, la Hemeroteca Nacional entre otros, que muestran el desarrollo, la cultura y el emprendimiento de esta localidad, pruebas vivas de que en Teusaquillo los servicios están a la orden del día y sus habitantes, dispuestos a hacer de la localidad de las altas mansiones un lugar acogedor para sus visitantes.