El lugar donde la discapacidad se transforma en autonomía

8·MAYO·2020
Entrar a las instalaciones de la Fundación Misionera Divina Redención (Fumdir) es una experiencia inspiradora en medio de esta época de pandemia
Foto de persona mayor sonriendo
Entrar a las instalaciones de la Fundación Misionera Divina Redención (Fumdir) es una experiencia inspiradora en medio de esta época de pandemia

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• 15.500 personas con discapacidad han sido beneficiadas en lo corrido del año por los servicios de la Secretaría de Integración Social.

• 12.698 familias se han alimentado a través de los bonos canjeables por alimentos.

• 118 personas con discapacidad han accedido a procesos de formación con el SENA

Bogotá, 8 de mayo de 2020. Entrar a las instalaciones de la Fundación Misionera Divina Redención (Fumdir) es una experiencia inspiradora en medio de esta época de pandemia. Basta recorrer los espacios de este lugar, que opera mediante convenio con la Secretaría Distrital de Integración Social, para contagiarse de la alegría, esperanza, optimismo y capacidad que irradian los 206 participantes con discapacidad que permanecen internos.

En este lugar funcionan 4 Centros Integrarte de Atención Interna, que atienden a personas con diversas discapacidades, desde los que necesitan apoyos intermitentes hasta los que requieren de un cuidador permanente para el desarrollo de sus actividades básicas cotidianas.

Allí tienen múltiples actividades que incluyen juegos de mesa como ajedrez y tradicionales, como la rana, así como talleres para trabajar coordinación por medio de aros y balones. Así mismo se encuentran áreas de lectura, escritura y música.

En el taller de costura y pintura se percibe el entusiasmo de aprender para avanzar en los procesos de los cerca de 50 participantes que asisten a la actividad. Allí, Alba Muñoz, una mujer mayor con discapacidad cognitiva leve, se destaca por su dulzura y destreza en los telares, en donde como por arte de magia, transforma hilos de colores en tapetes y preciosos bordados, objetos que junto a repisas, cuadros y artesanías son exhibidos en las ferias artesanales de la ciudad.

Esta mujer no tiene una red familiar pero encontró en los compañeros y profesionales de Fumdir unos amigos a los que considera su familia. “Me tratan muy bien, me brindan mucho afecto, cariño y comprensión. Yo aprendí aquí a tejer y me gusta mucho. Me levanto temprano, tomo mi desayuno y me paso el día aquí. Soy muy feliz”, cuenta Alba mientras desanuda unos hilos.

Como el de costura, cada salón está lleno de energía y entusiasmo. Allí los participantes muestran sus destrezas con balones, con aros, saltando o pintando, y demuestran que la discapacidad no conoce límites y que el talento cada quien lo tiene y lo entiende a su manera.

 

 

 



Covid-19 no ha afectado la atención

Por información de los profesionales que atienden el servicio, los participantes son conscientes de la existencia y riesgos del coronavirus. Por eso, el tradicional abrazo, con el que reciben a los visitantes y talento humano que opera el lugar, fue reemplazado por un saludo de codo o de pie, además del incremento del lavado de manos y el uso obligatorio del tapabocas por parte de los cerca de 40 profesionales que atienden el lugar las 24 horas al día, siete días a la semana.

Liliana Ladino, profesional del Centro Integrarte, destaca el compromiso y disposición de los profesionales y la grata respuesta de los beneficiarios. “Prestamos una atención integral con actividades que les permiten a las personas con discapacidad disfrutar de los tiempos de ocio y del desarrollo de actividades integrales ocupacionales. En todas tenemos en cuenta los protocolos de seguridad y medidas preventivas frente al Covid-19”, cuenta, para referirse a esas medidas adoptadas, entre las que también está la restricción de visitas presenciales y su transformación en videollamadas.

El proyecto de discapacidad de la Secretaría de Integración Social incluye una estrategia de atención integral para atender con eficiencia a la población. “Por un lado realizamos el acompañamiento a través de nuestros servicios sociales y por otro, potenciamos el desarrollo de capacidades y el acompañamiento en formación”, afirma Xinia Navarro, secretaria de Integración Social.

Ese acompañamiento pedagógico se realiza a través del SENA, con formación de 118 personas con discapacidad y para sus cuidadores. El sentido es lograr el desarrollo de capacidades para una vida independiente que incluso lleve a procesos productivos y de inclusión laboral, como el caso de Laura Ximena Vergara y su madre, María del Carmen Cano.

Y como parte de los servicios sociales está la entrega de bonos canjeables por alimentos que, en lo corrido del año, ha llegado a 12.698 familias con discapacidad en la ciudad; y la atención en los centros especializados, con los que se han beneficiado 15.500 personas en las diferentes modalidades:

• Centros Crecer: para niños, niñas y adolescentes con discapacidad cognitiva, entre los 6 y 18 años.
• Centros Renacer: para niños, niñas y adolescentes con discapacidad cognitiva, entre los 6 y 17 años y 11 meses, con medida de protección. Ver nota aquí

• Centros Avanzar: para niños, niñas y adolescentes con discapacidad múltiple asociada a discapacidad cognitiva, entre 6 y 18 años.
• Centros Integrarte: para personas con discapacidad cognitiva y física entre 18 y 59 años 11 meses.

Así, entre centros de atención, proyectos de formación y entrega de bonos canjeables por alimentos, y medidas especiales durante la pandemia, la Secretaría de Integración Social mantiene su atención para la población con discapacidad de Bogotá.