En ‘Bogotá, mi Ciudad, mi Casa’ facilitamos a que las personas obtengan su propia casa. Carlos Osorio y Clara Inés, una pareja de bogotanos de pura cepa, celebran con orgullo 40 años de matrimonio. Durante estas cuatro décadas, su vida ha estado construida sobre los pilares del amor, la paciencia y el esfuerzo constante para salir adelante. Son padres de tres hijos adultos que desde hace cinco años residen en Madrid, España. La historia de la familia está marcada por un sueño común: conseguir la titularidad legal de su hogar. Hoy, después de más de una década de espera, se ha convertido en realidad.
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El proceso para obtener el título de propiedad de su vivienda comenzó hace 10 años, cuando Carlos y Clara iniciaron el trámite a través de la Caja de Vivienda Popular (CVP). Durante este largo tiempo, sus hijos llamaban regularmente con la esperanza de escuchar la noticia tan esperada: que por fin sus padres tendrían en sus manos el documento que legalizaría su hogar y les brindaría seguridad. Después de tanto esperar, ese anhelo se hizo realidad y finalmente el título llegó a sus manos.
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Carlos y Clara residen en el barrio Ramírez, en la localidad de Santa Fe, donde han vivido durante 29 años. Durante todo este tiempo, su casa ha sido más que un lugar de residencia; ha sido también su centro de trabajo. Como vendedores independientes de flores, han utilizado su hogar para almacenar, organizar y guardar la producción de flores antes de salir cada día a venderlas en las calles del centro de Bogotá. Este trabajo, que realizan con esfuerzo y dedicación, ha sido clave para sacar adelante a su familia, pero siempre con la esperanza de que algún día tendrían la posibilidad de formalizar su hogar.
"Hoy podemos decir con gratitud que nuestro sueño finalmente se hizo realidad", expresa Carlos, visiblemente emocionado. "Estamos muy agradecidos con la nueva administración de la CVP por el acompañamiento durante este proceso y por hacerlo posible”. “Invitamos a la comunidad a confiar en estos procesos, porque siempre hay esperanza", añade Clara, quien no deja de sonreír al ver cumplido un sueño tan esperado.
El proceso de titulación de predios es fundamental para muchas familias en Colombia, especialmente aquellas que han vivido durante años en predios informales. Obtener un título de propiedad no solo garantiza el derecho legal sobre la vivienda, sino que también permite acceder a servicios públicos, créditos y a un futuro más seguro. La CVP ha sido un actor clave en Bogotá para facilitar la titulación de predios, especialmente en barrios como el de Carlos y Clara, donde muchas familias han vivido durante décadas sin la formalización necesaria.
Este proceso de titulación ha sido fundamental para asegurar que los habitantes de estos territorios tengan el respaldo legal sobre sus propiedades. La titulación por pertenencia, como la que ellos han obtenido, reconoce a quienes han vivido durante un largo tiempo en su hogar, pero que no contaban con un título formal que los amparara.
Ahora, con su título en mano, Carlos y Clara miran hacia el futuro con una renovada esperanza. Ya tienen planes para viajar a España, donde esperan reencontrarse con sus hijos. El título adquirido no solo será enmarcado y colocado en un lugar especial de su hogar, sino que también lo llevarán consigo en su tan esperado viaje. Este título, que para muchos podría ser solo un documento legal, representa mucho más: es la recompensa por años de sacrificio, la confirmación de que la perseverancia puede superar cualquier obstáculo, y sobre todo, el símbolo de un futuro más seguro para su familia.
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Para ellos, es más que un reconocimiento legal; es la pieza que faltaba para poder dar un siguiente paso. Con el documento, Carlos y Clara sienten que finalmente están listos para proyectarse más allá de las fronteras de su hogar. Sueñan con viajar, con nuevos proyectos, pero sobre todo con ver a sus hijos regresar a un hogar que ahora saben que es suyo, en el sentido más formal y seguro. Este es solo el principio de una nueva etapa en la que, finalmente, la perseverancia se ha visto recompensada de la mejor manera: con la tranquilidad de tener un lugar que realmente les pertenece.
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