Con el propósito de divulgar todos los actos administrativos de la ciudad y proteger el presupuesto del Distrito nació en 1919 la Imprenta Distrital. Con el paso del tiempo amplió su campo de acción y renovó sus servicios y hoy en día elabora distintas piezas gráficas a todas las entidades del Distrito y colegios públicos.
“No es una empresa mixta, es del Distrito y para el Distrito únicamente, para sus entidades, entonces ya no estamos hablando solo del Registro, sino de volantes, afiches -como los del festival de cine-, libros, revistas y cualquier pieza comunicacional”, expresó Francisco Soler Bejarano, subdirector de la Imprenta Distrital.
La Imprenta ha crecido bastante y ha tenido muchos cambios, uno de estos ocurre en el año 2008, cuando se emite un decreto que ordena que todas las entidades del Estado presenten sus proyectos de impresión primero a la Imprenta, y si esta no puede realizarlos podrán buscar una entidad privada que los lleve a cabo.
En 2011 se tomó la decisión de no producir ediciones de lujo, es decir ninguna publicación en pasta dura o con terminados especiales.
“Cualquier entidad del Distrito presenta su proyecto, hacemos una cuantificación y lo único que las entidades deben traer son los insumos necesarios para realizar el trabajo, ya que no cobramos por la producción. Después informamos si el proyecto cuenta con las características técnicas que exigimos para el tipo de máquinas que tenemos, si cumple, indicamos cuáles insumos se necesitan y procedemos a hacer el proyecto”, manifestó Soler Bejarano.
Una vez la Imprenta acepta el proyecto envía un memorando a la entidad y al recibir los insumos inicia el trabajo, el cual varía dependiendo del tiraje y número de páginas. Inicialmente se hace una maqueta o machote en donde se puede ver cómo quedará el producto final, se le presenta al delegado de la entidad y éste da la aprobación final.
Después se pasa a la fase de producción en donde se transcribe todo el texto e imagen a planchas de metal y se pasan a un cuarto oscuro para que todo quede plasmado en papel durante la impresión.
Finalmente, el producto es llevado a las encaratuladoras, que va doblando las páginas, luego las hila, las corta, coloca los terminados y finalmente las publicaciones son llevadas a almacén para que la entidad las recoja.
La Imprenta Distrital maneja una muy buena producción, gracias al personal y la tecnología que tiene, pues las impresoras, plegadoras, embuchadoras y demás máquinas que utiliza son de última generación, por lo cual, permiten hacer un trabajo rápido y eficaz.
“La Imprenta es importante porque permite divulgar conocimiento y permite un cambio en la sociedad, es la cuna de una sociedad civilizada en donde se permite el diálogo y se promueve el conocimiento, por eso no creo que vaya a desaparecer, por lo menos no en ciudades que tengan reconocimiento cultural y que apoyen la cultura, pues para entender el crecimiento educativo y cultural de una sociedad hay que pensar en la imprenta”, sostuvo el subdirector de la Imprenta Distrital.
En este momento el 80 % del público al que se dirige la Imprenta son colegios distritales, entonces la producción se centra en agendas escolares y anuarios. Sin embargo, también se crean otros productos como la propuesta Libro al Viento que promueve la lectura en los capitalinos.
“Para este año la idea es mejorar la producción, adquirir nuevas máquinas e intervenir la infraestructura. Son proyectos muy grandes, a futuro las posibilidades son inmensas, incluso desde adquirir un predio mucho más grande, pasar de ser imprenta a tener una marca editorial y realizar desde un plan lector con la Secretaría de Educación hasta producir textos educativos, las posibilidades son muy grandes”, puntualizó Francisco Soler.
Twitter: @ServiCiudadano
Facebook: Alcaldía Mayor de Bogotá
La Imprenta Distrital, una joya cultural de Bogotá
11·ABR·2016
Con el propósito de divulgar todos los actos administrativos de la ciudad y proteger el presupuesto del Distrito nació en 1919 la Imprenta Distrital. Co...
Imprenta Distrital - Foto: Prensa Alcaldía Mayor de Bogotá, Diego Bauman