Por: Alejandro Tibaduisa
Luego de siete días de operaciones ininterrumpidas, de sobrevuelos, de descargas de miles de galones de agua y del incansable trabajo en tierra a cargo de cientos de héroes y heroínas, se registró un hecho inédito: el acordonamiento estratégico con mangueras y equipos en el cerro El Cable, en 18 kilómetros aproximadamente, y que permitió extinguir, casi en su totalidad, la conflagración que ha afectado entre 27 y 28 hectáreas de vegetación.
Detrás de esta histórica labor, ha estado el sargento Carlos Ramírez, coordinador de la operación en el Cerro, quien asegura que en 23 años jamás había visto un incendio de esta magnitud, teniendo en cuenta sus características de temperatura, viento y extensión; pero tampoco un despliegue humano y técnico tan profesional como el que se ha evidenciado tras una semana de lucha inclemente contra las llamas.
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Portal Bogotá: ¿Cómo fue ese operativo para rodear el área donde se concentraba la mayor parte del incendio en el cerro El Cable?
Sargento Carlos Ramírez: Desde el primer momento que llegó la máquina a cargo del sargento Valero, con el equipo automotor, que es un equipo especializado y que está en óptimas condiciones, empezamos a generar una red hidráulica, que ha sido un reto total para nosotros como bomberos y para la ciudad.
Iniciamos tomando agua de un hidrante que pasa a una de nuestras máquinas, a un carrotanque; desde ese punto en el barrio El Paraíso empieza a subir hasta una máquina que hace un relevo, y posteriormente, en puntos estratégicos, se colocan contenedores de agua o bombas impulsadoras para poder llegar hasta la parte superior. Llegando a donde es el campamento, o donde están las antenas, se inicia el proceso para distribuir desde ese punto hasta los cerros.
Llevamos muchos kilómetros de mangueras; lógicamente el fuego también genera daños en las mismas, que hace que se genere un reto adicional, el cual es reemplazar las mangueras sin que se nos pierdan los caudales de agua que ya hemos logrado subir.
Con eso hemos logrado controlar todo el borde del incendio con una línea de defensa, y esto es completamente inédito porque quizá es la primera vez que se hace en Bogotá una maniobra de estas características para poder extinguir el fuego que está afectando nuestros cerros tutelares.
La primera máquina de bomberos que está conectada al hidrante opera con un sistema LDH, ese es el primer punto; desde ahí son 4,5 pulgadas que pasan a 180 PCI, aproximadamente, hasta la siguiente máquina, y ahí se hace un relevo, y de esta manera, con relevos constantes se van teniendo las mangueras hasta que llegamos a los puntos donde está el fuego.
P.B: ¿Cuáles han sido las principales dificultades que se han encontrado en el terreno?
S.C.R: Hemos encontrado inclinaciones, las mismas características del entorno, porque las mangueras se caen o se resbalan por la inclinación; en ocasiones también hemos encontrado que se baja la presión de la red hidráulica distrital, por eso hemos tenido que pedir apoyo al acueducto y generar otras estrategias de abastecimiento.
Adicional a esto, es importante contarle a la ciudadanía que cada manguera tiene en promedio 25 kilos que tiene que cargar el bombero, cuesta arriba, con todos los accesorios, y esto es muy complejo.
P.B: ¿A qué se debe que hay momento en los que hay llamas que parecen extinguirse por completo, pero se vuelven a prender?
S.C.R: Por un fenómeno meteorológico. El fenómeno del niño es atípico. El aumento de la temperatura hace que el material combustible sea mucho más susceptible a recibir cualquier transferencia de calor, pero también tenemos vientos de ladera y vientos que vienen de forma muy fuerte y eso hace que, a pesar de que pareciese que ya está extinto, cuando llega un viento fuerte reaviva las llamas, y eso hace que vuelva a tomar fuerza, y eso es lo que vemos en ocasiones y que hace que nos angustiemos un poco.
P.B: ¿Cómo es la preparación que tiene un bombero para llevar estos equipos y para afrontar una emergencia de esta magnitud?
S.C.R: Desde la escuela de formación bomberil, tenemos unos procesos para poder tener una capacidad operativa y una formación física, pero también es muy importante resaltar que desde la Dirección del Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá tenemos un programa de acondicionamiento físico que hacen en cada una de las estaciones. Tenemos unos horarios en los que tenemos que hacer entrenamiento, ejercicio, acondicionamiento físico, entonces desde la Subdirección Operativa tenemos unos entrenamientos que hacen que podamos tener la capacidad para poder avanzar de la mejor manera técnica y profesional en el cerro.
P.B: Y en terreno, ¿cómo es la supervivencia?
S.C.R: Tenemos una logística para emergencias, tenemos unas raciones de campaña, nuestros morrales van dotados con agua y alimentos no perecederos que podemos comer sin que nos cargue el cuerpo para que no tengamos mucha pesadez. Son unos sistemas energéticos, de sales hidratantes, para continuar con 12 horas de trabajo, que son las jornadas operacionales que tenemos en el cerro.
P.B: Cuéntenos un poco de su experiencia. ¿Cuánto lleva en el Cuerpo Oficial de Bomberos? ¿Antes había visto o había extinguido un incendio de tal magnitud?
S.C.R: Levo 23 años en el Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá, me especialicé en el tema de rescate, por ejemplo, en montaña, en este momento soy el jefe de la Escuela de Formación Bomberil, y se habían visto, en el año 2000 o 2005 quizá, algunos incendios con una pequeña similitud, pero no de las características de temperatura, viento y extensión que tuvimos.
El Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá fue retado, la ciudad fue retada con casi siete eventos al mismo tiempo. El equipo automotor, el equipo técnico y el equipo humano y administrativo, el personal que está detrás de todo este proceso, hizo que pudiéramos contener esos siete eventos. Quizás en estos 23 años, es la primera vez que lo veo.
P.B: Es posible que ya hayamos afrontado la etapa más crítica a lo largo de siete días de incendios, pero ¿qué se prevé ahora, teniendo en cuenta que el fenómeno del niño se extenderá por tres o cuatro meses más?
S.C.R: Lo que podemos prever es que se pueden aumentar unas quemas, sobre todo en la parte plana de nuestra ciudad, pero también tenemos que empezar a generar la estrategia social enfocada hacia la prevención, desde todos los ámbitos políticos, sociales e institucionales.
No podemos dejar a la Alcaldía Mayor sola, en una batalla contra un fenómeno que es tan atípico, y tenemos que prevenirlo porque muy seguramente vamos a sentir un desabastecimiento de agua, y no quiere decir que esto sea alarmante porque la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá ya está haciendo lo propio, pero es necesario que en casa empecemos a ser más organizados con nuestras basuras, ser muy cívicos, y querer nuestra Bogotá, nuestros Cerros Orientales, evitar cualquier tipo de quema y empezar a endurecer los delitos ambientales. Nuestra fauna y nuestra flora están siendo amenazadas.
P.B: Un último mensaje a la ciudadanía, que igualmente ha reconocido el valor y la entrega de nuestros héroes y heroínas…
S.C.R: Les queremos pedir un gran favor: amemos más a Bogotá y tengamos en cuenta que prevenir va a evitar que tengamos menos complicaciones, menos restricciones y una mejor calidad del aire para que podamos vivir estos próximos tres meses de una manera más segura.