Ya son 300 hombres y mujeres privados de la libertad en las cárceles La Picota, El Buen Pastor y La Modelo que volvieron a las aulas y están terminando sus estudios de primaria y bachillerato.
Se trata de un convenio entre la Secretaría de Educación y el INPEC que por medio de la estrategia de educación flexible les permite a estas personas que por diversas circunstancias abandonaron sus estudios regresar a las aulas.
“Esta estrategia educativa flexible se desarrolla a través de la Política de Educación Inclusiva con enfoque diferencial, de género y de derechos, que garantiza el inicio o la continuidad de la trayectoria educativa a la población privada de la libertad y asegura la calidad de las prácticas pedagógicas y didácticas, con el acompañamiento de 12 docentes del Distrito”, señaló Carlos Iván García Suárez, director de Inclusión e Integración de Poblaciones de la Secretaría de Educación.
El director de Inclusión e Integración de Poblaciones destacó que estas personas fueron identificadas y seleccionadas mediante un estudio de escolaridad del Inpec.
En alianza con el @INPEC_Colombia, implementamos una estrategia educativa flexible para que mujeres y hombres continúen sus estudios mientras cumplen sanciones impuestas por la justicia en los centros penitenciarios y carcelarios de Bogotá 👉 https://t.co/zhhafVaNTVpic.twitter.com/YprREHZ1Oq
— Secretaría de Educación de Bogotá (@Educacionbogota) October 8, 2019
El proceso académico de estos estudiantes arrancó en septiembre de este año y finalizará el próximo 22 de noviembre, cumpliendo con los tiempos requeridos para el primer periodo de cada ciclo y retomarán sus clases en febrero de 2020.
Para adelantar con éxito este proceso la Secretaría de Educación brinda acompañamiento pedagógico, técnico y curricular a los docentes y al equipo pedagógico de cada centro penitenciario.
Para retomar sus estudios, los 300 estudiantes entregaron los certificados de los grados cursados y aprobados anteriormente.
Y en el caso de las personas privadas de la libertad que no tuvieron forma de presentar estos documentos, se les aplicaron pruebas de entrada para establecer las competencias mínimas requeridas para continuar sus estudios.
“Esta iniciativa permitirá dos cosas: una, si las personas cumplen su tiempo de condena, tendrán la oportunidad de presentar su boletín de notas para ingresar a cualquiera de las 60 instituciones educativas distritales que implementan esta estrategia en jornadas nocturnas, de fines de semana o dominicales. Y dos, si siguen en los centros de reclusión, podrán continuar con el proceso educativo en el segundo periodo correspondiente, es decir, en 2020”, recalcó el director Carlos Iván García Suárez.
La apuesta de la Alcaldía de Bogotá para el próximo año es beneficiar a otras 2.000 personas privadas de la libertad con esta estrategia.
La Alcaldía de Enrique Peñalosa ha implementado programas como Educación para Personas Jóvenes y Adultas, que actualmente beneficia a 24.463 estudiantes mayores de 13 años, quienes reciben sus clases en espacios no convencionales y en horarios que se ajusten a sus necesidades.