Las costumbres, las prácticas, los ritos o los objetos que acompañaron el trasegar de nuestros antepasados, de esos primeros pobladores que habitaron las tierras que ahora habitamos y aquellos que llegaron antes de nosotros, pueden parecer misteriosas, quizás, incluso extrañas o ajenas, pero, descubrirlas puede ser un camino lleno de sorpresas sobre nosotros mismos, sobre quiénes somos como individuos y como sociedad.
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El 28 de julio es el Día Internacional de la Arqueología, conmemoración que desde el 2011 se ha constituido como una plataforma para visibilizar la labor de aquellos que dedican sus días al estudio, conservación y difusión del patrimonio arqueológico. La arqueología es la ciencia que estudia las comunidades humanas del pasado a partir de la información que los restos materiales y sus contextos dejaron como producto de sus actividades. Gracias a ella, es posible conocer las relaciones sociales, económicas y políticas que ocurrieron decenas, cientos o miles de años atrás, para preservar lo que nos hace humanos a través de la recuperación y la interpretación de la memoria de nuestros antepasados.
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“Un fogón, la estructura de una vivienda, un basurero, un canal de desagüe, unas vasijas con hollín, una tumba y su ajuar funerario contienen información valiosa, que luego de ser recuperada de forma minuciosa y analizada por los arqueólogos, permite realizar hipótesis sobre cómo vivían determinados grupos, su alimentación, su entorno, la distribución de su territorio, su organización social, política y económica”, explica la doctora Liliana Buitrago, arqueóloga del Parque Arqueológico y del Patrimonio Cultural de Usme.
A continuación, el post del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, en la red social X, con esta conmemoración:
#DíaDeLaArqueología
— Patrimonio Cultural (@Patrimoniobta) July 28, 2024
Una conmemoración que desde el 2011 destaca la labor de aquellos que dedican sus días al estudio, conservación y difusión de este patrimonio 🪨⛰️
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“Estos objetos hacían parte de su cotidianidad, del día a día, así como de sus festejos y rituales. Paisajes de la sabana de Bogotá como los camellones o los aterrazamientos, entre otros, son huellas de cómo las sociedades habitaron este territorio; vasijas, figurinas, herramientas de piedra, herramientas en huesos de animales, rieles del tranvía, puentes en piedra y adobe, son también elementos que constituyen nuestro patrimonio arqueológico”, precisa Alejandra Jaramillo, arqueóloga y antropóloga del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural – IDPC.
A propósito de la conmemoración del Día Internacional de la Arqueología, es meritorio destacar la importancia que el oficio ha tenido en la sociedad colombiana, en la que gracias al empeño de muchos arqueólogos, arqueólogas y otros científicos sociales, hoy el patrimonio se entiende, se valora y se protege, como parte esencial de nuestra identidad. Como resultado de ese empeño, la Constitución Política de Colombia, en su artículo 72 establece que “el patrimonio cultural de la nación está bajo la protección del Estado. El patrimonio arqueológico y otros bienes culturales que conforman la identidad nacional, pertenecen a la Nación y son inalienables, inembargables e imprescriptibles”. Bajo esta línea, se expidió la Ley General de Cultura – 397 de 1997, que definió las normas aplicables para la protección y salvaguarda del patrimonio arqueológico, y estableció como objetivos principales la protección, la conservación, la rehabilitación y la divulgación de dicho patrimonio, con el propósito de que éste sirva de testimonio de la identidad cultural nacional, tanto en el presente como en el futuro.
San Juan de Dios y Parque Arqueológico de Usme
Desde el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural – IDPC, tras la adopción del Plan Especial de Manejo y Protección del Complejo Hospitalario San Juan de Dios, se han realizado diversos proyectos de recuperación, restauración y conservación que permitieron, entre otras cosas, conocer la historia oculta en sus cimientos, la expresión material de la arquitectura sanitaria, sus influencias o las modificaciones funcionales y estructurales que afectaron su diseño original.
Desde el 2022, el IDPC ha acompañado el proceso de activación y reconocimiento patrimonial del Complejo Hospitalario y el relato de sus recorridos está nutrido por los resultados de la arqueología urbana que se desarrolló en este espacio. Así mismo, desde un enfoque investigativo el IDPC ha venido profundizando en el conocimiento del Complejo desde una perspectiva sociohistórica y ha acompañado técnicamente los conceptos de la proyección de las fases de restauración.
En el 2007, en lo que hoy es El Parque Arqueológico y del Patrimonio Cultural de Usme se realizó un importante hallazgo arqueológico. La Universidad Nacional de Colombia se encargó de las excavaciones en la Hacienda El Carmen (2008, 2009 y 2010) y la investigación permitió definir que allí existió un asentamiento prehispánico muisca habitado entre los siglos VIII y XVI. Se encontraron diferentes tipos de enterramientos humanos, fragmentos de cerámica, mucuras, ollas, copas, vasijas, restos óseos de fauna, líticos (piedras talladas o pulidas) y huellas de poste, entre otras evidencias que hacen referencia a diferentes actividades, prácticas funerarias, formas de asentamiento, viviendas y tradición alfarera.
El primer Parque Arqueológico y del Patrimonio Cultural de Bogotá y una de las 23 Áreas Arqueológicas Protegidas del país, que actualmente lidera el IDPC, investiga, explora y reflexiona sobre la configuración y transformación de los territorios que componen la cuenca del río Tunjuelo, a través de la arqueología y la implementación de estrategias pedagógicas que permiten construir y divulgar conocimientos sobre el pasado; es un espacio para el encuentro intercultural y una plataforma que posibilita el reconocimiento de las memorias, significados, sentidos y experiencias de las comunidades que habitaron y habitan los territorios rurales, periurbanos y urbanos del sur de Bogotá.
Arqueología y apropiación del patrimonio para niños, niñas y adolescentes
El IDPC ha construido una línea de trabajo en arqueología pública y comunitaria que busca acercar a la ciudadanía a la comprensión de las diversas dimensiones de la arqueología como ciencia y a la importancia del patrimonio arqueológico como legado de ciudad.
Desde el 2021, el IDPC ha venido desarrollando una estrategia pedagógica con enfoque diferencial -dirigida a niños, niñas y adolescentes- que promueve el conocimiento y la apropiación social de los patrimonios arqueológicos de la ciudad. Además, de acuerdo con Alejandra Jaramillo, “los ejercicios de arqueología comunitaria liderados por el IDPC en la Escuela Campesina Los Soches en el 2021, el Colegio Rural Olarte en 2022 y el Colegio Miguel de Cervantes Saavedra de Usme en el mismo año o los desarrollados en la Casa Comunitaria Zipa en el 2023 y el Jardín Infantil Torrecitas del Saber en 2024, en el Centro Histórico, nos han permitido transmitirle a la ciudadanía que tanto la arqueología como el conocimiento arqueológico son un bien público”.
La arqueóloga destaca que estos ejercicios han sido fundamentales en el proceso de acceso y democratización del conocimiento arqueológico; así cómo en el establecimiento de herramientas de apropiación del patrimonio arqueológico y el reconocimiento de las comunidades como agentes activos de sus derechos culturales. “En estos procesos se han realizado tanto ejercicios de excavación simulada con réplicas de objetos arqueológicos, como ejercicios de acompañamiento a procedimientos arqueológicos reales. La exploración de técnicas, objetos y lugares arqueológicos, ha hecho que niños, niñas y adolescentes de Bogotá se pregunten por el pasado y su relación con el presente y entiendan la importancia de que en el futuro los niños y niñas de Bogotá puedan, también, conocer la historia y entender cómo la ciudad se ha configurado durante más de 2000 mil años de ocupación”, anotó.
Plan de Manejo Arqueológico de Bogotá
El IDPC trabaja en la actualización del Plan de Manejo Arqueológico de Bogotá, un instrumento de gestión y de planeación estratégica que le permitirá a la ciudad tomar decisiones oportunas para que su desarrollo no ponga en riesgo el patrimonio arqueológico. A propósito de ello, Jaramillo resaltó que “en el 2023 realizamos una serie de talleres en los que se construyeron unas cartografías sociales de lo que los ciudadanos y ciudadanas reconocen y valoran como patrimonio arqueológico. En esas cartografías se reconoció la memoria de una ciudad que se ha transformado alrededor del agua y que tiene más de 2000 mil años de historias y memorias. El Plan de Manejo Arqueológico de Bogotá permitirá conocer cuáles son los potenciales arqueológicos que tiene la ciudad y establecerá los lineamientos de cómo proteger los patrimonios arqueológicos según su potencial.
Además, el IDPC formuló, con el Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico, el Plan de Manejo Arqueológico del centro histórico, con estos instrumentos, el IDPC trabaja por visibilizar el patrimonio arqueológico desde la cotidianidad de la Bogotá Colonial y Republicana, el reconocimiento de los vestigios arqueológicos como huellas tecnológicas y comprender la manera en que se materializaron las políticas coloniales y modernas de ordenamiento del territorio.
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Jaramillo rescata la importancia de lograr un reconocimiento del patrimonio arqueológico como elemento que permite visibilizar y dar a conocer las memorias borradas de la ciudad, “los sitios arqueológicos muchas veces invisibles a simple vista, están presentes, caminamos sobre ellos y solo los reconocemos cuando hallamos los objetos. El patrimonio arqueológico nos permite entender unas formas de ciudad que respondieron a lógicas en las que las personas ocupaban el territorio y se relacionaban con él y a través de la materialidad y los lugares podemos comprender esas formas de ocupar la ciudad”.