Alejandra Díaz Cárdenas de 14 años de edad, tiene una discapacidad visual de nacimiento y ha demostrado que la verdadera fuerza no está en lo que vemos, sino en lo que sentimos. Residente en Bogotá mi Ciudad, mi Casa, en la localidad de Engativá, esta deportista imparable, encontró en el paracycling no solo su deporte favorito, sino un camino para superar barreras y conquistar lo impensable: tres medallas de plata en los I Juegos Nacionales Juveniles.
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Su historia comenzó gracias a Gabriel Tovar, un entrenador que veía en cada joven con discapacidad una oportunidad para destacar en el deporte. Alejandra aceptó el reto, y junto a su guía Nohely Hernández, construyó una relación de confianza y sincronización que se convirtió en la clave de su éxito.
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La dinámica fue intensa y muy disciplinada, cada día Nohely pasaba por Alejandra a su casa en Engativá y juntas se dirigían a la Unidad Deportiva El Salitre -UDS. Allí dedicaban dos horas a entrenar en la pista o en el rodillo, enfocándose en la técnica, la sincronización y la resistencia. Al finalizar la jornada Nohelia llevaba nuevamente a Alejandra a su casa. Ese esfuerzo conjunto, marcado por la dedicación y la confianza mutua, fue lo que permitió en tan poco tiempo, alcanzar el nivel necesario para competir y triunfar en el evento nacional.
Sin embargo, antes de llegar a la competencia tuvo que superar obstáculos administrativos que casi frustran su sueño: la falta de su tarjeta de identidad y los permisos para viajar al Eje Cafetero, pero gracias al incansable apoyo de su madre, su guía y su entrenador, logró estar en la línea de salida.
Ya en competencia Alejandra enfrentó las tres pruebas más exigentes de su vida: la contrarreloj de 23 kilómetros, la ruta de 72 kilómetros y la prueba del kilómetro. Nunca antes había recorrido esas distancias, pero su valentía y la de su guía Nohely, su compañera en el tándem, marcaron la diferencia. Su esfuerzo dio frutos: Alejandra ganó la medalla de plata en las tres pruebas, un logro histórico que la posiciona como una promesa del deporte paralímpico.
“Cuando me dijeron que había ganado plata me sentí muy feliz. Nunca imaginé que podría lograrlo, jamás lo habría imaginado”, señaló Alejandra, emocionada tras la competencia.
El respaldo delInstituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD)ha sido fundamental en el desarrollo deportivo de Alejandra, gracias a este apoyo tiene acceso a instalaciones como el velódromo de la Unidad Deportiva El Salitre, donde entrena regularmente, así como al equipo técnico y profesores especializados que guían su formación.
Además, por ser parte del Equipo Bogotá, está afiliada al Club Kronos, sin necesidad de cubrir la mensualidad, lo que facilita su formación y acceso a entrenamientos especializados que garantiza su atención integral mediante un equipo multidisciplinario que incluye medicina general, psicología y nutrición.
En competencias, el respaldo no se detiene: transporte, alimentación, alojamiento, uniformes y el uso de una bicicleta tándem son proporcionados para que Alejandra pueda concentrarse únicamente en su desempeño. Este apoyo integral no solo potencia su talento, sino que le permite soñar con un futuro brillante en el deporte paralímpico.
Con dos medallas y la experiencia de haber vencido adversidades, Alejandra tiene claro que esto es solo el comienzo. “Quiero seguir pedaleando y demostrando que puedo seguir alcanzando más logros”, concluyó.
En esta historia también es importante resaltar a alguien más: la labor de Nohely Hernández, crucial en el camino de Alejandra en el paracycling, más allá de ser su guía en el tándem, ha sido un apoyo constante, dedicando tiempo, esfuerzo y empatía para garantizar que Alejandra tenga todas las herramientas para alcanzar sus metas.
"Desde que conocí a Alejandra supe que tenía un talento especial, acompañarla en este proceso ha sido un privilegio, porque creo firmemente en su potencial y en todo lo que puede lograr. Además, este camino juntas me ha enseñado a ser mucho más consciente de las necesidades del otro, a entender que la verdadera conexión se construye con paciencia, empatía y trabajo en equipo", indicó Nohely, guía de Alejandra.
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Alejandra es un claro ejemplo de que los sueños no tienen barreras, cuando se combinan el esfuerzo, el apoyo y la determinación. Con dos medallas de plata en su debut en unos Juegos Paranacionales Juveniles, su camino apenas comienza, impulsado por su pasión por el deporte y el respaldo del IDRD, el Equipo Bogotá, su entrenador y su guía Nohely. Su historia no solo inspira, sino que nos recuerda que el verdadero éxito está en atreverse a intentarlo.
Desde el tándem que las unió como equipo hasta las pistas del Eje Cafetero, Alejandra y Nohely son el reflejo de cómo el trabajo en equipo y la perseverancia rompen cualquier barrera.