La COP16 abre un espacio muy importante para visibilizar los aportes de los jardines botánicos a la conservación de la biodiversidad y a la seguridad alimentaria.
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En este sentido, en el marco de un conversatorio realizado durante el Encuentro de la Red Nacional de Jardines Botánicos de Colombia,el Jardín Botánico José Celestino Mutis compartió el trabajo adelantado en relación con la conformación y fortalecimiento de las huertas urbanas, como estrategia de adaptación al cambio climático y dinamización económica.
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“En los últimos años, el Jardín Botánico se ha convertido en líder de agricultura urbana, para brindarle a los ciudadanos alternativas que les permitan conservar la biodiversidad y al mismo tiempo, aportar una riqueza de especies en la dieta y contribuir a la seguridad alimentaria de las poblaciones urbanas”, dijo María Claudia García Dávila, directora del Jardín Botánico José Celestino Mutis.
A través de proyectos como el de Agricultura Urbana y Periurbana Agroecológica, la entidad por medio de un modelo de producción de alimentos en áreas urbanas fomenta el acceso a una dieta variada y saludable, especialmente a través de la siembra de hortalizas, granos, frutas y cereales.
Asimismo, ha implementado bancos de semillas que permiten a los agricultores urbanos gestionar de manera colectiva reservas de semillas agroecológicas, vitales para la sostenibilidad de las huertas urbanas. Además de lo anterior, desde el Jardín Botánico se da un fuerte impulso a la gastrobotánica, con innovaciones culinarias que aprovechan los productos de las huertas, y a su vez, promueve los mercados campesinos agroecológicos, donde se venden alimentos frescos, orgánicos y sin intermediarios, apoyando a pequeños emprendedores urbanos.
Este fortalecimiento incluye la formación en técnicas agroecológicas, capacitación para la transformación de productos, promueve prácticas sostenibles como el compostaje y el uso eficiente del agua, lo que contribuye a la producción responsable de alimentos, acciones que no solo enriquecen la nutrición de los habitantes, sino que también mejoran la resiliencia de las comunidades urbanas frente a crisis alimentarias.
García también hizo referencia a la gran oportunidad que tienen los jardines botánicos para alcanzar impactos más grandes en términos sociales, focalizando programas en poblaciones vulnerables, en sitios donde hay mayor pobreza, más vulnerabilidad nutricional, así como mayores impactos ante el cambio climático, lo cual trae consigo restricciones en la oferta de alimentos y problemas de salud.
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Es así es como el Jardín Botánico de Bogotá continúa dando pasos firmes como centro de investigación y desarrollo científico en Colombia.