Para hacerse una idea de la enorme tarea que significará descontaminar el río Bogotá, hay que saber que Bogotá y el municipio de Soacha vierten diariamente al sistema de alcantarillado de la ciudad 800 toneladas de residuos biosólidos. Sin contar con las toneladas adicionales de basura que se le arrojan.
Por esta razón para su descontaminación se necesitarán dos poderosas plantas de tratamiento de aguas residuales: una que ya está en funcionamiento, que es la Planta Salitre, y otra que está en construcción, la Planta Canoas.
La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) trabaja en la implementación de una infraestructura de túneles, tuberías e interceptores que conducirá el afluente a las planta de tratamiento, donde el agua será tratada por medio de procesos químicos, físicos y biológicos que suprimirán los contaminantes y así lograr su potabilidad.
Su función será entregar un agua cristalina al afluente que luego desemboca en el río Magdalena. Se espera que al pasar por las dos plantas el agua salga condiciones para tener usos de riego adecuado y de recreación, ya que el proceso permitirá dejar el río en condiciones de navegabilidad.
El 70 por ciento del agua correspondiente a las cuencas de los ríos Fucha, Tintal, Tunjuelo y las aguas residuales del Municipio de Soacha, que terminan todas en el río Bogotá, también llegarán a la planta elevadora que la bombeará a la futura Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Canoas.