Discurso de Posesión - Alcalde Mayor Enrique Peñalosa

31·DIC·2015
Bogotá Mejor Para Todos Nos reunimos hoy aquí en esta sencilla pero simbólica ceremonia de nuestra democracia, para marcar el comienzo de un proyecto...

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Bogotá Mejor Para Todos

Nos reunimos hoy aquí en esta sencilla pero simbólica ceremonia de nuestra democracia, para marcar el comienzo de un proyecto de profundas transformaciones para nuestra ciudad. Para construir esa ciudad que puede ser, con autoestima y aún orgullo, una ciudad no solo para sobrevivir, sino para VIVIR, que propicie la realización del talento de todos sus ciudadanos, confiada en su capacidad de construir un futuro mejor para todos.

Agradezco a todos los que me acompañan aquí hoy, que tanto me ayudaron a llegar a la Alcaldía. Del mismo modo ¡a tantos otros que no están aquí, que desde todos los barrios de nuestra ciudad nos dieron su tiempo, su trabajo, su entusiasmo! ¡Gracias! Gracias a todos los que me dieron su voto e hicieron posible que estemos hoy aquí, que nos apoyaron con el único objetivo de hacer una mejor ciudad y una mejor calidad de vida para ellos y para sus familias.

Agradezco también a los partidos Cambio Radical y Conservador y a todos sus líderes y candidatos que nos apoyaron. Agradezco a Antanas Mockus, Martha Lucía Ramírez, a David Barguil, a Jaime Castro, a Germán Varón, Rodrigo Lara por el apoyo que nos dieron. Agradezco a David Luna  que me apoyó en un comienzo; pero el más especial de mis agradecimientos va para Carlos Fernando Galán, con quien emprendimos este proyecto que en un comienzo parecía imposible y que fue mi co-equipero a lo largo de toda la campaña en todos los rincones de la ciudad. ¡Muchas gracias! 
Nuestra democracia funcionó. Ciudadanos tranquilos, sin estridencias, respetuosos, triunfaron. Ciudadanos que nos trajeron aquí, porque querían cambios en las prioridades, en los enfoques, en la manera de gobernar. A todos esos ciudadanos vamos a cumplirles.

Como ha sido a lo largo de toda mi vida política, el principio que nos guiará será ese más poderoso de la democracia: la igualdad de los ciudadanos ante la Ley, y la consecuencia de este: la prevalencia del interés general sobre el particular.

Y vamos a dar prioridad, como siempre lo hemos hecho, a atender las necesidades de los ciudadanos más necesitados, para hacer una sociedad más justa. 
Todos los ciudadanos pueden tener la tranquilidad de que en nuestro gobierno van a tener un equipo técnico, enamorado de la ciudad, comprometido con la equidad, alejado de las mezquindades de la politiquería y con una profunda vocación de servicio.

Estoy convencido de que podemos tener una ciudad mucho mejor que la que tenemos hoy: más segura, más limpia, más eficiente, más incluyente, más respetuosa de la dignidad humana, más propicia para el desarrollo del potencial humano de todos.
Una muy buena noticia para el inicio de nuestro gobierno es que hemos tenido muy fructíferas reuniones con el Presidente Santos, sus ministros y otros altos funcionarios, y con la Policía Nacional, todo lo que augura 4 años de alianza muy productiva para beneficio de los 8 millones de habitantes de la capital.
También trabajaremos en equipo con los concejales, los ediles y los alcaldes locales. Y con una miríada de organizaciones constructivas de la sociedad civil.
Sé que los ciudadanos esperan resultados muy positivos de inmediato, y trabajaremos duro para ello, pero es necesario señalar que nuestra ciudad hoy enfrenta enormes problemas.
Venimos de más de una década de despreocupación por los gastos de las entidades: en todas partes el número de empleados y contratistas se ha multiplicado desenfrenadamente sin preocupación por la eficiencia. No ha habido ningún esfuerzo por reducir costos.

Aunque hay programas valiosos, también hay muchísimos gastos de muy discutible impacto. Será necesario hacer una labor sin precedentes, para reducir los gastos no estrictamente indispensables en todas las entidades y hacer que cada peso de impuestos y tarifas que pagan los ciudadanos con esfuerzo, produzca resultados que mejoren efectivamente la vida de los ciudadanos.
Tenemos un Sistema Integrado de Transporte Público mal implementado, desbarajustado, que exige subsidios billonarios para cubrir los costos de una operación de muy baja calidad. 
Hay miles de buses tradicionales, contaminantes, de más de 20 años de antigüedad, todavía circulando y miles incluso totalmente ilegales operando sin control. La cobertura del servicio en los barrios es muy mala y a los ciudadanos que más necesitan un buen transporte público, hoy a veces ni siquiera les llega. Conseguir un sitio de expendio y recarga de las tarjetas para usar el transporte público, se ha convertido en una proeza. Las dificultades y el costo de arreglar el sistema serán enormes.

La empresa de Acueducto tiene hoy 4 veces más empleados que cuando la dejamos hace 15 años, con el factor prestacional más alto de cualquier empresa en Colombia. La ineficiencia y los altos costos de la empresa los pagan los ciudadanos en altas tarifas, y en el fracaso de esta en adelantar la descontaminación de los ríos y quebradas de la ciudad.  
Capital Salud está generando pérdidas de $ 140mil millones anuales.

En TransMilenio y el SITP hay cientos de miles de colados diarios, lo que pone en riesgo la posibilidad misma de tener un sistema de transporte masivo en la ciudad.
El espacio público hoy es desordenado e inseguro, lo que ha llevado a que los centros comerciales sustituyan al espacio público como lugar de encuentro y disfrute ciudadano y se pierda así una función fundamental de la ciudad, como es servir como lugar para la integración de todos.

No habrá milagros. Pero estamos preparados para enfrentar los retos. Y vamos a superar las adversidades. Para eso, solicito a todos los ciudadanos paciencia. Y también colaboración: resolver los problemas y emprender la construcción de la Bogotá que merecemos exigirá esfuerzos y aún sacrificios. Pero entre todos, juntos, vamos a solucionar los problemas que enfrentamos. Juntos vamos a construir una ciudad que haga mejor la vida para todos y cada uno de nosotros,  una que todos queramos y de la que todos nos sintamos orgullosos.
De lo que se trata no es simplemente de hacer colegios, vías, o sistemas de transporte masivo. Una ciudad es un medio para una manera de vivir. Y eso es lo que queremos impulsar: una mejor manera de vivir, una manera de vivir más propicia para la felicidad.

Queremos una Bogotá en la que los ciudadanos prefieran los parques, las aceras y demás espacios públicos a los centros comerciales. Una ciudad y una sociedad distinta,
en la que quienes tengan carro, prefieran usar el transporte público y la bicicleta para su movilidad diaria.

Una en la que nuestras niñas prefieran esperar a los 25 años para tener su primer hijo, porque antes van a querer estudiar, hacer deporte o arte, o trabajar.
Queremos una Bogotá sin machismo, donde en los colegios se respete a los jóvenes de diferentes orientaciones sexuales,
Una Bogotá sin matonería, en la que haya una definición distinta de la masculinidad, y los jóvenes no se involucren en riñas tratando de probar a sus compañeros y a sí mismos una hombría mal entendida.
Una sociedad civilizada es especialmente respetuosa y protectora para con sus ciudadanos más vulnerables. Por eso nuestros niños, nuestras personas mayores, nuestras personas con discapacidad, serán nuestra prioridad.

En esta nueva sociedad, nuestros jóvenes también nos han enseñado a ver que el amor por los animales es una muestra de humanidad. A esos seres vulnerables que nos producen tanta alegría, también los vamos a proteger. 
Queremos una ciudad en la que nadie se sienta inferior o excluido. En la que todos los ciudadanos se encuentren como iguales en los espacios públicos, el transporte público y tengan las mismas oportunidades para desarrollar sus habilidades y talentos.

En una ciudad que respete la dignidad humana los ciudadanos no deben acudir a las urgencias de los hospitales a esperar horas y horas y horas; o pasar la noche frente a un hospital para conseguir una cita con un especialista. No solo mejoraremos la eficiencia de nuestro sistema de salud, sino la calidad de la atención a los ciudadanos.
Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que nuestros niños desarrollen plenamente su potencial, atendiéndolos desde el vientre de su madre, en su primera infancia, y luego con excelentes colegios. 

Solamente construyendo más colegios es posible avanzar hacia una verdadera jornada completa para todos nuestros niños. Construiremos decenas de colegios, para que los niños en sectores populares, tengan jornadas escolares iguales a aquellas que tienen los niños de familias con mayores ingresos.
También trabajaremos para que nuestros jóvenes bachilleres encuentren muchos más cupos en la educación superior técnica y universitaria.
Las transformaciones las haremos en ese desafío fundamental de nuestra sociedad como es la educación, las adelantaremos en equipo con los maestros, los directivos, las familias y la sociedad civil.
 
Soy un convencido del inmenso  poder benéfico de los libros. Niños y jóvenes lectores serán mejores ciudadanos - más cívicos, más honestos, más pacíficos y más creativos. Por lo tanto la promoción de la lectura será una tarea importante de nuestra gestión.
Vamos a trabajar por una ciudad segura, en la que sea posible vivir sin miedo y que atraiga inversionistas y turistas. Propondremos al Concejo la creación de la Secretaría de Seguridad, y con Daniel Mejía vamos a emprender un fortalecimiento técnico de nuestra institucionalidad para la seguridad.

Lideraré y apoyaré a nuestra Policía, y con el General Hoover Penilla enfrentaremos las múltiples organizaciones criminales que hacen imposible la tranquilidad ciudadana.
Ahora bien, la seguridad comienza con una ciudad ordenada, en la que se cumplan las normas de convivencia. El orden y la limpieza en los espacios públicos, en el transporte público, son requisitos indispensables para la seguridad.

También necesitamos el apoyo la Fiscalía, que es la principal responsable de la seguridad ciudadana en nuestro ordenamiento institucional; y del gobierno nacional, mediante la construcción de la infraestructura carcelaria y la legislación, que haga que los esfuerzos, frecuentemente heroicos de la Policía, no sean en vano.
Nos corresponde la histórica tarea de hacer un nuevo Plan de Ordenamiento Territorial.  Como dije, un modelo de ciudad es solo un medio para una manera de vivir. Y vamos a buscar la mayor participación ciudadana, para definir la ciudad que queremos para nosotros, nuestros hijos y nietos. Teniendo en cuenta que el criterio fundamental del diseño urbano es la felicidad humana, vamos a definir entre todos cual es el modelo de ciudad que nos hará más felices.

Así, por ejemplo, el criterio de diseño para nuestros parques, será que atraigan y retengan la mayor cantidad de personas, que se conviertan verdaderamente en lugares de encuentro de la comunidad.
Hoy todos estamos de acuerdo en la conveniencia de tener una ciudad densa. Pero Bogotá es una de las ciudades más densas del mundo y por diversas razones su tamaño va a triplicarse durante los próximos 40 años.

De lo que se trata no es de apiñar gente en edificios cada vez más altos, sino de construir una ciudad mejor, que además de densidad, tenga abundantes espacios públicos de calidad.
La ciudad necesita crecer, pero debe crecer bien, en ubicaciones óptimas. Cada kilómetro de más que tengan que recorrer millones de ciudadanos que van a vivir en la ciudad por construir, tiene enormes costos ambientales, económicos y sociales.
Por eso vamos a aprovechar los terrenos por desarrollar que todavía hay en Bogotá, principalmente al norte; y buscaremos coordinar nuestro POT con los municipios aledaños y muy especialmente con Soacha, Mosquera, Cota y Chía.
Bloquear el crecimiento de la ciudad expulsó a cientos de miles de ciudadanos de menores recursos a Soacha. Haremos todo lo necesario para destrabar e impulsar numerosos programas de vivienda social en Bogotá, en equipo con el Ministerio de Vivienda.

Vamos a hacer la línea de metro con el apoyo del Presidente Santos y la colaboración muy especial de su Ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas y su Director de Planeación Simón Gaviria; vamos a arreglar TransMilenio y a más que duplicar las troncales existentes; a arreglar el SITP, implementarlo en toda la ciudad y a hacerlo sostenible financieramente.
Vamos a hacer para nuestra ciudad el mejor sistema de transporte público del mundo en desarrollo.
Pero la solución a la movilidad no es simplemente un asunto de infraestructura. Mucho más que eso, es un desafío de equidad y de cambios en nuestro comportamiento. Hoy solamente 16 de cada 100 personas en Bogotá se moviliza en carro y ya estamos totalmente embotellados. Construiremos nuevas vías, pero no existe ninguna posibilidad de que solo con eso se solucione el problema de la movilidad. Es necesario que todos colaboremos, dejando el carro en casa y usando el transporte público.
No considero justo quitar recursos a la salud o a la educación, para construir y mantener las vías para los automotores.  
Lo equitativo es que los automotores generen los recursos para construir y mantener las vías que usan.

En el pasado los recursos de los peajes que hay en todas las entradas a la ciudad han financiado exclusivamente la infraestructura vial del límite de la ciudad hacia afuera. Para hacer las grandes vías de entrada y salida de la ciudad, que faciliten la movilidad, ahora hay que tener peajes que financien la infraestructura vial de los límites de la ciudad hacia adentro.
Vamos a aprovechar los mecanismos y proyectos de infraestructura que han impulsado el Vicepresidente Germán Vargas y la ANI, para llevar a cabo grandes proyectos viales que necesita nuestra ciudad. 
Las bicicletas no son un juego. Gracias a que iniciamos la construcción de ciclorutas y la promoción de la bicicleta cuando pocas ciudades del mundo lo habían hecho, hoy Bogotá es la capital de América con un mayor número de personas que se movilizan en bicicleta.

Por cada 3 personas que se movilizan en carro, hay una que lo hace en bicicleta. Todos ellos son héroes cívicos, que ayudan a que haya menos embotellamientos, menos contaminación y menos problemas de salud en la ciudad.

Apoyaremos a los ciclistas con más y mejor infraestructura y más seguridad, para lograr, ojalá, que el 10% de los ciudadanos se movilicen bicicleta dentro de 4 años.
Con las mejoras que  haremos al transporte público, más la colaboración ciudadana, haremos de nuestra Bogotá una ciudad ejemplar a nivel mundial en movilidad sostenible.
La calidad de nuestra ciudad es un fin en sí mismo, pero además es un medio: es el factor más importante para generar desarrollo económico moderno. En nuestro país mayoritariamente urbano, el factor más crítico de la competitividad será cada vez más la calidad de vida de las ciudades: solo mejorando nuestra calidad de vida, será posible atraer y retener las personas calificadas, los inversionistas y los turistas que generen la ciudad global que aspiramos a tener.

Más allá de resolver los problemas urgentes, tenemos proyectos ambiciosos para nuestra Bogotá. No queremos que sea simplemente una ciudad más; sino una que sea especialmente hermosa, que tenga carácter y sea reconocida en el mundo.

En la Edad Media se levantaban catedrales cuya construcción tomaba cientos de años; no porque hubiera problemas con los contratistas, sino porque se diseñaban para su construcción tomara ese tiempo.
Nuestra visión de la Bogotá que puede y debe ser, es ambiciosa y no se realizará en un período de solamente 4 años. Iniciaremos proyectos que tomarán más tiempo para ser completados.
Un proyecto crucial, que cambiará el carácter de nuestra ciudad hacia el futuro, es el que hemos denominado el circuito ambiental de Bogotá. Está conformado por lo que serán  el parque lineal del río Tunjuelo;  el malecón del río Bogotá  y el gran sendero ecológico de los cerros.

Este circuito ambiental será un corredor para el desplazamiento de aves e insectos, construirá integración social y atraerá turistas.
El malecón del río busca que hacia el futuro la ciudad se concentre alrededor de malecones que en ambas riberas bordearán nuestro río Bogotá, en lugar de expandirse desordenadamente por la sabana, como está ocurriendo hoy.

Ese río que será columna vertebral de nuestra ciudad, será descontaminado y ampliado. Sobre el borde del río y sus malecones arborizados, habrá parques, edificios de vivienda, restaurantes y cafés. Las decenas de kilómetros de espacios públicos embellecidos por la magia del río, serán el lugar de encuentro e integración social por excelencia de la ciudad. Allí ciudadanos de todas las condiciones y edades pasearán en bicicleta, caminarán, llevarán el coche del bebé o la silla de ruedas del abuelo.

El malecón del río estará conectado al sendero ecológico de los cerros orientales, que recorrerá la ciudad, muy alto en la montaña, desde el límite con Chía hasta el sur de Usme. El gran sendero ecológico y panorámico, será antes que cualquier otra cosa un rompefuegos, que permitirá el acceso a los bomberos para apagar los incendios forestales. Permitirá a ciudadanos en silla de ruedas o en bicicleta recorrer los cerros.

Convertirá a millones de ciudadanos en enamorados de nuestros cerros y sus quebradas, bromelias, orquídeas, helechos y mariposas y de las espectaculares vistas de nuestra ciudad que desde allí se tendrán. Y también será un lugar maravilloso de integración social y una atracción turística de clase mundial.
El sendero terminará al sur en el río Tunjuelo. Ese río Tunjuelo, que atraviesa todo el sur de Bogotá de oriente a occidente, descontaminado, también será un gran parque lineal, con senderos y ciclorutas, que unirá el sendero de los cerros con el malecón del río Bogotá.

Tendremos así un circuito ambiental único en el mundo, con más de 200 kilómetros de extensión. Se convertirá en elemento fundamental de la identidad y el carácter de la ciudad.
Lo primero que tenemos que hacer es recuperar nuestra autoestima: nuestra capacidad de soñar y nuestra confianza en que podemos convertir nuestros sueños en una mejor realidad.
Durante la campaña y también después de las elecciones, muchos ciudadanos se me han acercado para decirme: ¨Peñalosa, salve a Bogotá¨. No soy un mesías. Lejos de eso. Por el contrario, la tarea que tenemos por delante, la tenemos que hacer entre todos. Pero lo que sí puedo decirles, es que para transformar nuestra ciudad tenemos el equipo, el conocimiento, la capacidad de trabajo y la pasión por servir; y sobretodo, una ciudadanía decidida y valiente, que no se resigna a nada menos.

Más aún, podemos hacer una ciudad tan extraordinaria, que hoy ni siquiera alcanzamos a imaginarla.

Agradezco a los miembros de nuestro equipo y a sus familias la decisión de dejar atrás posiciones más cómodas, para venir a prestar este servicio público, a aportar su conocimiento, su trabajo y su dedicación.

Agradezco a mi mamá que me acompaña los valores y principios que me inculcó; a mi padre, quien me inculcó la vocación del servicio público y la necesidad de estar dispuesto a dar todas las batallas necesarias para lograr una sociedad más justa. Agradezco a mis hijos Renata y Martín que han compartido conmigo solidariamente tantas luchas políticas. A Martín en particular, quien a sus 19 años, solamente le había tocado vivir mis derrotas. Lleva años escuchándome hablar sobre mis sueños para nuestra ciudad. Ahora llegó el momento de demostrarle que es posible convertir esos sueños en realidad.  Y de manera muy especial, agradezco a mi esposa, consejera y cómplice de 34 años, Liliana, por su apoyo, lealtad, amor y su paciencia con mi persistencia, que para algunos amigos, llegó a lindar con la locura.  

Esta ceremonia marca el inicio de 4 años de trabajo duro. A todos los ciudadanos les agradezco una vez más este maravilloso honor que me dan de trabajar para ustedes. Tengo claro que esta es la última gran tarea de mi vida. Estoy feliz y honrado de emprenderla.

Juntos, vamos a hacer una: BOGOTÁ MEJOR PARA TODOS.

Enrique Peñalosa
Enero 1, 2016